
La presidenta del Comité Autonómico de Representantes de Plena Inclusión Región de Murcia, la calasparreña Ana Isabel Martínez, no olvida ni un solo detalle de … su encuentro en julio de 2022 con la Reina Letizia en el Palacio de la Zarzuela. Fue hace justo tres años, cuando doña Letizia recibió a 16 integrantes de la Plataforma Estatal de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo de Plena Inclusión España. «Lo que le transmitimos a la Reina –recuerda– fueron básicamente nuestras inquietudes, lo que nos preocupa a las personas con discapacidad. Qué bien nos atendió… Recuerdo que no pudimos entrar ni con bolsos ni con móviles, estábamos allí incomunicados». Fue una reunión en la que Ana Isabel le explicó que las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo quieren ser protagonistas de sus propias vidas y que no son pocos los obstáculos que siguen encontrándose para que se reconozcan sus derechos, y para que sean visibles en sus entornos. «Mi mensaje para personas como yo es que no se sientan inferiores, que todos somos iguales. No hay que tener miedo a la vida. Aunque tengamos discapacidad, hay que vivir y nosotros podemos tirar hacia adelante como cualquier otra persona. Tenemos un buen ejemplo de ello en los deportistas paralímpicos».
Ana Isabel Martínez pertenece a APCOM, la Asociación de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual del Noroeste Murciano. En 2024 fue reconocida con el Premio 8 de Marzo de la Comunidad Autónoma. Tiene pareja desde hace nueve años, y su deseo sería poder tener un empleo que le permita independizarse algún día. De momento, suspira por un descanso este verano, y por poder bañarse en el río Segura o en la piscina municipal.
–Cuando le dio la mano a la Reina Letizia, ¿qué sucedió?
–Me miró a los ojos, y me dijo: ‘¡Pero qué ojos más bonitos tienes!’. Me quedé sorprendida, la verdad. Ella conocía el arroz de Calasparra, claro. Fue una experiencia muy bonita para mí y para todos los miembros de la Plataforma Estatal de Representantes, desde la que estamos luchando para mejorar el acceso a la vivienda y al empleo, y que haya participación social y educación inclusiva. La Reina es muy sensible a todo y sentí que nos apoyaba. En 2024 tuve la suerte de asistir también al primer Parlamento de Mujeres con Discapacidad, en el Senado [sede de la Cámara Alta de las Cortes Generales], organizado por Fundación CERMI Mujeres, activistas pertenecientes al movimiento de la discapacidad del CERMI, y reivindicamos la defensa y promoción de la agenda de las mujeres y niñas con discapacidad para la próxima década. Este año he ido también a la Asamblea Regional, donde reivindiqué los derechos de las mujeres con discapacidad intelectual.
–El premio que recibió el 8 de marzo de 2024 le hizo muy feliz.
–Cuando me llamó la consejera de Política Social, Familias e Igualdad, Conchita Ruiz Caballero, yo iba en el autobús. Yo no me lo esperaba, y con los nervios y el ruido del autobús, yo no sabía a qué se refería. Preparé el discurso con Leticia Rabadán y Alicia Martínez [periodista del equipo de comunicación de Plena Inclusión Región de Murcia]. Fueron mis padres y también mis abuelos; lo recuerdo como un día precioso.
–La formación es uno de los principales escollos para la inserción de personas con alguna discapacidad intelectual.
–Yo llegué a hacer hasta 4º de la ESO, y he hecho después formaciones profesionales, que son de modalidad especial, de floristería y jardinería. Y de cuidadora infantil. Aunque ahora estoy trabajando de repartidora de prensa un día a la semana para el grupo El Noroeste. Estoy en el grupo de personas con discapacidad de APCOM que están preparando oposiciones. A mí me gustaría aprobar alguna vez las de conserje. Casi todos los años sacan plazas, y tenemos la suerte de que en APCOM ya dos personas han sacado plaza: uno de conserje en un instituto de Caslasparra y otro de celador en el hospital de Caravaca. Así que no me puedo rendir. Lo que más me gustaría es tener un trabajo y decir «me voy a trabajar cada día» y tener una mayor independencia económica.
–¿Ha conseguido ya muchas más cosas de las que podía soñar?
–Sí, la verdad es que sí. En mi vida podía imaginar yo que iba a llegar donde he llegado. No ha sido nada fácil luchar por los derechos de las personas con discapacidad; todavía hay mucho por hacer, sobre todo, para que todos tengamos trabajos dignos. Todavía no está bien visto que una persona con discapacidad se vaya a vivir con su pareja, por ejemplo. Yo siempre digo que las personas con discapacidad tenemos los mismos derechos que cualquiera. Yo tengo 35 años, y siempre he vivido en Calasparra, es un pueblo tranquilo, se vive allí muy a gusto. Puedo decir que lo más difícil para mí ha sido superarme, llegar a tener un empleo, ser independiente y salir con mis amigos, tener pareja… Mucha gente piensa que un discapacitado no puede hacer su vida, y yo digo que sí, que como cualquier otra persona. Cuesta que se entienda.
En tragos cortos
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Un sitio para tapear
La Tasca, en Calasparra. -
Una canción
’90 minutos’ de India Martínez. Esta canción me representa y emociona mucho. -
Un libro para el verano
No soy de leer muchos libros, me gusta más la música. -
¿Qué consejo daría?
Vive la vida, que solo hay una. -
Un aroma
El olor a flor en Semana Santa. Me gusta ver los tronos llenos de flores y ese olor me hace sentir bien, porque trae la época del año que más me gusta. -
Un viaje pendiente
Canarias. -
Un héroe o heroína de ficción
Lilo, de ‘Lilo y Stitch’. Me identifico con ella porque soy muy familiar. -
Un personaje histórico
La reina Letizia. Tuve la suerte de conocerla en 2022. -
¿Qué hay de insólito en su familia?
Mi hermano fue ‘Cabo de tambores’. Era el encargado de hacer los redobles y dirigía la banda de Tambores y Cornetas de Calasparra. Tengo la suerte de compartir esa afición con él. -
Un baño ideal
Me gustan los baños en el río Segura.
–¿Quién ha sido importante para usted desde siempre?
–Mi familia me ha ayudado muchísimo; mis amigos me hacen feliz. Mi alegría ahora es mi sobrina, que tiene seis mesecitos. Quiero mucho a mi madre, Ramona, con la que tengo un vínculo muy importante, y al que considero mi padre de verdad, Rafael, la pareja de mi madre desde que yo tengo seis años. Se conocieron dándose un cigarro. Ellos y mis abuelos, que han sido como otros padres, me han hecho la mujer que soy. Mi referente es mi madre, sin duda. Yo iba al colegio público en Calasparra, y tenía mis logopedas, mis psicólogos… y mi madre me llevó a ese colegio para que yo fuera una mujer como soy hoy, una mujer independiente. Otra de las personas que más me han ayudado es Leticia Rabadán, mi persona de confianza, la que me ayuda en todo y a que le debo tanto, me ha enseñado a comunicarme mejor y es mi apoyo en muchos sentidos. Ella y el magnífico equipo de APCOM.
–El amor.
–Yo soy feliz con Jose, llevamos nueve años y nuestro sueño sería irnos a vivir juntos, aunque es difícil. Él me ha ayudado mucho a sentirme mejor. Yo estaba acomplejada por una fisura en el labio –comúnmente llamada labio leporino–, y yo llegué a pensar que por eso no iba a tener pareja. Y gracias a él ahora sé que puedo tener pareja. Aquello ya lo superé y hoy me hace muy feliz.
–¿Siente o ha sentido que le cuesta todo más por ser mujer?
–Sí, todo es más difícil para la mujer. Cuesta todo mucho más. Una mujer con discapacidad no tiene el mismo sueldo que un hombre con discapacidad. Lo que nos cuesta es conseguir un empleo a jornada completa, y sí que hay muchas personas que son capaces de cumplirla. En APCOM tenemos un servicio de empleo y se hacen muchos contratos al cabo del año, pero son contratos de dos días y cuatro horas, por ejemplo. A raíz del covid hubo un bajón porque hasta entonces sí que era más habitual encontrar empleos de cinco días, seis horas, o cinco días, cinco horas. Así tampoco puedes vivir. Yo tengo una pensión de 500 euros, más lo que yo cobro por mi trabajo por horas, no puedes tener mucha independencia para decir me voy a vivir sola, porque no llegas. Por eso reivindicamos que nosotros necesitamos trabajos dignos para poder ser independientes. Llevamos trabajando por ello desde los comités de representantes de Plena Inclusión, y todas las decisiones las tomamos nosotros.
–Usted es, además, miembro de la junta directiva de APCOM, algo que no es tan habitual.
–Es que no es muy habitual encontrar a personas con discapacidad en las juntas directivas de las asociaciones. Creo que en la Región soy la primera persona discapacitada en una junta directiva. Ha sido un camino muy difícil. En APCOM hay un plan de acción, y se decide cada año cómo se trabaja y cuáles son las metas. Esto es como una pirámide. A mí me votaron mis compañeros de APCOM para ser su representante, y luego los compañeros de Plena Inclusión para ser la representante autonómica, y así es como he llegado a la plataforma estatal, donde se plantean todos estos temas. Nosotros somos la voz de nuestros compañeros, los que reivindicamos sus derechos.
–¿Qué asuntos les preocupan?
–Nos preocupa, por ejemplo, la discriminación que sufren las mujeres con discapacidad y las personas LGTBI con discapacidad; víctimas de violencia y de abusos. Como colectivo nos preocupa el acceso a la vivienda, al empleo, a la participación social o a la educación inclusiva. Cuesta que se nos vea trabajando en las empresas. También nos cuesta mucho ser escuchados. Hemos hecho varias guías, una de ellas sobre cómo nos gusta que nos traten a las personas con discapacidad física e intelectual en la oficinas de la administración cuando vamos a hacer un trámite, o a pedir información.
–¿Qué cosas le molestan mucho ?
–Mi madre me ha hecho muy independiente, y yo voy a los sitios sola. Pero tengo compañeros que van al médico y les hablan a sus madres, cuando es a ellos a los que les duele. Eso no lo podemos entender. A veces nos siguen tratando como si fuéramos niños cuando somos mayores de edad. Tenemos discapacidad, pero somos adultos, hemos crecido. Eso lo vemos con personas con más necesidades, pero se nos olvida que son y están visibles, por eso luchamos también por involucrarlos para que en la forma en que puedan comunicar se haga lo que ellos también decidan.
–¿Qué planes de verano tiene?
–En agosto quiero relajarme y salir con mis amigos, ir a la piscina municipal. Ojalá pudiera irme de vacaciones. A finales de julio son las fiestas en Calasparra. Yo estoy en la junta directiva de la Hermandad de los Santos Mártires Abdón y Senén, que son los patronos del pueblo. En septiembre son las fiestas de los encierros, pero en julio tenemos las fiestas patronales, hacemos migas, tenemos la verbena el día 29 de julio y el día 30 sacamos a los santos por el Día de los Santos. Yo soy cabo de tambores en la banda de Tambores y Cornetas de Calasparra, dirijo a mis compañeros en la Real Cofradía de San Juan Evangelista y La Dolorosa de Calasparra. Mi hermano y yo redoblábamos los dos, él se fue y me quedé yo sola. En Calasparra tenemos tres agrupaciones de tambores y cornetas. Yo ya tocaba el tambor con tres años. Recuerdo que mi abuelo fue a Hellín, yo quería un tambor y me lo regaló por Reyes. Era la única niña en la banda. Mi madre también está en la misma cofradía desde muy joven. Muchas veces he llegado con callos y dolores en las muñecas, ten en cuenta que en Calasparra son casi dos horas de procesión, y la más larga dura casi tres, pero cuando nos vamos a Murcia tenemos que estar cuatro horas.
–¿Cómo recuerda sus veranos?
–Siempre me ha gustado ir al río para desconectar. Allí estoy en la gloria. Hay un sitio precioso, el Cañón de Almadenes, que os recomiendo visitarlo. Y cerca de la Cueva del Puerto hay un punto donde pasa el río y los niños pueden bañarse, hemos ido mucho con mi familia. Me he pasado veranos enteros en Las Puertas de Moratalla.

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Enlace de origen : Ana Isabel Martínez: «La Reina Letizia me dio la mano y me dijo: '¡Pero qué ojos más bonitos tienes!'. Es sensible a las necesidades de las personas con discapacidad»