La Asociación de Vecinos Cobaticas-Las Jordanas, núcleos rurales ubicados en el interior del Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las … Cenizas, denuncian un año más el incremento de los atropellos de fauna en los viales del espacio protegido, pese a las medidas puestas en marcha el pasado año por la Dirección General de Medio Ambiente para reducirlos (30 badenes y resaltos, además de señalización vertical y horizontal para pedir precaución y la campaña de concienciación ‘Cuidaico’). Según los datos recopilados por los vecinos, durante 2024, el número de animales arrollados por vehículos pasó de los de 73 de 2023 a los 128, un nuevo aumento de más del 75% (algo menos del doble, que serían 146) y que continúa con la tendencia al alza desde que se iniciaron los muestreos. Un incremento que, tanto los vecinos, autores del censo, como la administración, achacan al aumento de los camaleones arrollados, una especie en expansión, que se han triplicado (el 71% del total).
Preocupados por la conservación de este valioso enclave natural, el presidente de la asociación vecinal y miembro de la Junta Rectora del Parque solicitó el pasado 18 de junio a la secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz Ferreira, una reunión para plantearle los asuntos que consideran prioritarios abordar para la mejora de la gestión del Parque, aunque de momento no han recibido repuesta.
«Aún reconociendo los esfuerzos y mejoras en la gestión de este espacio, pensamos que, debido a la creciente presión que sufre, hay aspectos mejorables y es momento de repensar y mejorar los mecanismos establecidos hasta ahora» con el fin de que la conservación de la biodiversidad siga siendo «compatible con un uso y disfrute responsable» de este espacio, explica Pedro Gadea, que destaca el «espíritu de colaboración» del colectivo al que representa. A este respecto, Medio Ambiente recuerda que Patrimonio Natural contrató un trabajo de seguimiento y diagnóstico de atropellos «para determinar qué factores principales determinan los arrollamientos; evaluar la eficacia de los reductores de velocidad y elaborar recomendaciones para reducirlos, estableciendo objetivos a corto y medio plazo». De hecho, desde el colectivo vecinal aseguran que el cierre nocturno de los accesos ha logrado que ninguna culebra de cogulla haya sido víctima del tráfico rodado en el parque en 2024. Pero consideran que el firme cementado es un factor que afecta negativamente, ya que acumula el 66,67% de atropellos.
Tres visitantes acuden a pie a la playa por una de las pasarelas
J. M. Rodríguez / AGM

El plan de gestión estará «este año»
Para lograr su objetivo, los vecinos piden a Medio Ambiente que tramite el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que facilitaría el cuidado de Calblanque y recuerdan que desde 2014 hay un grupo de trabajo para el estudio de este uso público que no ha dado los frutos esperados. Por su parte, desde Medio Natural aseguran que el trabajo del grupo «ha servido para elaborar el futuro plan de gestión del espacio protegido, sobre el que se está trabajando intensamente y se espera que sea publicado este mismo año».
Entre las medidas propuestas, piden a la Comunidad que combata los impactos negativos del incremento exponencial de visitantes que recibe el espacio y que promueva un cambio profundo en el modelo de gestión, «pasando del actual modelo de ‘ir a la playa’, que desprecia el resto de ecosistemas y ocasiona un trafico destructivo, al modelo ‘ir al Parque Regional’, dándole valor a sus zonas de reserva integral, la duna fósil, los palmerales,… Pedimos una mayor restricción del tráfico rodado y que se favorezcan otras formas de visitas, sobre todo a pie», detallan.
Para la responsable de los espacios protegidos, María Cruz Ferreira, el control de acceso desde 2010 y las medidas con las que se han intensificado las restricciones de entrada, desde 2016 hasta ahora, han ido reforzando la protección del parque y han evitado la entrada de «16.000 vehículos al año».
Cada vez más visitantes a pie
No obstante, los vecinos proponen cambios en la ordenación de accesos para minimizar el efecto negativo de los visitantes -40.000 al año, según Medio Ambiente- y que se establezca un método de reserva previa para no superar la capacidad máxima del PR. Piden también que se cambie la ubicación de los 4 estacionamientos, especialmente El Atochar, que pone en peligro a los peatones; que se priorice sobre todos los demás el tránsito de peatones; que se reubique el centro de visitantes (zona en torno a la que detectan la mayoría de los atropellos) junto a los nuevos estacionamientos; que se disminuya el tráfico en el vial de entrada entre Los Belones y La Jordana- Cobaticas (muy estrecho y que causa molestias a los vecinos, además de atropellos de fauna); que haya un mayor rigor en el control de los pases de propietarios y vecinos, que «usan vehículos no autorizados» (con matrículas diferentes). Para lo que sugieren la instalación de un control automatizado de matrículas.
Por su parte, Ferreira defiende que «se fomenta el acceso en medios alternativos al autobús. Así el acceso a pie y en bici es gratuito frente al pago que supone el bus. Y las cifras de visitantes demuestran que el acceso a pie es cada vez más relevante».
Unos bañistas salen del parking de El Atochar, tras dejar el coche, en dirección a la playa.
J. M. Rodríguez / AGM

Entre las medidas solicitadas, plantean cerrar el aparcamiento de Negrete a los autobuses y aplicar un control más riguroso a la concesión de llaves de las cancelas existentes en este sector. Igualmente, solicitan que se elimine la entrada libre de vehículos en verano de 8 a 9 y que se impida el tráfico por la rambla de Cobaticas, que «es un corredor natural». Además, insisten en sustituir los autobuses actuales por medios menos contaminantes (minibús eléctrico o tren turístico) y que los autobuses no puedan acceder a El Atochar en los periodos sin control de accesos. La responsable de Medio Natural asegura que no descarta el cambio de autobuses por otros medios, siempre que estos resulten finalmente menos contaminantes y viables técnica y económicamente. Y aprovecha para recordar que desde 2016 la rambla de Cobaticas es un acceso «cerrado, solo abierto domingos y festivos del periodo estival para los vecinos de Los Belones, en respuesta al uso histórico y tradicional que la población local ha hecho de esta área».
Monitoreo continuo de la presión
En relación al cierre de aparcamientos y de accesos, desde Medio Ambiente aseguran que «la presión de visitantes sobre el Parque Regional está sometida a un monitoreo continuo, mediante los contadores de personas, bicicletas y vehículos que se instalaron en 2024 en los principales accesos». Y aseguran que si se detecta que la capacidad de acogida se estuviera sobrepasando, se implementarían las medidas adecuadas para la salvaguarda del espacio. Por ello, no descartan «que se pudieran implementar estas u otras medidas», tranquilizan.
Entre los usos que deterioran la calidad ecológica del Parque, los habitantes de Calblanque señalan el «cada vez más frecuente acceso por mar». Y piden que se regule y vigile la llegada de motos náuticas a la Cala del Barco y que se controle el fondeo, que «causa daños en las praderas de ‘Posidonia’ y ‘Cymodocea’», mediante la coordinación de Guardia Civil, agentes medioambientales y Policía Local. Desde la Administración regional advierte de que el acceso por mar está «explícitamente prohibido en la orden anual y, como todos los años, se ha pedido a agentes medioambientales y resto de agentes de la autoridad que intensifiquen las medidas de vigilancia y control para el estricto cumplimiento» de esta orden. Y añaden que, en caso de que fuera necesario intensificar las medidas, «tendría que incidir también Capitanía Marítima, como en el Mar Menor, ya que es el órgano sustantivo». No obstante, detallan que, en 2024, los agentes medioambientales interpusieron 5 denuncias y en lo que va de 2025 llevan 3 denuncias.
Una lancha llega a una de las calas de Calblanque.
La Verdad

En cuestión de agricultura, denuncian la existencia de cultivos intensivos (en concreto melonares). De hecho, denuncian que entre el 23 de abril y el 13 de mayo de 2024 murieron por la aplicación de pesticidas (flonicamid) 1.500 abejas melíferas en el paraje de Los García, a menos de un km de los cultivos de melón y exigen que pasen sin moratoria a ser cultivo ecológico, ya que no cumplen con las normativas de aplicación (previo aviso a los vecinos o usuarios del PR y que no haya viento, por ejemplo). Sin embargo, desde Agricultura aseguran que los cultivos del Calblanque están sometidos a la normativa del Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque y de la aplicación de la ley del Mar Menor (zona 1). No obstante, avanza Ferreira, «el futuro plan de gestión propone medidas adicionales para reforzar el papel de esta zona agrícola como espacio de fomento del paisaje y la biodiversidad».
Sobre estos cultivos, también denuncian que año tras año dejan la producción que se desecha descomponiéndose en el terreno, con el riesgo de plagas vectores de enfermedades, y solicitan que se tomen las medidas necesarias para que no siga repitiéndose.
Campo de melones en Calblanque con los frutos no recogidos abandonados en el terreno.
AA VV

Sobre la creación de una guardería jurada para el PR que se encargue de vigilar y sancionar el incumplimiento de las normas que velan por la conservación de este espacio natural protegido, Ferreira explica que el espacio cuenta con agentes medioambientales para la custodia del patrimonio natural y su biodiversidad, «un servicio que se ve reforzado en la época estival con el servicio de vigilancia de los auxiliares de vigilancia e información». Y recuerda que en el 112 ya existe una figura de guardia de la Dirección General en el Cecop para atender la llamada de cualquier ciudadano que detecte conductas delictivas o ilegales o cualquier incidencia medioambiental susceptible de que se active el protocolo correspondiente.
Por último, los habitantes de Calblanque piden disponer de cobertura telefónica y que se soterre el tendido eléctrico, que causa la electrocución de rapaces y supone riesgo de incendio. Y alertan sobre la plaga de picudo que amenaza el palmeral, junto a las Salinas de El Rasall, y los palmitos y solicitan a Medio Natural que administre los tratamientos necesarios para frenar al coleóptero. Medidas de control que, desde la Dirección General de Patrimonio Natural, aseguran que «ya se están llevando a cabo».

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