La actriz y directora Verónica Echegui ha fallecido a los 42 años de edad. La intérprete, que permaneció ingresada durante los últimos días en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, falleció este domingo víctima de una larga enfermedad, según han informado fuentes de su entorno.
«Cuando algo me supone un reto, me da mucho miedo. Pero sé que cuando tengo esa sensación debo tirarme de cabeza, porque algo voy a aprender», aseguraba hace unos años a este periódico una actriz tan salvaje y aguerrida como natural y disciplinada, que supuso un soplo de aire fresco a mediados de los 2000, cuando irrumpió en la industria audiovisual española.
Aunque ya se había dejado ver en un par de cortometrajes y en papeles pequeños en series de televisión como ‘Una nueva vida’ y ‘Paco y Veva’, Verónica Echegui (Madrid, 1983) saltaría a la fama con ‘Yo soy la Juani’ (2006), la película de Bigas Luna que plasmaba todas las aristas del chonismo. De mirada sincera y luminosa y sonrisa contagiosa, en ella daba vida a una adolescente de extrarradio que decidía dejar a su novio, un tipo extremadamente celoso interpretado por Dani Martín, y cumplir su sueño de convertirse en una actriz de éxito. Aquel trabajo conquistó no solo al público sino también a los académicos, que la nominaron a mejor actriz revelación. Sería la primera vez de cinco, aunque solo en una ocasión se hizo con el cabezón y por su trabajo como directora en el cortometraje ‘Tótem Loba’.
Fue, precisamente, la muerte del director barcelonés la que le llevó a hacer sus pinitos como realizadora. «Después de que se marchara, me di cuenta de todo lo que él había calado en mi vida. Quería rodar una historia para dedicársela», contó cuando estaba montando su primera pieza. Y tiene sentido porque aquella Juani fue también el espaldarazo que necesitaba para crecer como actriz. Verónica Fernández de Echegaray, que así se llamaba, comenzó una intensa carrera y empezó a encadenar proyectos, demostrando su versatilidad delante de las cámaras, una y convirtiéndose en un rostro ineludible del panorama audiovisual español de las dos últimas décadas. Solo en 2008 protagonizó ‘El menor de los males’, de Antonio Hernández, tuvo un papel secundario en la comedia coral ‘8 citas’, dirigida por Peris Romano y Rodrigo Sorogoyen, y formó parte del elenco de la película ‘El patio de mi cárcel’, cinta de Belén Macías por la que obtuvo su segunda nominación a los Goya, esta vez a mejor actriz protagonista. Habría dos tentativas más antes de conseguir la preciada estatuilla. A saber, a mejor actriz protagonista por ‘Katmandú, un espejo en el cielo’ (2011), a las órdenes de Icíar Bollaín, y a mejor actriz de reparto por ‘Explota Explota’ (2021), el musical inspirado en las canciones de Raffaella Carrà.
Por el camino, películas como ‘Seis puntos sobre Emma’ (2011), rodaje en el cual conoció al actor Álex García, su gran amor y con quien compartió su vida hasta 2023; ‘La gran familia española’ (2013), ‘No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas’ (2016) o ‘La niebla y la doncella’ (2017), basada en la novela de Lorenzo Silva. Títulos que compaginó con papeles episódicos en series como ‘Paquita Salas’, ‘Gente hablando’, ‘Días de Navidad’ o ‘Citas Barcelona’, o personajes con más fuste en miniseries como ‘3 caminos’, ‘Intimidad’ y ‘Los pacientes del doctor García’.
A todo ello hay que sumar una incipiente trayectoria internacional que comenzó con ‘La fría luz del día’ (2012), donde compartía pantalla con actores de la talla de Sigourney Weaver, Bruce Willis o Henry Cavill, y continuó con películas como la mexicana ‘Me estás matando, Susana’ (2016), junto a Gael García Bernal; la comedia italiana ‘¡Déjate llevar!’ (2017), dirigida por Francesco Amato y junto a Toni Servillo; ‘Requiem por un asesino’ (2017), con Sam Worthington, y series como la estadounidense ‘Trust’ (2018), donde se puso a las órdenes de Danny Boyle.
Para entonces, la actriz ya había mostrado su deseo de ponerse detrás de las cámaras. Aseguraba que tenía ganas de «contar muchas historias». En 2019 ganó el concurso Proyecto Corto que Movistar+ celebró en el Festival Internacional de Cine de Gijón y que acabó materializándose en el cortometraje ‘Tótem Loba’, que escribió y dirigió. Echegui partía de una experiencia personal para revisar las fábulas y tradiciones populares en clave feminista, contando la historia de Estíbaliz, una joven que recibe la invitación de una amiga para ir a las fiestas de su pueblo. Una vez allí, descubre que la tradición manda que los hombres se disfracen de lobos y salgan a cazar a las mujeres durante la noche. La pieza se alzó con el Goya a mejor cortometraje.
Poco después, salió a la luz que la actriz estaba siendo investigada por la compra de un certificado de vacunación covid fraudulento a una red criminal desmantelada días de la celebración de los Premios Goya, gracias a la cual pudo acudir a la gala.
Curiosamente, su última aparición en la pantalla fue en la comedia romántica ‘A muerte’, que Dani de la Orden dirigió para Apple TV+ y que se estrenó el pasado mes de febrero. Echegui encarnaba a Marta, una mujer de espíritu libre y recientemente embarazada, que se topaba con un viejo amigo de la infancia al que acaban de diagnosticar un cáncer de corazón incurable. «La muerte es algo que parece que no existe, pero está ahí: todos nos vamos a morir», decía la actriz y directora en una de sus últimas entrevistas promocionales. Unas palabras que, lamentablemente, cobran ahora todo el sentido.

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