
María Ramírez
Viernes, 11 de julio 2025, 16:56
Una de las paradas imprescindibles al viajar a otro país es el supermercado. Las estanterías de las tiendas de comestibles revelan una parte importante de la cultura de una nación, como sus hábitos alimenticios y los sabores más arraigados. Sin embargo, lo último que uno espera en el extremo opuesto de Europa es toparse con un amplio ‘stock’ de una marca blanca española muy conocida.
Imagina pasear por Tallin y descubrir un puesto de un mercado local donde el catálogo está compuesto por artículos de Hacendado. Esta fue la sorpresa que se llevó Leyre Gómez, una turista española, mientras recorría las calles de esta capital. «¿Desde cuándo hay Mercadonas en Estonia? Estoy flipando, es como si estuviese en Mercadona», exclama asombrada la joven, que no dudó en grabar la escena y compartirla en su perfil (@leyregomeezz) de Instagram.
¿Cómo han llegado hasta allí los productos?
Lo que más llama la atención es la diversidad de artículos disponibles, ya que abarca distintas secciones: aceites, embutidos, galletas y hasta latas de conserva, entre otros. Eso sí, los precios no se asemejan a los que ofrece Juan Roig: un tarro de garbanzos cuesta cuatro euros; el chorizo, cinco euros; un paquete de tres tetrabriks de nata para cocinar, cuatro euros; el bote grande de tomate triturado, cinco euros, y las populares patatas fritas con sabor a jamón, tres euros. «Bastante caro todo», reconoce Leyre tras recorrer los estantes. No obstante, como recalca, «hay que tener en cuenta que es Estonia».
Una de las grandes incógnitas es cómo llega todo ese surtido hasta allí. «No sé si tendrán algún convenio con Mercadona porque al final es un puesto superlocal o si traerán las cosas en la maleta», cuestiona Leyre. La última hipótesis cae por su propio peso cuando la joven cae en la cuenta de que disponen de un congelador con helados, lo que no resulta factible llevar en un equipaje convencional. «Porque si meten chorizo, fuet o atún en latas, o bolsas de patatas en una maleta y se lo traen en avión, pues lo entiendo. ¿Pero cómo han traído los helados?», se pregunta.
Lo cierto es que Mercadona tan solo cuenta con establecimientos en España y Portugal, por lo que se desconoce con exactitud cómo han llegado estos productos hasta Estonia. Sea cual sea el método, este pequeño puesto puede ser una opción interesante para quienes quieran probar algunos sabores típicos españoles, como el jamón o el fuet, o para que los españoles que residan en la zona tengan un pequeño refugio con los sabores de su tierra.

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Enlace de origen : Una española encuentra un mercado en Estonia que vende productos de Hacendado: «Como si estuviese en Mercadona»