Alcaraz mantiene su rutina y el domingo peleará por la triple corona en Wimbledon

Alcaraz mantiene su rutina y el domingo peleará por la triple corona en Wimbledon

Germán Abril

Enviado especial a Londres

Viernes, 11 de julio 2025, 14:39

Carlos Alcaraz es un chico de rutinas. Lo que funciona rara vez lo cambia. Y este domingo mantendrá una de las que más le gusta desde 2023: jugar la final de Wimbledon. Ganó las dos anteriores y este domingo buscará alzarse con la triple corona sobre la hierba londinense. Otra tradición que está manteniendo a rajatabla es la de llegar a la última ronda en cada torneo que juega. Lo ha conseguido en sus últimas seis participaciones de manera consecutiva: Montecarlo, Barcelona, Roma, Roland Garros, Queen’s y ahora Wimbledon. Registros de leyenda para un chaval de 22 años.

Pese a firmar un partido soberbio ante Cameron Norrie en cuartos de final, Alcaraz no acabó del todo satisfecho. En su cabeza aún había muchos aspectos que mejorar. «Es difícil hacer un partido perfecto», admitía, consciente de que en su armario aún había repertorio para acercarse a la perfección. Si no fue perfecta, poco le faltó a la primera manga del murciano ante Fritz para serla. Seis saques directos, 100% de puntos ganados con el primer saque, además de 12 golpes ganadores. Toda una exhibición de poderío.

Sacó toda la artillería el de El Palmar para abrir la calurosa tarde de tenis en la Pista Central. La Catedral del tenis asistió a 36 minutos de tenis dignos del paladar más exigente. Todo salía a pedir de boca para un Alcaraz que va claramente a más con el servicio y que pronto encontró el premio del break para encarrilar la primera manga. Disfrutaba Leonardo DiCarprio a escasos metros del genio murciano, cuyos cañonazos desde el servicio no encontraban respuesta al otro lado de la red.

Partido de detalles mínimos entre dos excelentes sacadores. Los peloteos cortos se sucedían y el tenista murciano, consciente de la importancia del saque en días así, no aflojó el nivel en todo el primer set. Tampoco cuando un objeto no identificado se introdujo en su ojo derecho. Recuerdos de la final de Roland Garros de hace unas semanas, cuando también tuvo que recibir asistencia médica para aliviar sus molestias en uno de sus ojos.

No dejaban de abanicarse los miles de aficionados ubicados a pleno sol en la zona central. Golpes de muñeca en la tribuna, también en la pista, donde Fritz exigió al máximo a Alcaraz durante el segundo acto. Excelso con el servicio el murciano, también el estadounidense. Nadie regalaba nada. Mucho más que un simple especialista con el servicio, Fritz también exprimió a Alcaraz durante los peloteos desde el fondo de pista.

Cómodo el californiano con los golpes de Alcaraz. Estos no encontraban la dirección ni la potencia para dañar la carrocería de Fritz. De más a menos el palmareño, incapaz de sostener el ritmo de peloteo desde el fondo de un explosivo Fritz al que le salía todo. Inocuo Alcaraz a la hora de restar los segundos servicios, fue su oponente quien acabó aprovechando un bajón con el saque del murciano para equilibrar el partido. Subía la temperatura de la semifinal, especialmente para un Alcaraz que sentía el calor de Fritz directamente en su cogote.

Alcaraz alivia el sofoco

Una vez igualada la semifinal, Fritz decidió tomarse un tiempo para acudir al vestuario. Seguramente no fue la elección más acertada en la carrera del estadounidense, quien nada más volver del aseo se vio por debajo en el marcador. Totalmente errático con su saque en la tercera manga, permitió que Alcaraz espantara las dudas para tomar de nuevo la iniciativa en el marcador. Sólo cedió un punto con su saque el murciano, ya recompuesto tras el sopapo.

Meritorio partido de Fritz, que pese al tamaño de la empresa, nunca se vino abajo. Dos veces por detrás en el marcador, pero siempre pegado a la estela del dos veces ganador en Wimbledon. Engañan sus 196 centímetros de estatura, pues es capaz de moverse con fluidez y coordinación por el césped. En el cuarto set, como en el segundo, apenas dio margen para que Alcaraz se marchara.

Tanto apretó el estadounidense que hubo que llegar a la muerte súbita para definir la cuarta manga: final o quinto set. Fue un auténtico drama. Del 4-1 a favor de Alcaraz, a las dos bolas de set para Fritz. Ahí se mantuvo firme como acostumbra el palmareño para cerrar con maestría el partido cuando la tensión aprieta. «No quiero pensar mucho en la final. Quiero disfrutar de este momento, de haberme clasificado por tercera vez consecutiva para una final de Wimbledon», reconoció Alcaraz aún sobre el césped. Otro domingo de julio jugando la final en Londres. Otra oportunidad para seguir haciendo historia. Animal de costumbres el murciano, veremos si mantiene la de ganar cada final de Grand Slam que disputa.

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