
La declaración de hambruna en Ciudad de Gaza no frena los planes de invasión de un Benjamín Netanyahu que presiona a los militares para que … se den prisa. Miles de vecinos escapan de los intensos bombardeos con los que Israel golpea el norte y este de la urbe para empujar a la población a los barrios próximos a la playa. Zonas enteras están siendo arrasadas para que nadie pueda regresar. Muchos se quedan en las calles; otros, seguros de la inminencia de la entrada por tierra del enemigo, siguen camino al Sur y aparecen en lugares como Deir el Balah, en el centro de la Franja, donde también llueven las bombas. Llegan agotados tras superar 20 kilómetros y la mayor parte hace el trayecto a pie porque es casi imposible encontrar transporte. Si lo consigues, el trayecto en coche puede costar 450 euros. Es un camino que discurre por la costa en el que la gente lleva sus escasas pertenencias encima. Es un viaje que la mayoría ya realizó en las primeras semanas de la operación israelí.
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Además de los ataques de aviación y artillería, los israelíes despliegan a sus brigadas de combate en la periferia del principal núcleo urbano de la Franja y se preparan para una campaña por fases que puede durar meses. Abdula Gamal tiene 21 años y no encuentra la forma de llevarse a las once personas que están a su cargo, entre ellas varios niños. «El día a día se ha convertido en una lucha por conseguir agua y comida, pero lo que queda es muy caro. Además, el bombardeo es constante, no paran ni de día ni de noche. Para una familia como la mía, salir costaría cientos de euros, luego habría que encontrar tiendas… ya lo hicimos en el pasado y no queremos volver a pasar por eso. Nos quedamos, mejor un cementerio en Ciudad de Gaza que regresar al Sur», se resigna.
Ante las prisas de Netanyahu, fuentes militares citadas por los medios locales indicaron que la invasión «es como un maratón, no como un esprint». Quieren ir paso a paso y esperan, en primer lugar, el despliegue de los primeros 60.000 reservistas. Mientras la ONU pide un alto el fuego urgente para hacer frente a la hambruna, el ejército se dispone a ordenar la evacuación a la fuerza de un millón de personas, lo que supondrá ahondar en el desastre humanitario, alertan desde el organismo internacional.
«El día a día es una lucha constante por conseguir agua y comida. Y bajo un bombardeo que no cesa»
Abdula Gamal
21 años y once personas a su cargo
«Es una catástrofe, para conseguir agua no potable recorremos cada día kilómetros y kilómetros a pie. A veces debemos elegir entre ir a por agua o intentar conseguir comida de ayuda humanitaria, porque no tenemos dinero para comprar lo que queda en el mercado. Y todo entre explosiones porque bombardean como locos», lamenta Hamza Atalah, de 23 años. No ve sencilla la evacuación. «Es un camino bajo el fuego que tendremos que hacer a pie porque no podemos alquilar un burro y menos un coche. No menos de 20 kilómetros a pie hasta Deir el Balah y luego, si no hay sitio, a seguir más al Sur hasta Khan Younis».
Negociación abierta
Netanyahu reunirá esta semana al gabinete de seguridad para analizar los próximos movimientos. Ni la investigación por genocidio, ni la orden de arresto por crímenes de guerra dictada por la Justicia internacional han frenado al primer ministro, y ahora tampoco la declaración de hambruna de la ONU parece que tendrá impacto alguno en su agenda. La intención del líder hebreo es seguir adelante con el plan de asaltar la que llama «capital de Hamás», al tiempo que mantiene contactos con los islamistas sobre la liberación de los rehenes y el fin de la guerra. Los medios israelíes aseguran que la negociación indirecta podría llevarse a cabo fuera de El Cairo (Egipto) o Doha (Catar), los dos lugares empleados en las últimas rondas.
Hussam al Attar, 45 años, tiene cinco hijos pequeños y no piensa moverse pase lo que pase. «Somos de Beit Lahia, que ya no existe. Nos hemos tenido que desplazar ya en seis ocasiones y estamos agotados. Vamos de un lugar destruido a otro y cada noche nos dormimos con el estómago vacío. Si nos echan al Sur, no vamos. Mejor morir de una vez que seguir con esta agonía».

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Enlace de origen : La población de Ciudad de Gaza, al límite: «Mejor acabar en un cementerio aquí que regresar al Sur»