
El ataque estadounidense del martes contra una presunta narcolancha que había partido de Venezuela no será algo anecdótico. Lo confirmó ayer desde México el Secretario … de Estado, Marco Rubio, con un mensaje muy claro: «No vamos a quedarnos de brazos cruzados viendo cómo esta gente navega por el Caribe como si fuera un crucero. Eso no va a pasar. Ya no va a pasar más».
Por si quedaba alguna duda, Rubio recalcó que este tipo de operaciones «volverán a ocurrir» y las justificó asegurando que son la única manera de acabar con el narcotráfico procedente de América Latina, ya que anteriores estrategias habían resultado infructuosas. «Lo único que les detiene es que les hagan volar. Cuando nos deshacemos de ellos», sentenció. Además, el Secretario de Estado subrayó que el presidente Donald Trump, como comandante en jefe, tiene la autoridad «en circunstancias de urgencia, para eliminar amenazas inminentes contra Estados Unidos».
Como era de esperar, el caso provocó que Trump y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, intercambiaran ayer amenazas, porque el ataque contra la narcolancha podría ser la primera señal de que EE UUestá interesado en intentar provocar un posible cambio de régimen en Venezuela. «Es una decisión que corresponde al presidente», afirmó el secretario de Defensa Pete Hegseth en el programa de Fox & Friends.
El escenario de esas declaraciones era lo primero inusual. El anuncio de Trump parecía haber cogido por sorpresa al Pentágono, que en un principio no supo qué contestar a la prensa. Ayer, la propia corresponsal de Fox para seguridad nacional, Jennifer Griffin, destacaba con extrañeza el silencio de la cúpula militar, que no había ofrecido la habitual conferencia de prensa tras un ataque en la que los generales suelen explicar la operación con el tipo de vídeo que compartió el presidente en sus redes sociales. De hecho, Hegseth, en Fox, dijo no poder dar detalles de si el ataque en el que habrían muerto once personas, según Trump, se llevó a cabo con misiles o drones.
Lo único seguro es que el inquilino de la Casa Blanca quiere que sirva de escarnio para los narcotraficantes de la región, a los que ha categorizado como terroristas. «Obviamente, no volverán a hacer esto. Creo que mucha gente no lo volverá a hacer», dijo ayer durante una reunión con su homólogo polaco.
Su jefe de Defensa niega que se trate de un vídeo fabricado con Inteligencia Artificial, como ha sugerido Venezuela, y asegura que habían identificado «positivamente» a los ocupantes de la lancha como narcotraficantes, aunque no hay noticias de que se hiciera ningún contacto con ellos. Según Trump, trabajaban para la banda de pandilleros venezolana Tren de Aragua, que entre otras asociaciones delictivas se involucra en narcotráfico.
Incluso si ese fuera el caso, el ataque podría equivaler a una ejecución extrajudicial, que carece de base legal dentro y fuera de EE UU. «Ser sospechoso de narcotráfico no equivale a una sentencia de muerte», señaló Adam Isacson, experto en seguridad y defensa latinoamericana de la Oficina en Washington para América Latina.
Por mucho que la Casa Blanca haya designado a los cárteles como organizaciones terroristas, estas no están incluidas en la Autorización de Uso para Fuerza Militar que extendió el Congreso tras el 11-S para acabar con al-Qaeda. Y aunque EE UU no haya adoptado la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley del Mar, sí se había comprometido a actuar «de manera consistente con ella».
Pocos detalles
El incidente habría ocurrido en aguas internacionales, según el presidente estadounidense, que no ha dado detalles de a qué distancia estaba la lancha de la costa venezolana, de la que dice salió. Según la convención de la ONU, los países se comprometen a no interferir con embarcaciones en aguas internacionales. El artículo 24 permite el uso de la fuerza no letal en situaciones de defensa propia o para detenerla cuando escapa de un país.
Algunos analistas temen que con este ataque el presidente esté tratando de acaparar nuevos poderes, ya que una corriente en su entorno sostiene que su papel de comandante en jefe le permite autorizar ataques contra objetivos como los de Irán sin mayor autorización. Eso es lo que invocó para atacar centrales nucleares iraníes en junio pasado, solo que en este caso todavía no ha cumplido con el requisito de la Ley de Poderes de Guerra, que le obliga a informar al Congreso en las siguientes 48 horas.
Mientras los demócratas guardan silencio, miembros del Partido Republicano celebran el ataque. El senador y amigo personal de Trump, Lindsey Graham, aplaudió el golpe y anunció al mundo que «hay un nuevo sheriff en la ciudad». El senador de Ohio, Bernie Moreno, agradeció al presidente «haber hundido este barco para salvar la vida de estadounidenses» y trasladó la amenaza a Maduro: «Narcotraficantes y narcodictadores recibirán finalmente el mismo trato», advirtió.
Entre los simpatizantes extranjeros del ataque destaca la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad‑Bissessar, quien lo elogió abiertamente y sugirió que se continúe la eliminación violenta de narcotraficantes. Muchos mostraron incomodidad, sin querer enfrentarse a Trump, como Kerrie Symmonds, Ministro de Relaciones Exteriores de Barbados, quien en representación de los países del Caricom, pidió que este tipo de operaciones «se comuniquen con anticipación a las naciones afectadas, para evitar malentendidos». Fue el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien resultó más crítico, destacando que los involucrados en el transporte de drogas suelen ser «pobres» y no necesariamente altos mandos de cárteles.
Por su parte, el presidente venezolano Nicolás Maduro se ha mantenido particularmente silencioso tras el ataque, más allá de las acusaciones en las que culpa al secretario de Estado Marco Rubio de intentar «manchar las manos de sangre» a Trump.
El gobierno de EEUU ha desplegado una flota militar muy inusual para la lucha contra el narcotráfico, que suele corresponder a la guardia costera. En total, ocho buques de guerra, entre ellos dos destructores con misiles guiados, con 4.500 marineros a bordo y 2.200 infantes de Marina. Según las señales de radar analizadas por la BBC, el pasado día 30 se encontraba en el Caribe el USS Lake Erie con misiles guiados, mientras que otros tres fueron localizados en los días previos cerca de Guantánamo y República Dominicana.

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Enlace de origen : EE UU advierte de que operaciones contra narcolanchas «volverán a ocurrir»