
La gestión de los recursos hídricos de la masa de agua subterránea del Campo de Cartagena vive un ‘impasse’ desde que en 2018 comenzaran las … operaciones policiales para desmantelar las desalobradoras ilegales en la cuenca vertiente al Mar Menor, el cierre de cientos de pozos irregulares y, más adelante, la declaración de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura que estableció los acuíferos Cuaternario y Andaluciense en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo y químico.
El organismo de cuenca tiene pendiente culminar los planes de ordenación de ambos acuíferos, una vez constituidas las dos comunidades de usuarios que regularán las extracciones del subsuelo en la cuenca de la laguna salada. Pero los plazos se van retrasando y los titulares de los aprovechamientos de aguas subterráneas en esta zona se impacientan. En paralelo, y en el marco del programa de medidas que desarrolla el Ministerio para la Transición Ecológica para recuperar el Mar Menor, avanzan las líneas de investigación para conocer en profundidad y controlar el funcionamiento hidrogeológico del Campo de Cartagena.
130
pozos
serían aproximadamente el total de los que podrían obtener la concesión administrativa definitiva de la CHS
En este contexto, la CHS ha movido ficha y ha reiniciado la tramitación final para conceder la autorización administrativa a una serie de pozos que fueron legalizados hace más de seis años y cuyos propietarios solicitaron entonces permisos para poder bombear una cantidad de agua limitada del subsuelo. Según cifras de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, el número de pozos que podrían ahora culminar su regularización sería superior a los 130 y, según datos de la CHS, la concesión total no deberá superar los diez hectómetros al año, pero pretende que sea un impulso para rebajar el nivel freático.
Todos estos pozos, que no fueron tenidos en cuenta inicialmente en el nuevo censo de usuarios que realizó el organismo el año pasado, tendrían el derecho pleno de sacar agua del acuífero del Plioceno, una capa ubicada entre el Cuaternario y Andaluciense, y cuyo mal estado no llega a los niveles de los otros dos, aunque también se encuentra contaminado por nitratos de origen agrícola y sus aguas son salobres.
«Fomentar la extracción»
La extracción de agua de este acuífero obtuvo el visto bueno ambiental del Ministerio en 2018, pese a que más tarde comenzó con la política de mano dura con el cierre de pozos y la prohibición de extraer agua en la gran mayoría de los ubicados en la comarca. Todo ello empujado por las investigaciones de la Guardia Civil y Fiscalía por la contaminación del Mar Menor por los vertidos de salmueras cargadas de nitratos a la laguna y el subsuelo.
La Confederación quiere «reducir la descarga de agua subterránea que se produce al Mar Menor y a la rambla del Albujón»
Ahora, la CHS, a preguntas de LA VERDAD, defiende que, «para la zona en la que se ubican los sondeos, se ha fijado el objetivo de fomentar la extracción de aguas subterráneas, como manera de renovar y mejorar la calidad del agua del acuífero, reducir la descarga de agua subterránea que se produce desde él al Mar Menor y a la rambla del Albujón, y por tanto también de los nutrientes que llegan a la laguna». El organismo dirigido por Mario Urrea admite de forma abierta el problema que está suponiendo el alto nivel freático de la masa de agua subterránea y menciona en su respuesta lo que sustentaba la declaración de impacto ambiental positiva en 2018 para estos pozos: «La extración […] mejoraba la disponibilidad de recursos y, al realizarse en una zona del acuífero donde los niveles piezométricos estaban al alza, se vería reducida la descarga de aguas subterráneas desde el acuífero al Mar Menor, con el efecto ambientalmente favorable que eso suponía».
Aguas salobres
Hasta ahora, el uso de esos pozos, en un limbo administrativo, no ha tenido el resultado que buscaba esa resolución ambiental del Ministerio. En los últimos años, apenas se ha extraído entre un 23 y un 17% del volumen anual autorizado. La CHS busca que, tras culminar los expedientes, se incentive el bombeo, pero los regantes no se muestran tan optimistas. El presidente de la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena, Manuel Martínez, quien también dirige la comunidad de usuarios del acuífero Cuaternario, señala al problema de la salinidad del agua subterránea, que impide su uso en la agricultura.
Hasta el momento, el organismo ha sacado a información pública una quincena de solicitudes para el Plioceno, pero Martínez avisa: «Nos piden que saquemos más agua, pero es agua de mala calidad, no es apta para cultivar». La prohibición para utilizar desalobradoras privadas impide tratar ese recurso. «El porcentaje de mezcla con otros recursos es muy pequeño, el único método es poder sacar el agua, tratarla y reutilizarla».
El Ministerio no está por la labor de asumir la desnitrificación y eliminación de la salinidad del agua subterránea, y mucho menos retornarla al regadío de la zona. Sin embargo, sí le dijo a la Comunidad que podía seguir adelante con ese plan bajo unas condiciones ambientales y si construye una planta de tratamiento. A esto se niega el Gobierno regional, pues considera que no es su competencia.
Los sondeos que reciban de forma definitiva esa concesión por parte de la CHS serán incluidos en el censo de titulares de pozos, como pidieron los regantes. El organismo de cuenca contabilizó el año pasado un total de 1.412 pozos.
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Más medidas contra los nitratos y reducir la carga contaminante
Los regantes que son titulares de pozos en el Campo de Cartagena tienen una cosa clara. Los planes de actuación en los acuíferos Cuaternario y Andaluciense deben servir para retomar una extracción de agua reglada y permitir tratarla. «Si lo que plantea la CHS es un ‘ordeno y mando’, sin soluciones para el freático y los acuíferos, la junta presentará su dimisión en bloque», advierte Manuel Martínez, quien entiende que el organismo de cuenca tendrá que plantear «una explotación controlada del acuífero; no se puede extraer agua a lo loco porque se produciría una intrusión de agua marina, pero tampoco puede seguir descargando agua del acuífero al Mar Menor».
La CHS afirma que las dos nuevas comunidades de usuarios se reunirán en septiembre para aprobar sus ordenanzas. No pone fecha a la presentación de los planes, pero estos deberán ser aprobados por la Junta de Gobierno del organismo, previo conocimiento de los regantes de la cuenca vertiente.
La Confederación, que no ha dado pistas hasta ahora a los usuarios de los pozos sobre por dónde irán esos planes, sí avanza a LA VERDAD que las medidas previstas «mantendrán y ampliarán las actuales actuaciones en origen destinadas a mejorar la eficiencia del uso del agua y la fertilización en la cuenca vertiente, reducir la carga contaminante que llega al acuífero y, por tanto, desde él a la rambla del Albujón y al Mar Menor». Se renovará el bombeo del Albujón para «derivar parte del agua» al Mediterráno y se fomentará «la renovación del agua del acuífero».

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Enlace de origen : La CHS busca rebajar el freático del Campo de Cartagena con nuevas concesiones a pozos legales