
El futuro de Gaza pasa por Washington y Catar. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre quien pesa una orden de arresto internacional por la … acusación de crímenes de guerra y contra la humanidad, visitó ayer sin cortapisas la Casa Blanca por tercera vez desde el regreso de Donald Trump, al tiempo que una delegación de Israel retomaba la negociación indirecta con Hamás en Doha. Como en enero, los hebreos parecen dispuestos a contentar al presidente estadounidense y aceptar un acuerdo de alto el fuego de dos meses que permita la entrega de 28 rehenes, 10 de ellos vivos.
Netanyahu, quien priorizará la cuestión del pacto nuclear con Irán durante su gira en Estados Unidos, según el diario ‘Israel Hayom’, lleva también bajo el brazo un proyecto para concentrar a 600.000 gazatíes en un «campo humanitario» que planea comenzar a levantar en los dos meses de tregua sobre las ruinas de Rafah. Este plan serviría para avanzar en la visión de Gaza como la ‘Riviera de Oriente Medio’ que Trump puso sobre la mesa en febrero.
Los dos mandatarios cenaron juntos y sus respectivos equipos anunciaron que no habría comparecencia de prensa, pero el líder hebreo si manifestó a los periodistas que «creo que podemos lograr la paz entre nosotros y todo Oriente Medio. Podemos establecer una paz muy amplia que incluya a todos nuestros vecinos». «Trabajaremos para lograr la paz con nuestros vecinos palestinos, aquellos que no quieren destruirnos, y trabajaremos para lograr una paz en la que nuestra seguridad, el poder soberano de la seguridad, siempre permanezca en nuestras manos», añadió. Trump, por su parte, fue preguntado por si veía posible la solución de los dos estados y se limitó a decir que «no lo sé. Pregúntale eso a Bibi. Tienes al hombre más grande del mundo para responder esa vieja pregunta». Eso sí, posteriormente añadió estar cerca de conseguir que «algunos países» acepten la acogida de palestinos.
Fue el primer viaje del líder israelí a Washington tras la guerra de 12 días contra Irán, en la que Estados Unidos intervino de forma decisiva con el bombardeo de las instalaciones nucleares de la república islámica y ayer Trump reconoció que «espero que no tengamos que hacer otro ataque a Irán». Lo cierto es que durante el vuelo, Netanyahu no perdió el tiempo y ordenó un ataque aéreo contra tres puertos y dos instalaciones energéticas de Yemen como represalia por los lanzamientos de cohetes de la milicia hutí contra el Estado hebreo y los buques comerciales del mar Rojo.
Trump ha dejado claro en sus últimos mensajes que quiere un alto el fuego en Gaza y, según ‘The New York Times’, su plan para ablandar la postura de Netanyahu consiste en vincular el final de la guerra en la Franja a una posible reorganización diplomática en Oriente Medio que lleve a nuevos países árabes, como Arabia Saudí, a consolidar formalmente sus lazos con Israel.
Las familias de los rehenes se concentraron ayer frente a la representación diplomática de EE UU en Tel Aviv con un gran cartel que decía: ‘Presidente Trump: haga historia, tráigalos a todos a casa’. Para ello es necesario que Hamás e Israel avancen en el proceso de diálogo indirecto que relanzaron en Doha con la mediación de Catar y Egipto. Todo el proceso depende del resultado de la reunión entre Netanyahu y Trump. La gran incógnita es saber si el presidente estadounidense será capaz de imponer límites a su aliado. Medios cercanos a los islamistas indicaron que, si todo avanza bien, se podría firmar un acuerdo el jueves.
Mientras se negocian los detalles de un nuevo alto el fuego temporal, Israel avanza con sus planes de futuro para Gaza y el desplazamiento masivo de personas. Primero puso en marcha la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), un organismo gestionado por mercenarios que se encarga de distribuir alimentos y en cuyos centros de reparto han matado a tiros a más de 600 gazatíes en cinco semanas. El segundo paso lo desveló el ministro de Defensa, Israel Katz, coincidiendo con la visita de Netanyahu a la Casa Blanca. Ordenó al director general de su departamento y al ejército que elaboren un plan para establecer una «ciudad humanitaria» en Rafah, capaz de albergar a 600.000 palestinos.
La idea no es nueva
La GHF ya propuso crear recintos donde la gente pudiera vivir y «desradicalizarse»
Colaboración privada
Tel Aviv busca patrocinio internacional para el centro, que se levantaría durante la tregua en Rafah
El canal público Kan señaló que el objetivo es permitir la entrada de los gazatíes tras una inspección y no permitirles salir. Posteriormente, toda la población del enclave se concentrará en la zona. Las Fuerzas de Defensa asegurarán la zona a distancia e Israel intenta ya reclutar apoyo internacional para gestionar este enorme campo. «El ejército no administrará el complejo ni distribuirá alimentos, asegurará el lugar mientras se construye. Este es un paso para derrotar a Hamás», declaró Katz.
El ministro hizo oficial la iniciativa en la misma jornada en la que Reuters reveló un plan de 2.000 millones de dólares que la GHF presentó en febrero a Trump para levantar en Gaza campamentos «a gran escala» y «voluntarios», donde la población podría «residir temporalmente, desradicalizarse, reintegrarse y prepararse para reubicarse si así lo desea».
Diferencias en la negociación
Hamás, tras aceptar la propuesta de alto el fuego de Trump, ha planteado una serie de cambios en el texto que Tel Aviv calificó ayer de «inaceptables». Los islamistas solicitaron que sean las agencias de la ONU quienes repartan la ayuda, la retirada de las fuerzas israelíes y alargar el cese de la violencia hasta que la negociación lleve al final de la guerra. Los islamistas piden garantías a Washington de que, pasados los dos meses pactados, Israel no volverá a atacar, como hizo en la anterior pausa.
Netanyahu mantiene que el único final posible es la desaparición de la milicia, la entrega de sus armas y la salida al exilio de sus líderes, pero existe un debate abierto con la cúpula militar. El primer ministro se enfrenta al dilema de priorizar el regreso de los rehenes o mantener la presión militar. El ejército dijo al Gobierno que no es posible lograr ambos simultáneamente y aboga por liberar a los secuestrados «y luego continuar con el desmantelamiento de Hamás».

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Enlace de origen : Netanyahu propone a Trump concentrar a 600.000 gazatíes en un gran campamento