Autónomas rurales: el triple salto mortal

Autónomas rurales: el triple salto mortal

Domingo, 13 de julio 2025

Autónomos por sector

Región de Murcia,

datos a 30/06/2025

Agricultura y ganadería

Industria manufacturera

Construcción

Transporte

Hostelería

Actividades profesionales,

científicas y técnicas

Educación

Actividades sanitarias

y de servicios sociales

Autónomos en

la Región de Murcia

Datos a 30/06/2025

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Región de Murcia,

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Autónomos en

la Región de Murcia

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Región de Murcia, datos a 30/06/2025

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Autónomos en la Región de Murcia

Datos a 30/06/2025

Hay en la Región de Murcia 38.893 mujeres que no tienen horario de trabajo fijo y que tampoco saben con seguridad cuánto dinero facturarán a fin de mes, porque dependerá de cómo se mueva el mercado. Muchas de ellas no conocen lo que son las vacaciones pagadas y, casi todas, han desarrollado una inmunidad especial frente a los virus respiratorios del invierno, porque coger la gripe suele ser sinónimo para ellas de dejar de ingresar. Y aunque la mayoría no sepa nada de economía, pueden dar una clase magistral en materia de impuestos, sobre todo en lo que se refiere a pagarlos.

Son las 38.893 afiliadas femeninas de la Región de Murcia inscritas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social (según las cifras oficiales actualizadas a 30 de junio de 2025), las cuales, además de las dificultades que conlleva el empleo por cuenta propia a nivel general, también afrontan los problemas que acusan todas las mujeres por cuestiones de género, como la ausencia de corresponsabilidad en el hogar, las dificultades para la conciliación laboral y familiar, y las actitudes machistas todavía latentes en tantos ámbitos de la vida.

Aledo, Albudeite, Campos del Río, Ojós, Pliego, Ricote, Ulea y Villanueva concentran 379 mujeres afiliadas al RETA

De estas 38.893 emprendedoras, un total de 379 ejercen su actividad en los municipios de la Región que cuentan con menos de 5.000 habitantes (Aledo, Albudeite, Campos del Río, Ojós, Pliego, Ricote, Ulea y Villanueva del Río Segura), por lo que pueden ser clasificadas como trabajadoras autónomas en el ámbito rural, por lo que se ven afectadas por problemáticas particulares, principalmente el fenómeno de la despoblación. Además, las que se dedican al comercio, que constituyen la gran mayoría, son muchas veces únicas en sus respectivos territorios, por lo que cuentan con la responsabilidad de que el servicio a sus vecinos depende de que ellas estén listas cada mañana para abrir la persiana.

Juana López Rubio, carnicera de Pliego; Carmen Gómez López, estanquera de Ricote; y Joaquina Vicente, que regenta un supermercado en Albudeite, son tres trabajadoras por cuenta propia en entornos rurales de la Región que relatan a LA VERDAD en este reportaje cómo es su experiencia diaria y los principales problemas y necesidades que tienen.

La mayoría de autónomas en estas zonas se dedican al comercio y, en algunos casos, son la única tienda para los vecinos


Carmen Gómez, el pasado martes en el estanco que tiene en la calle Doctores Abenza de Ricote.


Nacho García

  1. Carmen Gómez López
    Estanquera de Ricote

    «No he hecho otra cosa en mi vida que trabajar»

Desde la década de los años 30 del siglo XX -«poco antes o poco después de la Guerra Civil, no sé muy bien»- lleva abierto el estanco de la calle Doctores Abenza de Ricote, municipio de 1.220 habitantes enclavado en el Valle del mismo nombre, el que fue el último reducto morisco de la península Ibérica. El negocio lo fundaron los padres de Carmen Gómez López, su actual titular.

A punto de cumplir ochenta años, esta vecina sigue trabajando, vendiendo a diario a sus vecinos «de todo menos verdura». Tabaco, periódicos, golosinas, lotería… De hecho, el pasado 22 de diciembre, Carmen se llevó una gran alegría, al repartir décimos del segundo premio del Sorteo de Navidad. De momento, no tiene planes de jubilación, pese a que por su edad podía haberlo hecho hace tiempo. «Tengo el estanco en mi casa y no soy mucho de salir. Me viene bien trabajar, estar activa, no me canso. Me encuentro perfectamente y, al ser soltera, no tengo que cuidar de nadie», explica a LA VERDAD.

Carmen no ha hecho otra cosa en su vida que trabajar en el negocio familiar. Ayudó a sus padres hasta que se jubilaron y ostentó ella la titularidad del comercio. Abre de lunes a domingo, aunque se lo toma con más calma el día festivo y empieza un poco más tarde. Tampoco suele tomar vacaciones. Hace un tiempo estuvo enferma, pero pudo continuar la actividad «gracias a Dios, con la ayuda de mis hermanos y de un amigo».

La estanquera recuerda que «antiguamente, vendíamos de todo, hasta clavos». Ahora los tiempos han cambiado, aunque la principal fuente de ingresos del estanco ha sido siempre el tabaco. «A los fumadores cada vez se lo ponen más complicado desde los gobiernos. Todo son agobios, ya ahora hasta te van a prohibir fumar en las terrazas», observa esta ciudadana de Ricote. En su caso, se cumple el refrán de ‘en casa de herrero, cuchara de palo’. Salvó un breve tiempo tras fallecer su padre en el que le dio por fumar», nunca ha sido consumidora de cigarrillos. Tampoco deja fumar dentro de su vivienda-estanco.

«Mis sobrinos están colocados. Como no sean los pequeños, los hijos de estos, no sé quién podría continuar el negocio»

Carmen Gómez López

Estanquera de Ricote

No es Carmen de las que se quejan constantemente de las dificultades que ponen las administraciones a los autónomos. «Yo no me meto con los políticos, y ellos tampoco se meten conmigo». Eso sí, considera que los empleados por cuenta propia lo tienen más difícil que el resto. Ella, por ejemplo, asegura que en el tiempo en el que estuvo convaleciente, no cogió la baja porque no le salía rentable.

Sobre el relevo generacional, ve complicado que el estanco continúe cuando ella decida retirarse. «Mis sobrinos están colocados. Como no sea alguno de sus hijos, no sé quién se podría quedar esto. Eso sí, alguna vez que he planteado traspasar el negocio, ellos no han querido», confiesa. En su establecimiento se siguen vendiendo periódicos en papel. ¿El que más se vende? LA VERDAD, sin duda», sentencia.

En el municipio de Ricote, cuya economía es agraria desde hace siglos, hay 61 trabajadores inscritos en el RETA, de los que 38 son hombres y 23, mujeres.

Las jornadas de trabajo maratonianas, la ausencia de vacaciones y la falta de relevo generacional son los principales problemas


Juana López Rubio, en su puesto de la plaza de abastos de Pliego, donde regenta una carnicería con su hermano.


Nacho García

  1. Juana López
    Carnicera de Pliego

    «Si un domingo hay que abrir la puerta, se abre»

Juana López Rubio, de 47 años, regenta junto a su hermano uno de los cinco puestos que quedan abiertos en la plaza de abastos de Pliego, un municipio de 4.019 habitantes ubicado en la comarca del Río Mula.

Desde 2002, los hermanos son los dueños de una carnicería en la que se elabora el embutido «como se hacía antiguamente en el campo», con lo que dan un toque especial a las morcillas, las salchichas, la longaniza, la butifarra o el blanco. Él es el que trabaja la carne y ella está cara al público, lo que implica ser en muchas ocasiones la confidente, el paño de lágrimas de sus clientes. «Contratar empleados es ahora mismo muy difícil para nosotros, por lo que tenemos que apañarnos solos, sabiendo que, si hay que echar una jornada de 24 horas, la echamos», indica Juana, madre de una adolescente de 16 años y de un niño de 10.

«Me gusta lo que hago, no lo puedo negar. Hablar con la gente, que te cuenten sus cosas. Cuando el negocio va bien y hay dinero, todo es armonía. Pero cuando falta ya es otra cosa», lamenta la carnicera, que abre su puesto en el mercado de abastos pleguero de lunes a sábado, aunque reconoce que más de un domingo, cuando se lo ha pedido algún cliente por necesidad imperiosa, ha tenido que coger las llaves e ir a abrirle la puerta.

«Mis hijos han visto que no tengo horario de trabajo ni vacaciones en verano, así que tienen claro que quieren estudiar»

Juana López Rubio

Carnicera de Pliego

Juana López reconoce que el mayor desgaste para un autónomo se produce «por no tener la seguridad de unos ingresos fijos mensuales, por no tener vacaciones ni días libres, ni por no poder ni siquiera ponerte mala». Ella asegura que lleva tres veranos sin coger vacaciones y que se ha perdido «muchas cosas» de la vida de sus hijos por estar trabajando. «Ellos lo saben, ven que no tengo horario de trabajo fijo ni vacaciones de verano, así que tienen claro que lo mejor es estudiar y dedicarse a otra cosa», explica. Por suerte, los chicos se toman en serio la formación y son buenos alumnos.

Sobre la dificultad de sacar adelante un comercio en un municipio de menos de 5.000 habitantes, Juana López Rubio lamenta que «se están perdiendo muchas tiendas de barrio». Un ejemplo es la plaza de abastos donde tiene la tienda, de la que recientemente se ha marchado una frutería. No obstante, valora los esfuerzos que hace el Ayuntamiento de Pliego, cuyo alcalde es Antonio Huéscar, con campañas para fomentar el consumo en comercios locales y la reciente remodelación del mercado.

«También han cambiado los hábitos de la gente más joven. Ya no es como antes, ahora tienen menos tiempo y buscan la comodidad, quieren que les den las cosas hechas. Prefieren no perder tiempo en hacer la compra y cocinar, para dedicarlo a otras cosas», argumenta Juana, quien por ahora tiene fuerza y energía para permanecer muchos años más al pie del cañón en la carnicería.

En cualquier caso, el municipio de Pliego, aunque se mantiene por debajo de los 5.000 habitantes, no es el más afectado por la despoblación. De hecho, ha ganado 606 habitantes desde 2001, el año previo a que Juana López y su hermano Juan abrieran la carnicería. Según las estadísticas oficiales a 30 de junio de 2025, Pliego es la localidad rural que más trabajadoras autónomas tiene censadas (106), seguido de Villanueva del Río Segura (82) y Campos del Río (47).


Joaquina Vicente, en su puesto de trabajo.


Nacho García

  1. Joaquina Vicente Sarabia
    Tendera de Albudeite

    «Si tuviera hijos, no podría conciliarlo con mi horario»

Hace siete años que Joaquina Vicente Sarabia, de 45 años y natural de Albudeite, abrió una tienda de comestibles en la avenida de la Paz de la localidad, que cuenta con 1.400 habitantes. El negocio se incorporó a la cadena de supermercados murciana Famyco y en él «vendemos de todo». Abre de lunes a sábado, de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas, y aunque en principio los domingos son su día de descanso, «suele pasar que algún cliente me llame, porque a lo mejor se ha quedado sin potitos para los niños, y tenga que abrir».

Afirma que está contenta con su trabajo por cuenta propia, «donde lo mejor es que soy mi propia jefa y estoy en contacto con la gente, no solo atendiéndolos, sino escuchando sus problemas, haciendo de ‘psicóloga’, como a veces digo». No obstante Joaquina Vicente Sarabia admite que permanece muchísimas horas al pie del cañón. «Lo peor sin duda son las horas y que si me quiero ir quince días de vacaciones, tengo que contratar a alguien». «Además -añade- de que no me puedo poner mala, tengo que abrir, he llegado a ir a trabajar con 38 de fiebre».

A diferencia de su compañera de Pliego, la carnicera Juana López, y de la estanquera de Ricote Carmen Gómez, Joaquina Vicente Sarabia asegura que ella sí toma todos los veranos vacaciones. Lo hace en septiembre, cuando el pueblo se queda vacío tras las fiestas patronales en honor a la Virgen de los Remedios, que se celebran a finales del mes de agosto. «Ahí es cuando la gente se va fuera y apenas hay movimiento de clientes, por lo que aprovecho para tomarme unos días. Eso sí, dejando a alguien a cargo», explica a este diario.

«Los impuestos están por las nubes, a veces tengo la sensación de estar trabajando para pagarlos»

Joaquina Vicente Sarabia

Tendera de Albudeite

La tendera está casada pero no tiene hijos. Reconoce que esta circunstancia le facilita las cosas en el plano profesional. «Si tuviera hijos, no podría conciliar con el horario que tengo, tendría que reducirme la jornada o dedicarme a otra cosa», confiesa.

Respecto al trato que reciben de las autoridades, esta trabajadora autónoma no tiene quejas de la labor que realiza el Ayuntamiento de Albudeite, gobernado por Jesús García Martínez, del PP. «Albudeite es un municipio en el que todos nos conocemos y el Ayuntamiento está siempre pendiente de todos los negocios», señala Joaquina, que no puede decir lo mismo de otras administraciones, sobre todo en lo referido a los impuestos. «Están por las nubes, prácticamente trabajamos para pagarlos», se queja.

En Albudeite, según el RETA, hay 46 autónomos, de los que 33 son hombres y 13, mujeres.

Inés Mazuela (UPTA): «El trabajo autónomo de las mujeres es una herramienta contra la despoblación»


Inés Mazuela.

El concepto que tiene de la Región la sevillana Inés Mazuela, responsable jurídico e institucional de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), es el de una «tierra emprendedora, donde hay mucho talento» y en el que las administraciones, particularmente la Comunidad y el Ayuntamiento de Murcia, tratan de poner las cosas fáciles a los trabajadores por cuenta propia. No en vano, UPTA trabaja codo con codo tanto con la Consejería de Empresa, Empleo y Economía Social, que dirige Marisa López Aragón, en la creación de la Red de Ayuntamientos Rurales Emprendedores de la Región, un canal de apoyo a los autónomos de las ocho localidades de menos de 5.000 habitantes. Paralelamente, la Consejería tiene un plan para llevar la Oficina del Autónomo a los municipios.

Además, la Región es un territorio en el que, aunque persiste la brecha de género (las mujeres son un 37% del total), el autoempleo femenino se abre camino cada año, creciendo 12 puntos en la última década. Muchas de ellas en los entornos rurales, donde las trabajadoras por cuenta propia «son las responsables de asentar la población al territorio», constituyendo «una herramienta para frenar la pérdida de población», señala Mazuela.

La responsable de UPTA no desvela ningún secreto cuando dice que el camino que tiene que recorrer una mujer autónoma en el mundo rural «no es precisamente un camino de rosas». En ese sentido, anima a las administraciones «a darle una vuelta» a algunas medidas sobre el papel positivas, como la que establece una bonificación del 80% de la cuota sobre las contingencias comunes para las mujeres autónomas que, por haber sido madres, tengan que estar fuera de su actividad, la cual se mantiene si se reincorpora antes de pasados dos años del nacimiento. «¿Esto a qué lleva? Si pensamos en una pareja tradicional de distinto sexo en la que los dos son autónomos, el que va a trabajar va a ser él y ella se va a quedar asumiendo las responsabilidades familiares y domésticas, debido a que va a pagar menos cuota de autónomo. Así que, si bien la medida es positiva, habría que darle una vuelta», reflexiona.

Otra dificultad que se encuentran las mujeres rurales está relacionada con «la falta de empoderamiento». Porque en los municipios más pequeños, por tradición cultural, está menos extendida la corresponsabilidad en el hogar, lo que lleva a las trabajadoras «a jornadas dobles de trabajo». Asimismo, según un estudio que ha realizado UPTA en varias comunidades autónomas, el machismo pervive más en los ambientes rurales. «El informe ha concluido que las mujeres rurales autónomas sufren discriminación no por parte de los colegas de trabajo, sino por parte de clientes y proveedores. Todavía hay mucho trabajo que hacer en este campo», advierte.

Para la responsable de la organización, otra cuestión a abordar, para los autónomos en general, es el relevo generacional. En ese sentido, recuerda Mazuela que 26.000 autónomos de la Región se jubilarán en la próxima década «con el futuro de negocios viables sin aclarar». En ese sentido, la Consejería de Marisa López Aragón recuerda que tiene en marcha el Cheque Relevo, dotado con 200.000 euros, con el fin de favorecer la continuidad de estas empresas.

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