El Palacio de los Deportes de Cartagena, una caldera que nunca se rinde y vive un minuto final inolvidable

El Palacio de los Deportes de Cartagena, una caldera que nunca se rinde y vive un minuto final inolvidable

La locura por el Jimbee fue tal que ni el calor ni el inicio de las vacaciones escolares ni la condición de tarde laborable de jueves restó un ápice de entusiasmo a los miles de cartageneros que desde dos horas antes del partido disfrutaron de la fiesta organizada en la explanada contigua al Palacio de Deportes, esa instalación que tanto costó inaugurar y que en los últimos años solo da alegrías a los aficionados al fútbol sala de la ciudad. Si la vieja Bombonera es nostalgia, la nueva es felicidad. Pura felicidad.

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