La Mar de Letras de Cartagena reúne por primera vez a Bae Suah y Kim Ho-Yeon, autores coreanos superventas

La Mar de Letras de Cartagena reúne por primera vez a Bae Suah y Kim Ho-Yeon, autores coreanos superventas

Martes, 15 de julio 2025, 13:20

La Mar de Letras de Cartagena arrancó ayer con el esperado encuentro entre dos autores totémicos de la literatura coreana: Bae Suah y Kim Ho-Yeon, autores superventas en Corea del Sur. Era la primera vez que se veían las caras y participaban juntos en un acto literario, por lo que el encuentro organizado por Belén Rosa de Gea, programadora de La Mar de Letras, en la sala de exposiciones Domus del Pórtico, junto al Teatro Romano de la trimilenaria, colmó las expectativas de sus lectores. Un viaje por la cultura coreana de la mano de personajes que batallan por la vida rodeados de incertidumbres, deseos y realidades poliédricas. Seúl, bajo un sol aterrador o una tormenta de nieve, es el escenario de las tramas de estas historias, muy recomendables como lecturas estivales. Ho-Yeon, que estuvo este año en Madrid y Salamanca, reconoció en Cartagena que «yo ya me había encontrado con Bae en sus novelas, yo ya como universitario leía sus obras hace 30 años, y quería encontrarme con ella, pero han tenido que pasar 30 años para hacerlo en Cartagena».

Bae Suah (Seúl, 1965) nunca soñó con ser escritora. Debutó en la literatura con un relato corto que se le ocurrió mientras aprendía a teclear en un curso de mecanografía. Ese texto, su primera obra, ‘Una habitación oscura’ (1988), fue publicado en una revista. Es autora de una docena de novelas y colecciones de relatos, entre ellos ‘La noche y el día de Ayami’ (2012), cuyos protagonistas parecen fantasmas apareciendo por un espejo ciego, y ‘En ninguna parte’ (1998), que retrata «una especie de volcán dentro del corazón de las mujeres, volcanes que amenazan con entrar en erupción y que nunca lo hacen». Ha traducido al coreano a Sebald, Kafka, Robert Walser, Pessoa, Jenny Erpenbeck y Clarice Lispector. «Gracias a mi trabajo como traductora, he llegado a apreciar lo que se pierde en la traducción. Y a la inversa, hay que valorar lo que se gana en la traducción y no está en el texto original», reconoce.


Los autores coreanos durante el encuentro moderado por Manuel Madrid en la Domus del Pórtico.

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Suah vive en Alemania: «Me guste o no, lo que leo afecta a mi escritura. La literatura alemana, o la belleza única de la lengua alemana, seguro que han afectado a mi escritura». Es admiradora, además de Clarice Lispector, de la francesa Marguerite Duras, y le interesan autores relativamente desconocidos como los alemanes Gerhard Maier, Wolfgang Hildesheimer y Arno Schmidt, y la austriaca Friedericke Mayröcker. De ella se ha dicho que es «poco coreana», que «ejercía la violencia sobre el coreano», que su literatura era «una forma de resistencia a la literatura de los 80», que su forma de narrar la ficción es «experimental»; ella admite que no escribe un coreano «fino y bonito», que sus primeras obras eran «como una reacción al realismo», que la narración no cronológica es utilizada por todos los escritores, y que «últimamente la gente ha sido menos crítica». No cree que su escritura sea vanguardista, aunque lucha con el método para comunicar «de una nueva manera», y sí, disfruta con la experimentación.


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La editorial Shiro de Yebes (Guadalajara) ha publicado dos novelas de Bae Suah en español, ambas traducidas por Ana Barragán, gracias a una ayuda del Instituto Coreano de Traducción (LTI Korea): ‘La noche y el día de Ayami’ y ‘En ninguna parte’. Ayami, protagonista de ‘La noche y el día de Ayami’, es una actriz, exactriz más bien, está a punto de cumplir 28 años, y ha trabajado en el único teatro sonoro para ciegos de Seúl. La sala cierra tras la última representación en el teatro, en concreto, se pone en escena ‘La lechuza ciega’, del escritor iraní de culto Sadeq Hedayat. El futuro de Ayami es incierto. Tras el último turno, Ayami recorre la ciudad con su antiguo jefe hasta altas horas de la noche. El calor es agónico, con efecto mortificante, la ‘enfermedad del monzón’, dicen: «Para cuando el calor llegó a su fin, solo quedaban cenizas y fantasmas grises». Buscan a una amiga de la que no tienen noticias, y a su alrededor el paisaje de Seúl empieza a poblarse de personajes misteriosos e imágenes fantásticas. Al día siguiente, Ayami hace de guía para un escritor de novelas policiacas que viene del extranjero. Los límites de la realidad empiezan a deshilacharse, y el pasado se inmiscuye en el presente de mil formas. ‘La noche y el día de Ayami’ disuelve la línea que separa realidad y sueño.

Bae Suah encontró ese nombre, Ayami, en un libro sobre chamanismo. Proviene del chamanismo siberiano. Se refiere a un espíritu femenino que pasa toda su vida dentro del cuerpo de un chamán como su esposa. «Esta es una novela sobre lo que le pasaría a Ayami, lo que podría haberle pasado a Ayami y lo que podría pasarle a Ayami». La novela fue escrita en 2012, mientras se alojaba en una zona pantanosa del norte de Alemania, cerca del Mar del Norte, donde todas las noches sonaba en la radio una predicción meteorológica para pescadores. Doppelgänger es el vocablo alemán para definir el doble fantasmagórico o sosias malvado de una persona viva. Ayami es un espíritu que habita dentro del cuerpo de un chamán. A lo largo de su vida, éste vive con Ayami en sus sueños. Y cuando se despierta, vuelve a la realidad. Es así como si viviera en dos mundos, llevando dos vidas.


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La protagonista de ‘En ninguna parte’ es una joven que mantiene a la familia con trabajos temporales, su madre es alcohólica, su padre fue un pelele (está preso por corrupción), su hermano emigra a Japón y su hermana pequeña trata de salir adelante en el colegio. Su relación con Cheolsu se desvanece cuando éste se marcha al servicio militar. Un día va a visitarlo al campo de entrenamiento, y su viaje se convierte en una persecución de la sombra fugaz de aquel a quien busca. «Esta es la historia de una joven de clase trabajadora que lucha por salir adelante mientras esquiva los abusos de la sociedad coreana». Los acontecimientos están basados en la realidad. «El miedo que siente una joven cuando va a visitar a su novio en el ejército, la ansiedad de un futuro incierto, el miedo al amor… Ese miedo y esa ansiedad no se pueden superar con solo escapar a la pobreza. En cuanto se disipa una inseguridad, otra cae ante nosotros como una cortina».

«Cada historia es como un universo ilimitado, simultáneo y abierto: ninguna teoría es capaz de explicar el universo en su totalidad, y lo mismo ocurre con la literatura», afirma Bae Suah

Dice Bae Suah que una historia es como un universo: «Ilimitado, simultáneo y abierto: ninguna teoría es capaz de explicar el universo en su totalidad, y lo mismo ocurre con la literatura». Sus historias tienen a mujeres como protagonistas, «mujeres que no tienen garantizado el estatus social a través del matrimonio, o que se niegan a casarse para obtenerlo; mujeres que no se reprimen por el bien de sus padres o hermanos; mujeres que, como resultado de su personalidad independiente, se sienten solas y viven en la precariedad. Mujeres que siguen su camino y que no tienen miedo a hacerlo».

«Me interesan mucho esas vidas (…), y quiero darles un valor estético a través de mi obra. Y quiero hacer que crucen cierta frontera que yo misma no pude cruzar porque me faltaba valentía. Quiero que sean más fuertes que yo». Bae Suah se pregunta qué hace que una relación sea especial. La protagonista habla bruscamente, a veces es grosera con los demás («naciste con un cuchillo clavado en el corazón»); no adopta un enfoque delicado de la emoción, no apela a sentimientos universales. Ella siente la prisión de la clase social, de las circunstancias, la prisión de la carne, de unas manos sudorosas que se niegan a soltarse y a caer…


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Kim Ho-Yeon (Seúl, 1974) es el autor de ‘Las maravillas de la tienda de Cheongpa-dong’, y antes de la exitosa novela ‘La asombrosa tienda de la señora Yeom’, una extraordinaria historia sobre el poder de encontrarse a uno mismo, ambas publicadas en español por Duomo Ediciones y traducidas del coreano por Ana Barragán. ¿Puede una tienda cambiar nuestras vidas? Hay que entrar en el maravilloso local de la señora Yeom para saber que sí es posible que una tienda cambie nuestras vidas, y que sea uno de esos lugares al que siempre querremos regresar. Se ha dicho de estas obras que son libros fáciles, un tanto naif al hilo de las novelas ‘feelgood’, pero son libros cargados de esperanza, se defiende Ho-Yeon, pues habla de segundas oportunidades y de pequeños gestos que ponen en marcha el motor de algo muy grande.


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Novelista, dramaturgo y escritor de cómics, Kim Ho-Yeon es un narrador completo. Ganó el premio del diario ‘Segye Ilbo’ en 2013. Su obra destaca por la humanidad que transmiten sus personajes, siempre inspiradores, y por unas historias que nos recuerdan su propia vida. ‘La asombrosa tienda de la señora Yeom’, una delicada historia costumbrista en torno al día a día de un pequeño comercio en Seúl, vendió dos millones de ejemplares en Corea y hay ediciones traducidas en 23 idiomas. «Se me ocurrió que en esta tienda podría encontrar historias muy interesantes», contó Ho-Yeon, para quien todos los personajes, como sucede con cualquier persona, necesitan un giro en sus vidas para promover el cambio. «Los cambios no son fáciles. Todos necesitamos ese empujoncito, ese momento de cambio de tuerca». Ho-Yeon dijo que su intención con estas novelas que ayudan a hacerse sentir bien a los lectores no es otra que invitar a contemplar y comprender mejor las complejidades del mundo en que vivimos.

«Se me ocurrió que en esta tienda podría encontrar historias muy interesantes», contó Ho-Yeon, para quien todos los personajes, como sucede con cualquier persona, necesitan un giro en sus vidas para promover el cambio

El personaje del vagabundo al que la señora Yeom da una segunda oportunidad cuando lo contrata para su tienda sirve para abordar el rechazo hacia los pobres y marginados en la sociedad coreana, mostrando las diferentes formas de hipocresía y la importancia de superar los prejuicios. «Dokgo representa esa lucha y resiliencia; tiene una vida marcada por la dificultad pero también, en el fondo quiere seguir en batalla por la vida». También incluye otras realidades que no siempre gustan, como el alcoholismo, la soledad y la obsesión por la belleza perfecta, a menudo considerados tabú en Corea, con los que pretende, según insistió, reflejar la complejidad y las contradicciones de nuestra realidad.

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