«Le saqué del mar cuando estaba flotando boca abajo y sangrando»

«Le saqué del mar cuando estaba flotando boca abajo y sangrando»

Miércoles, 2 de julio 2025, 01:08

Treinta minutos de infarto. De mucho apuro y de mucho miedo. Ese fue el tiempo en el que un simple juego pudo acabar en la más absoluta de las tragedias. Era un día tranquilo en Cala Cortina. Un joven de 19 años estaba lanzándose al agua desde unas rocas. Una tarde de diversión y emociones fuertes que iba bien hasta que un salto mal calculado obligó al alumno de la Escuela de Infantería de Marina Jesús Huertos, de 21 años, que estaba fuera de servicio, a infundirse de los valores de servicio que le acompañan y convertirse así sin quererlo ni beberlo en el héroe que, a la postre, acabó rescatando y salvando una vida. «Era domingo, nos habían dado permiso y me fui a la playa con unos amigos. Vimos que los chavales estaban allí lanzándose al agua. Se tiró y se quedó flotando boca abajo y sangrando mucho por la cabeza».

Con el cuerpo inmovilizado tras el impacto, era cuestión de minutos que el joven pudiera morir ahogado. A toda prisa, el futuro infante de marina no dudó un segundo en lanzarse también al agua para evitar el fatal desenlace. «Le di la vuelta y le puse encima de una roca. No teníamos los móviles encima y mis compañeros salieron corriendo a avisar a Protección Civil».

Mientras, con los conocimientos básicos de enfermería que Huertos estudió en el grado medio antes de ingresar en la vida castrense, Huertos taponó la herida de la cabeza mientras aguardaba el regreso del resto. «En ese momento estaba consciente, pero no sentía nada de su cuerpo», recuerda.

«Lo del Ejército lo llevo en la sangre. Desde pequeño siempre he tenido claro que me quería acabar dedicando a esto»

Fue a los 15 minutos cuando sus compañeros llegaron con una tabla de padel surf y le subieron encima. «No había forma de sacarlo a través de las rocas y si hubiéramos intentado llevarlo directamente a nado, probablemente se hubiera ahogado por el camino».

Dos meses en Cartagena

Con la tabla haciendo las funciones de camilla, llegaron lo más rápido que pudieron a la orilla de la playa, donde les esperaba la ambulancia ya lista para llevarse al chico al hospital. «Se lo entregué a los sanitarios y me quité de enmedio. Ya no le volví a ver más. A la ambulancia llegó ya inconsciente», relata para LA VERDAD este futuro infante de la Armada, que apenas lleva dos meses viviendo en Cartagena.

Fue hace poco, varias semanas después del angustioso suceso, que tuvo alguna noticia de ese chico al que terminó rescatando de una muerte segura. «Lo único que me han dicho es que tiene una lesión medular y que, de Cartagena, le enviaron al Hospital de Parapléjicos de Toledo. No sé nada más», afirma.

Natural de San Fernando (Cádiz), Huertos explica a este periódico que «lo del Ejército lo llevo en la sangre. Antes estuve trabajando un año y medio de auxiliar en una residencia de ancianos. Pero yo desde pequeño tenía claro que quería dedicarme a esto», explica a este diario mientras se halla en plenos preparativos para el que será uno de los días más especiales de su vida este viernes. Tal y como ya hicieron otros miembros de su familia antes que él, jurará bandera junto al resto de sus compañeros de promoción.

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