Dicen que el trabajo constante en la vida siempre se ve recompensado, más tarde o más temprano, con premio. Y César Ruiz (Murcia, 29 años) es el claro ejemplo de ello, en este caso en el deporte, y más concretamente en el fútbol sala. Pegado a un balón desde que tiene uso de razón, este joven murciano ha pasado casi más tiempo en el parqué que fuera de él. Primero como jugador y, desde hace seis años de forma exclusiva y durante los siete anteriores de forma simultánea, como entrenador. Este verano ha recogido los frutos que ha ido sembrando desde que era niño y ha dado el salto al fútbol profesional como técnico. Hace poco más de una semana sonó el teléfono. El Zambú Pinatar apostó por su contratación para dirigir al filial en Segunda B. Era el momento de dar el paso. «La misma ilusión que siento de llegar a un club como este es la que quiero que tenga el vestuario esta temporada. Llego a una plantilla joven pero con talento que no debe ponerse ningún límite. Va a ser un año exigente pero muy bonito», reconoce el nuevo líder del banquillo del Zambú Pinatar B.
Hasta llegar a San Pedro y debutar esta campaña en la categoría de bronce del fútbol sala español, César Ruiz ha probado todas las sensaciones que puede dejar el deporte: desde la más dolorosa, como una lesión de ligamento cruzado y menisco en su etapa como juvenil que le obligó a tener que volver a enamorarse del fútbol sala, «la mayor pasión de mi vida», hasta la más placentera, cuando cumplió un sueño al debutar en Primera División con el Jumilla en la pista del Inter Movistar, un día que jamás borrará de su memoria. «Yo era jugador del filial en la temporada 2015/16 y el primer equipo tenía varias bajas en las posiciones de base y ala. Entré en la convocatoria para un partido que se jugaba un martes de Bando de la Huerta. Cambién las fiestas de mi ciudad por competir en el parqué con algunos de mis ídolos, como Ricardinho o Carlos Ortíz. Ha sido uno de los días más bonitos de mi vida», recuerda el exfutbolista, que regresó a casa con la camiseta del astro portugués como guinda a aquella jornada.
Cerca de casa
Su carrera como jugador puso el punto y final en 2019 tras dos temporadas en el Jumilla, una en Elche y la mayoría de su carrera en el CD Murcia, club faraónico de la capital que en categorías inferiores pelea con los transatlánticos del fútbol sala regional, como ElPozo Murcia y el Jimbee Cartagena. Pero este enamorado del fútbol sala que siempre quiso que su carrera vestido de corto fuera cerca de casa supo desde mucho antes de colgar las botas que quería dedicar gran parte de su vida a un deporte que le había regalado infinidad de alegrías. Por eso dio el salto a los banquillos con solo 16 años para forjar a los más pequeños que se iniciaban en el 40×20.
Este profesor de Educación Física, otro aspecto del que ha hecho del deporte su vida, empezó su etapa en el banquillo con los más pequeños, los benjamines del club de su corazón el CD Murcia. Desde ahí, fue creciendo hasta dirigir al mayor equipo de la entidad, el juvenil, ese cuya camiseta defendió durante tantos años y que llevó al subcampeonato de la Copa de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia (FFRM). Sus éxitos al frente de las categorías inferiores no pasaron desapercibidos para la propia Federación, que también descolgó el teléfono para fichar a César como entrenador de sus bases. Ha dirigido todos los equipos desde categoría benjamín, exceptuando a los alevines, y esta última temporada se quedó a un paso de proclamarse campeón de España con la selección autonómica juvenil, con la que perdió la final, como le ocurrió con los cadetes, título que sí se metió en el bolsillo con los infantiles.
«La misma ilusión que siento yo por llegar al equipo es la que quiero que tengan mis jugadores día a día», confiesa
Devolver la confianza
Acaba de arrancar el mayor reto de una carrera que solo ha hecho empezar. Y tiene entre ceja y ceja devolver la confianza que ha depositado en él la directiva del Zambú Pinatar. No se pone techo. Tampoco quiere que sus jugadores lo hagan. Confía en la calidad humana y futbolística de su vestuario y, como lleva haciendo toda su vida, en el trabajo diario. «Somos ambiciosos. Es una gran oportunidad para los jugadores y para mí. Veremos dónde nos pone la competición jornada a jornada», dice un técnico y una persona incansable cuando se trata del fútbol sala.

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Enlace de origen : César Ruiz, el triunfo de la constancia dentro y fuera del parqué