
«La Región de Murcia se enfrenta a uno de los mayores desafíos climáticos de su historia reciente: el creciente protagonismo de los eventos meteorológicos … extremos: olas de calor muy intensas, sequías prolongadas, lluvias torrenciales e inundaciones. Habrá que cambiar de hábitos, reorientar muchas de las estrategias existentes en materia de política pública y lograr una mayor coordinación por parte de las distintas administraciones con competencia en la planificación y gestión de este tipo de riesgos», advierte el Informe de Riesgos Climáticos Región de Murcia 2024. El diagnóstico y las recomendaciones las resumió así Carmelo Conesa García (Cartagena, 1959), catedrático de Geografía Física de la UMU y coordinador del trabajo, publicado en diciembre y firmado por investigadores de esta institución y de la Universidad de Alicante. Desde entonces, en solo nueve meses la Comunidad se ha visto golpeada por estos fenómenos límite. Además, en solo dos semanas los incendios de ‘sexta generación’ arrasaron este agosto más de 360.000 hectáreas en Galicia, Castilla y León, Extremadura y otras comunidades españolas. Conesa llama de nuevo a la «acción» urgente a políticos, empresas y ciudadanos ante esta «amenaza» al medio ambiente, la salud y la economía. E insiste en tres conceptos: «Preparación, adaptación y mitigación».
–Una sequía que llevó a imponer restricciones al regadío, inundaciones por lluvias torrenciales, olas de calor, noches tropicales y tórridas en el interior y la costa, incendios forestales, violentas granizadas. Desde que publicaron su estudio científico [dentro de la Cátedra de Políticas Públicas de la UMU] sobre el cambio climático, la Región no ha dejado de sufrir eventos extremos. ¿Qué lecciones podemos extraer?
–Sí. A nivel global, mundial, estamos asistiendo a la aceleración de cambios en determinados patrones de la dinámica atmosférica. Y esos eventos son manifestaciones de esa nueva realidad. El panel intergubernamental de expertos de cambio climático, creado en 1988 por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), estudia de cerca la importancia de los factores de tipo general y genera continuas simulaciones de acuerdo con diferentes forzamientos radiativos y escenarios climáticos posibles. Y hay múltiples evidencias científicas sobre el calentamiento global asociado a las emisiones contaminantes de origen antropogénico (humano) realizadas en las últimas décadas y sus efectos sobre el clima. En este contexto, no hay que olvidar, por ejemplo, que la Región de Murcia y el resto de la Península Ibérica se localizan en una vía de paso preferente de vaguadas de aire frío y danas en niveles altos de la atmósfera. En general, venimos sufriendo lo que podría llamarse el ‘kit’ completo de sucesos extremos, cada vez más recurrentes, que suelen sucederse unos tras otros, sin tregua alguna. Sequías largas y persistentes alternan con intensas lluvias torrenciales, granizadas, vendavales e insoportables olas de calor. El mar Mediterráneo se ha vuelto a calentar muchísimo este verano y, muy probablemente, después de la intensa ola de calor que hemos padecido y del sobrecalentamiento de las aguas superficiales que bañan nuestras costas, en septiembre u octubre podrían producirse fuertes aguaceros e inundaciones en el sureste peninsular y otras zonas de la vertiente mediterránea española.
Cambio de techos y de asfalto
–¿Cómo valora la respuesta de las administraciones públicas ante esta realidad, que causa graves pérdidas económicas y cuesta vidas humanas (227 en la dana de octubre en Valencia, Albacete y Málaga y ocho en los incendios forestales de este mes)? De entre las medidas necesarias a corto, medio y largo plazo, ¿cuáles destacaría?
–A corto plazo, lo que se puede y se debe hacer en la Región de Murcia, en el resto de España y en Europa es adoptar medidas de prevención, mitigación y adaptación ante los efectos de todo este tipo de sucesos. Hay que adaptar los planes generales municipales de ordenación, los planes parciales y los de planificación territorial, partiendo de la idea de que vamos a tener cada vez más sequías prolongadas e intensas, olas de calor más persistentes y un aumento creciente de las temperaturas en las ciudades y del número de noches tropicales, tórridas e incluso infernales, como algunas de este verano, con mínimas próximas a los 30 grados. Hemos tenido noches especialmente infernales en la costa, donde zonas turísticas como las de Águilas, Mazarrón, Cartagena, San Javier o La Manga han sufrido durante la última ola de calor (del 3 al 18 de agosto) un clima ecuatorial, excesivamente cálido y húmedo. Falta por saber hasta qué punto el empeoramiento del confort térmico afectará en un futuro no muy lejano al turismo de sol y playa en nuestra región. El sobrecalentamiento de éstas y otras muchas ciudades de la región es ya una evidencia y habrá que hacer un gran esfuerzo para atenuarlo y adaptarnos a él.
MÍNIMAS DE 30º EN LA COSTA
«Tenemos noches infernales. Falta saber cómo afectará la falta de confort térmico al turismo»
–¿En qué deberían centrar sus esfuerzos los ayuntamientos?
–Los ayuntamientos tienen que mejorar sus ordenanzas municipales sobre espacios verdes y arbolado urbano, aumentar la masa forestal periférica, crear más parques, jardines y zonas de recreo. Me consta que algunos ayuntamientos, como los de Cartagena, Lorca o Murcia, han emprendido ya distintos proyectos piloto e iniciativas. Pero hace falta adoptar más medidas, acciones y estrategias encaminadas a mitigar los efectos de las islas de calor urbanas, generando más espacios verdes, potenciando la instalación de techos ecológicos y reflectantes en edificios públicos y privados, creando nuevos sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS), sustituyendo pavimentos convencionales por otros más permeables, favoreciendo e impulsando en todo momento el transporte público inteligente y sostenible, y combatiendo la contaminación por tráfico. Si miramos la ciudad de Murcia desde arriba, a vista de pájaro o de un dron, vemos tejados marrones, ocres y grises, que absorben la radiación solar, en lugar de reflejarla. Hay que crear techos reflectantes en los edificios públicos y en los privados. En los últimos años las administraciones locales y la propia Comunidad de la Región de Murcia han contemplado en sus políticas públicas, a través de programas y proyectos, algunas de estas medidas. Pero creo que falta promover más acciones de este tipo y no repetir o cometer determinados errores.
GANAR SOMBRA
«Los ayuntamientos deben adaptar sus planes urbanísticos y ganar zonas verdes y arbolado»
–¿A qué se refiere?
–Creo que en ciertos casos hay que encauzar de forma más adecuada la ejecución de los fondos europeos, con soluciones prácticas, y no deshacer lo hecho. Por ejemplo, en Murcia, con motivo del Proyecto Life Heatland (2014-2020) se consiguió financiación de la Unión Europea para ensayar un asfaltado reflectante en un área piloto, con buenos resultados, por cierto. Pero luego, en el último Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) ese asfaltado fue levantado para volver a colocar el anterior, menos efectivo. Ello no deja de ser una contradicción, que en su día implicó un gasto tan innecesario como injustificable. Tampoco se aprovechó en muchos casos el levantamiento de aceras para plantar arbolado. En el caso de la avenida Pío Baroja se levantó todo, se ensanchó la acera y no se plantó ningún árbol. Más bien se talaron algunos, como también ocurrió en otras calles levantadas en dicho PMUS. Los espacios verdes en general, y el arbolado en particular, deben considerarse un elemento fundamental de la ordenación urbana y de la planificación territorial.
IRRESPONSABILIDAD
«El cambio climático tiene grandes detractores en política e influyen en muchas personas»
–¿Qué prioridades marcaría en gestión forestal y prevención de inundaciones para evitar la improvisación y la descoordinación entre instituciones?
––La base de una gestión eficaz es hacer una planificación territorial, a partir de la cual diseñar medidas y ejecutarlas conforme a un presupuesto adecuado y un calendario. A nivel forestal, no se puede llegar al verano con cortafuegos y pistas invadidas de broza y matorral seco, porque es el combustible perfecto para los incendios. Hay que potenciar la conservación de los montes, impulsar la ganadería extensiva, evitar el abandono del mundo rural, dotar de medios suficientes a los bomberos… Y en el caso de las avenidas de agua, el Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Confederación Hidrográfica del Segura, en colaboración con la Comunidad Autónoma, debe buscar un equilibrio lo más racional posible entre las llamadas soluciones basadas en la naturaleza, o soluciones verdes, con las de construcción de infraestructuras, o soluciones grises. Es decir, medidas de restauración hidrológico-forestal en las cabeceras de las ramblas, construcción de infraestructuras de contención de aguas, como presas de laminación y limpieza de cauces. No hay que demonizar ni unas medidas ni otras.
Sobre el negacionismo
-¿Cuánto le preocupa el negacionismo climático?
-Bastante. Hay negacionismo y también hay escepticismo. Existe un escepticismo constructivo, basado en el pensamiento crítico, en una revisión especializada del conocimiento científico. Hay compañeros que me dicen que el cambio climático ha existido siempre. Y es cierto que, históricamente, estamos en un periodo cálido y que en el clima influyen factores naturales, como la intensificación de erupciones volcánicas, astronómicos y otros. Pero lo que está claro, a partir de múltiples evidencias científicas, es que, desde la Antigüedad, en ningún caso se había producido un cambio con la celeridad actual, un aumento de temperatura al ritmo vertiginoso actual; y que ese calentamiento está asociado a un aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, metano y otros gases efecto invernadero emitidos por actividades humanas, como el tráfico y la industria. Ser negacionista es no querer ver la realidad. Y, desgraciadamente, el cambio climático tiene grandes detractores en política, que logran influir en muchas personas que se adhieren a sus argumentos por cuestiones ideológicas o de partido. También hay muchos políticos y técnicos de la administración pública que usan el cambio climático y sus manifestaciones extremas para eludir responsabilidades en cuanto a planificación y a su gestión de las emergencias.

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Enlace de origen : Carmelo Conesa García: «Debemos adaptarnos al 'kit' completo de sucesos meteorológicos extremos»