
Cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar, dice el refrán. El incendio de la semana pasada en la … mezquita-catedral de Córdoba ha hecho a más de uno torcer la vista hacia la situación de las joyas patrimoniales de su tierra y hacia las medidas con las que estas cuentan para evitar o paliar posibles catástrofes. Tras el reciente siniestro, se ha puesto en valor que el protocolo de actuación ante situaciones de emergencia de este monumento cordobés, ya que evitó que los daños fueran mucho mayores. Sin embargo fue la devastación de la catedral de Notre Dame en París, en el año 2019, la que animó a implementar estos planes de actuación, no solo en Córdoba, sino también en lo que se refiere a la Catedral de Murcia.
Fue así en ese año, justo antes de la llegada de la pandemia, cuando el Cabildo Catedralicio decidió encargar un documento de esta naturaleza al arquitecto de cabecera de la Diócesis de Cartagena, Juan de Dios de la Hoz. Este documento constituye un plano pensado para que el personal de emergencias -especialmente los miembros del servicio de bomberos- disponga de la ubicación de los principales puntos neurálgicos del edificio en caso de incendio. Incluye así este, por ejemplo, la localización exacta de las alarmas, los medios de extinción, el cuadro de luces o las salidas de emergencia. También incluye el nombre y los números de teléfono de las personas a las que es necesario localizar ante este tipo de sucesos y el papel que debe desempeñar cada una de ellas.
Por el momento, no se ha realizado ningún simulacro en el interior de la Catedral, como sí había ocurrido en la mezquita de Córdoba
Explican desde el Cabildo que esta es la principal información que suelen solicitar los equipos de emergencias a la hora de abordar una actuación de este tipo, con el fin empezar a ejecutar los pasos necesarios para tratar de preservar la integridad del edificio y la de aquellas personas que puedan haber en su interior. No es, sin embargo, este el único documento relacionado con estas cuestiones con el que cuenta la Catedral de Murcia. Así, el templo dispone, por un lado de un plan director, que comprende cuestiones de naturaleza preventiva, ya que recoge tanto actuaciones de prevención como aquellas actividades que pueden y no pueden realizarse dentro del templo.
Hay que recordar, por ejemplo, que el origen del fuego en el templo cordobés se atribuye al incendio de la batería de una máquina barredora que se encontraba almacenada, junto a otros elementos, en la llamada capilla de Almanzor. El otro documento con el que contará la Catedral de Murcia es el llamado Plan de Salvaguarda. Y se utiliza aquí el verbo en futuro porque, aunque esta ambiciosa herramienta lleva dos años en elaboración, precisará de otros dos para su conclusión.
Miles de folios
«Muy pocos inmuebles, quizás no más de una docena, deben contar en España con un documento de este tipo, formado por miles de folios», explica De la Hoz a LA VERDAD, reconociendo que «planes como este se hacen solo uno en la vida». Recoge este trabajo, en el que participan, entre otros, arqueólogos, historiadores y arquitectos, la forma de proceder ante cualquier tipo de emergencia o catástrofe, incluyendo además de incendios, terremotos, inundaciones y hasta atentados terroristas, para salvaguardar el patrimonio artístico e histórico del templo.
Lo primero que recoge el citado plan es un inventario completo de todos los elementos patrimoniales incluidos en el templo, con sus características, incluyendo el peso y dimensiones. A ello se suma un triaje que indica qué piezas son las prioritarias a la hora de realizar una operación de rescate. Dicho documento no solo tiene en cuenta meros criterios de valor patrimonial, sino también las características del riesgo al que se enfrentan. «Evidentemente, en caso de inundación, por ejemplo, habrá que atender primero a las que se encuentran en los niveles inferiores», subraya De la Hoz.
«Hay que tener claros los criterios para preservar estos bienes; evidentemente, una imagen de Salzillo no tiene el mismo valor que una escultura Olot posterior a la Guerra Civil», destaca el deán de la Catedral, Tomás Cascales. Queda pendiente aún de realizar algún simulacro en el templo -como sí se han llevado a cabo en la mezquita de Córdoba, según el alcalde de la ciudad-, ya que todas las actuaciones preparatorias de los bomberos se han realizado en el exterior. No obstante, De la Hoz lo tiene claro, pese a tratarse de una institución privada, «la Iglesia es puntera en la conservación del patrimonio y es de agradecer».

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Enlace de origen : La Catedral de Murcia prepara un plan para priorizar las piezas a salvar en caso de catástrofe