De la piscina a la resignación: así se vivió la final de Wimbledon en El Palmar

De la piscina a la resignación: así se vivió la final de Wimbledon en El Palmar

El recorrido que separa la entrada del Club de Campo de El Palmar de la pantalla gigante instalada en su interior presume unas instalaciones vacías. Desde el cartel que reza ‘Eres nuestro número uno’ hasta las escaleras que giran destino a la cafetería, el camino está escoltado por pistas de tenis desiertas, alumbradas bajo los 35ºC propios de una calurosa tarde de julio murciano. Parece más sensato un sofá bajo el rumor del aire acondicionado, como un mantra eléctrico que extiende el horario constitucional de la siesta española; o una toalla sobre la arena, al amparo de la sombrilla junto a esa novela que solo se deja leer en verano. Parece más sensato, pero en la tarde del domingo el vecino pródigo volvía a poner El Palmar en el mapa de las grandes capitales europeas con un Grand Slam en el alambre.

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