Un tren de pasajeros descarriló ayer en el Estado alemán de Baden-Württemberg con el resultado de al menos tres pasajeros fallecidos y 34 heridos, … según se dio a conocer al cierre de esta edición. Sin embargo, en ese momento todavía se cotejaba la lista de los ciudadanos rescatados con la del centenar de viajeros que iba a bordo del convoy. El operativo de rescate aguardaba esta madrugada pasada al izado de los vagones destrozados para comprobar si debajo hubiera nuevas víctimas.
El tren accidentado era el Regional Express 55, que cubría el trayecto entre Sigmaringen y Ulm. La primera llamada de emergencia al centro de control se produjo sobre las 18.10 horas. Sesenta minutos después, el primer contingente de bomberos, médicos y expertos en rescate llegaba al lugar, una hondonada de acceso complicado rodeada de bosques y convertida en un barrizal por efecto de las fuertes tormentas caídas en la zona. El descarrilamiento se produjo cerca del municipio de Riedlingen, al sur de Stuttgart,
La imagen predecía una catástrofe. Vagones fuera de la vía, tumbados de lado y dos de ellos en un terraplén. La cabina quedó parcialmente aplastada. Algunos testigos escucharon cómo del interior de los coches surgían los gritos aterrados de personas atrapadas. Además de ambulancias, seis helicópteros medicalizados volaron hasta el lugar para evacuar a las víctimas a medida que eran rescatadas. Ya con una luz escasa, sobre las nueve de la noche, los equipos de salvamento confirmaron que todos los vagones estaban vacíos. Quedaba todavía la angustia de levantar los coches en el aire y mirar debajo.
Un fuerte temporal
Oficialmente, anoche todavía no había una confirmación de los fallecidos y heridos en el siniestro. Y mucho menos de la causa del descarrilamiento, para el que se barajan varias hipótesis. El Servicio Meteorológico Alemán informó que hubo un fuerte temporal a primera hora de la tarde en el bosque donde ocurrió el accidente, hasta el extremo de que cayeron entre 30 y 40 litros de lluvia por metro cuadrado en cuestión de minutos. Los investigadores analizan si la propia tormenta hizo que el convoy descarrilase o, más probablemente, que lo hiciera por la caída de un árbol o un desprendimiento de tierra sobre el trazado.
En los alrededores, los técnicos apreciaron cómo algunos de los taludes mostraban pequeños deslizamientos. La tierra seguía frágil. «Aquí llovió intensamente por lo que no se puede descartar que la lluvia y un deslizamiento de tierra que la acompañó fueran la causa», declaró el ministro del Interior de Baden-Württemberg, Thomas Strobl
«Lloramos la pérdida de las víctimas. Expreso mis condolencias a sus familiares», señaló el canciller alemán, Friedrich Merz en un mensaje en la red social X. «El accidente ferroviario ocurrido en el distrito de Biberach me ha conmocionado profundamente», añadió. Por su parte, Winfried Kretschmann, ministro-presidente de Baden-Württemberg, un veterano político perteneciente a Los Verdes, se mostró también «conmocionado por esta trágica noticia. Mi más sentido pésame a las familias de las víctimas», manifestó Kretschmann.
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