Cuatro meses han tardado en llegar a casa los 252 inmigrantes venezolanos que Donald Trump ordenó deportar. Han vivido una carambola diplomática que primero les … llevó a El Salvador, donde estuvieron presos en el deplorado Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) que el presidente Nayib Bukele mandó construir para encerrar a los criminales que aterrorizaban a este país centroafricano, y que alquila a Estados Unidos para internar a los migrantes delincuentes que deporte. Para mantenerlos allí, Washington pagó 6 millones de dólares.
Una vez entre rejas, el gobierno salvadoreño inició contactos con el de Nicolás Maduro -con la «valerosa» gestión del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y del Papa León XIV- para poner en marcha la repatriación de los venezolanos, acusados por Washington de pertenecer a la organización criminal Tren de Aragua. Bukele aseguró que entre ellos hay hombres con «cargos por asesinato, robo y violación», aunque Caracas asegura que solo siete tienen antecedentes por delitos graves.
Finalmente, los tres países llegaron a un acuerdo que incluía su intercambio por cinco ciudadanos estadounidenses, los últimos que quedan encarcelados en el país bolivariano, y de otros tantos residentes legales en la superpotencia americana. Además, Venezuela se comprometió a poner en libertad a un número indeterminado de presos políticos locales.
La operación culminó el viernes por la noche. El secretario de Defensa de la superpotencia americana, Marco Rubio, publicó un vídeo de los americanos liberados regresando en un jet privado a territorio estadounidense, adonde llegaron ataviados con la enseña de las barras y estrellas mientras las autoridades les aplaudían a pie de escalerilla. «Terroristas por inocentes», resumió Rubio.
Así ha sido el intercambio de presos.
EFE/AFP



En el otro bando, el discurso fue el mismo. «Entregamos a unos asesinos por ustedes» les dijo el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, a los supuestos integrantes del Tren de Aragua, que despegaron de El Salvador esposados y recorriendo un pasillo de agentes antidisturbios, y aterrizaron en la localidad venezolana de Maiquetía, donde las autoridades subieron al avión para entonar con ellos el himno venezolano antes del desembarque. En tierra, sus familiares les hicieron un pasillo completamente diferente al son de vítores y achuchones. «Tenía tantas ganas de abrazarlo y de decirle cuánto lo amamos», comentaba, aliviada, Ylanis Chirinos, familiar de uno de los deportados.
Today, we have handed over all the Venezuelan nationals detained in our country, accused of being part of the criminal organization Tren de Aragua (TDA). Many of them face multiple charges of murder, robbery, rape, and other serious crimes.
As was offered to the Venezuelan… pic.twitter.com/teuIT4GiRT
— Nayib Bukele (@nayibbukele) July 18, 2025
En las primeras declaraciones de los repatriados a la prensa venezolana, algunos aseguraron que recibían «golpes de desayuno, golpes de almuerzo y golpes de cena» en el Cecot, donde denuncian que tampoco recibían agua potable. «También les dispararon perdigones cuando iban subiéndose a los autobuses. Tienen marcas por todo el cuerpo y vienen con hombros dislocados y cejas partidas», aseguró Cabello. Maduro no tiene dudas al respecto. «Han sufrido tortura y hambre», señaló el presidente, criticando asimismo que no se les diese acceso a un abogado o a un proceso justo.
Mil niños
Este caso desnuda la política de deportaciones de Trump, pero ninguna denuncia va a detener su política migratoria. No en vano, el mismo viernes llegaron a Venezuela, procedentes de Houston, otros 251 migrantes deportados directamente. Entre ellos se encontraban siete menores que habían sido apartados de sus padres. «Separan a los niños y los llevan a centros de detención», criticó Cabello.
Unos 8.300 migrantes -incluidos un millar de niños- han sido deportados a Venezuela desde febrero a bordo de 45 vuelos. Bukele asegura que ya no quedan venezolanos en el Cecot, unas instalaciones que se han hecho tristemente famosas por las durísimas condiciones en las que se encierra a los reos.

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Enlace de origen : Los venezolanos expulsados de EE UU denuncian «torturas y hambre» en la cárcel