
Las tensiones fronterizas entre Tailandia y Camboya cristalizaron este jueves en un ataque mutuo con cazas F-16 y artillería pesada que dejaron al menos … doce fallecidos y una treintena de heridos en el lado tailandés. Los enfrentamientos, lejos de amainar como en anteriores choques entre los dos países, se han recrudecido este viernes, con un balance de dieciséis fallecidos y al menos 150.000 desplazados. La mayoría de las víctimas mortales son civiles atrapados en el fuego cruzado que se dispara desde los dos lados de la frontera.
Se trata ya de la principal crisis entre los dos vecinos, históricamente enfrentados en una disputa territorial y de soberanía nacional. Los choques entre los soldados se han extendido e involucran ya a guarniciones acantonadas en doce municipios a lo largo de la frontera. La mayoría de sus habitantesn han sido evacuados. El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, ha dicho que la situación es muy grave y podría «desembocar en una guerra».
China y las organizaciones internacionales que operan en el Sudeste Asiático llamaron a los dos países a la contención. Estados Unidos pidió a sus nacionales afincados o de visita en la región que extremen las precauciones y se alejen de la zona en conflicto. También Francia y japón han expresado su inquietud. Mientras, tailandeses y camboyanos acumulan según transcurren las horas tanques, tropas y equipos bélicos en la frontera, que permanece cerrada por ambos lados. Las posibilidades de un fin diálogado próximo no parecen altas. Los dos gobiernos siguen culpándose del inicio de los enfrentamientos y Bangkok ha rechazado cualquier mediación extranjera. «Mantenemos nuestra postura de que el mecanismo bilateral es la mejor solución; este es un enfrentamiento entre ambos países», ha manifestado el portavoz del Ministerio de Exteriores, Nikorndej Balankura.
La sangre comenzó a correr después de un cúmulo de hostilidades aisladas y medidas de presión mutuas como la expulsión de los embajadores y otras más singulares. Por ejemplo, Tailandia cortó la cobertura de internet a las localidades situadas al otro lado de la muga y Camboya dejó de importar fruta y emitir series de televisión tailandesas. La violencia vino a continuación.
1907
es el año
de origen del conflicto cuando, en pleno colonialismo francés, se firmó la división territorial entre Camboya y el Reino de Siam (Tailandia).
Las armas pesadas rugieron este jueves en la provincia de Surin. Bangkok declaró que todo comenzó con la entrada de un dron enemigo en el espacio aéreo del templo de Ta Muen Thom, vigilado por sus fuerzas, seguido de un asalto por parte de una patrulla militar. Phnom Penh dijo todo lo contrario. El caso es que los dos ejércitos se enzarzaron en un brutal fuego cruzado. Los camboyanos dispararon misiles y drones que barrieron viviendas, comercios e incluso una gasolinera. La fuerza aérea tailandesa envió seis cazas F-16 que completaron una cadena de «operaciones quirúrgicas» contra bases militares rivales. Seis localidades resultaron atacadas. Once civiles, entre ellos un niño, y un militar perdieron la vida en la ofensiva en territorio tailandés. Al cierre de esta edición, Phnom Penh no había revelado sus bajas.
En su contexto
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Antecedente cercano
El enfrentamiento más duro entre tailandeses y camboyanos se produjo en 2011 cerca del templo Preah Vihear, que causó la muerte de veinte personas y obligó a evacuar a decenas de miles de personas. -
Piden «moderación»
El primer ministro malasio y presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Anwar Ibrahim, invitó a Bangkok y Phnom Penh a la «moderación» y el inició de negociaciones. -
La zona esmeralda
La zona más turbulenta es conocida como el ‘triángulo esmeralda’, en plena selva y donde confluyen las fronteras de Tailandia, Camboya y Laos. Alberga los templos con más contenido simbólico.
El miedo a una escalada bélica que incendie el Sudeste Asiático está presente desde hace décadas porque no es la primera vez que los dos Estados se atacan. La sensación se asemeja a los temblores que sacuden de vez en cuando una cuenca donde todas las señales predicen que un día habrá un gran terremoto: la mayoría de las crisis anteriores se han resuelto con rapidez, pero existe el temor dentro de la comunidad internacional a que uno de estos choques fronterizos desemboque en una guerra de larga duración.
Medios occidentales destacaban anoche la imprevisibilidad de la situación puesto que ninguna de las dos naciones parece ceder de momento. Tras la dimisión reciente de la primera ministra tailandesa Paetongtarn Shinawatra por criticar a su propio ejército en una llamada con el exlíder camboyano Hun Sen, los expertos locales creen que las autoridades de Bangkok intentarán establecer ahora una línea más dura. A diferencia del norte, donde acuden millones de visitantes, esta parte del país apenas registra turismo.
El fraticida enfrentamiento viene de lejos. En 1907, Francia delimitó la frontera entre Tailandia y Camboya y ninguno de los dos actores quedó satisfecho. La disputa territorial se ha agravado con el tiempo: el régimen de Phnom Penh presentó en 1962 una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia en demanda del histórico templo de Preah Vihear. El tribunal le dio la razón, pero su vecino hizo oídos sordos. En la actualidad, el conflicto se extiende a lo largo de 812 kilómetros de frontera y afecta a Ta Muen Thom y Ta Krabey, otros dos templos fuertemente vigilados por guarniciones militares.
El orgullo nacional
La confrontación no es únicamente territorial. Existe un componente de orgullo nacional y un pulso de poder entre los dos gobiernos. Los templos se remontan al Imperio Jemer, entre los siglos IX-XIII, forman parte de la historia y la identidad nacional tanto de Tailandia como de Camboya. Así, ambos los reclaman de su propiedad en vez de estar repartidos a ambos lados de la frontera. Un nacionalismo cada vez más al alza ha atizado la disputa.
La mecha, físicamente, se prendió de nuevo el pasado mes de mayo cuando un militar camboyano perdió la vida en una escaramuza. Más adelante, este mismo mes, una docena de soldados tailandeses resultaron heridos por las explosiones de minas antipersonas, de cuya colocación se acusa a Camboya.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, declaró que su Gobierno hará «lo mejor para proteger nuestra soberanía»; eso sí, mediante una «gestión cuidadosa» acorde al Derecho Internacional. Su rival,Hun Manet, pidió por su parte una reunión de «urgencia» del Consejo de Seguridad de la ONU ante unos ataques «no provocados, premeditados y deliberados» de Tailandia. China, cuyas relaciones son buenas con ambos países, instó a sus gobiernos a «resolver el problema de mediante el diálogo».

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Enlace de origen : El enfrentamiento entre Tailandia y Camboya se agrava con 15 muertos y 150.000 desplazados en la frontera