
Iván Benito
Sábado, 6 de septiembre 2025, 18:51
El ciclismo convirtió a los Lagos de Covadonga en los más conocidos de Asturias. Ubicados para hacer historia. En Somiedo, de origen glaciar, apenas había carreteras para subir. Arriba, donde el oso pardo es el habitante más famoso, llega La Vuelta a España desde que asfaltaron el paso por el que los romanos transportaban para su Imperio el oro que los astures sacaban de las entrañas de la tierra.
En los diecinueve kilómetros que llevan desde las piedras rosas de la Central de la Malva al cartel que anuncia la cima de La Farrapona se fraguó una gran batalla entre Contador y Froome, Cobo empezó a ganar una Vuelta y Roglic y Carapaz se reservaron para el Angliru. Esa vez, en el año 2020, llegó la fuga de la generación perdida. Gaudu contra Marc Soler, dos ganadores del Tour del Porvenir y por eso con potencial para ganar el Tour de Francia, mano a mano en los kilómetros finales, ya sin el abrigo de los árboles. El catalán se precipitó en la resolución y le quedó una herida. Esa espina que ahora se saca sin querer.
«No me lo esperaba y no era la intención estar en fuga. Arrancó Campenaerts, le seguí y a partir de ahí me supe mover y, después, rematar. Pensaba en trabajar para Almeida y se dieron las circunstancias. Me fui solo, puse mi ritmo y veía que mantenía la diferencia. Sabía que si Almeida saltaba tendría que parar y al final pude llegar», dice en meta.
No hubo ataque del portugués, mosqueado con los dos compatriotas que casi se suben a su bici para animarle. El viento de La Farrapona daba de cara y el luso, que ya de por sí tiene poca aceleración, no quiso gastar balas. Lo probó Hindley, que va a más en esta Vuelta pero todavía no logra desbancar a Pidcock, que se suelda al podio. Todo queda por definir para la tercera semana.
La carrera la domina el UAE. Ningún equipo había ganado más de seis etapas en La Vuelta en lo que va de siglo. Con la de Soler, UAE lleva ya siete de 14. El 50%. Un atracón. «Ahora a cenar que se come bien aquí», bromea Soler. Son insaciables. Lo quieren todo. Etapas y general.
La jornada estuvo dividida en tres. Una primera salida oficial, de nuevo detenida por protestas propalestinas. De poco sirve que el Israel se elimine el nombre del maillot del equipo mientras su dueño y Netanyahu hacen gala de su buena relación. El tramo llano de la etapa si fue más útil para conformar otra fuga grande con muchos equipos representados (Bagioli, Verona, Cepeda, Denz, Van Dijke, Garofoli, Shaw, Armirail, Bisiaux, Labrosse, Staune-Mittet, Pickering, Azparren, Masnada, Thierry, Samitier, Herrada, Smith, Leemreize, Vermaeke y Hirt) y ods posibles bazas estratégicas. Bjerg y Soler del UAE y Campenaerts del Visma.
Todo cambió en el inicio del penúltimo puerto, el durísimo San Lorenzo. Siempre de la mano del UAE, es el último encadenado duro del recorrido de este año. Quisieron aprovecharlo los emiratís. Y se ven crisis de no poder seguir ni a los compañeros. Entre Novak y Ayuso sofocan a Ciccone y Bernal. Y quedan 36 kilómetros a meta. Pintaba bien. En la bajada atrapan a Nico Denz, del RedBull-Bora, que tira del pelotón y dobla a Ayuso. Y encima pincha Vine.
Se le tuercen las cosas al UAE por detrás, pero no por delante. Soler, que sufría en San Lorenzo, arranca nada más llegar a la Central de la Malva. Se lleva a Staune-Mittet, un joven noruego al que hace explotar sin todavía llegar a las rampas más duras. En las que empieza a soplar el viento y a llevarse las gotas de sudor de los ciclistas en la jornada más calurosa de La Vuelta. 37 grados llegó a marcar el mercurio.
El viento hizo sufrir a Soler, que más que una espina tenía un regalo pendiente. «Va para mi mujer Judit, que es su cumpleaños». Y por detrás, el ritmo del UAE no intimida al Visma, en parte porque Ayuso y Soler, que deberían ser los últimos ciclistas con Almeida, no estaban. Fue otra vez el RedBull-Bora, con el dúo de Pellizzari y Hindley los que tensaron en los kilómetros finales. El australiano, ganador de un Giro, podio de otro, etapa en el Tour y maillot amarillo por un día, demarró para lograr entre cinco y diez segundos con sus perseguidores. Por delante vio como el sprint cara al aire entre Almeida y Vingegaard esta vez lo ganó el danés. Segundo. Con las bonificaciones, gana dos segundos más. 48. No se esperan diferencias en la etapa de mañana camino a Monforte de Lemos. Mos, El Morredero, la crono de Valladolid y la Bola del Mundo serán los que separen al dúo que se jugará la Vuelta.

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Enlace de origen : El viento no deja despegarse a Almeida y Vingegaard