Rápido movimiento del presidente francés, Emmanuel Macron, tras la dimisión del primer ministro, François Bayrou, el martes al mediodía. El jefe del Estado galo nombró … a última hora de la tarde al ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, como nuevo responsable del Ejecutivo. Con un pasado en la derecha tradicional de Los Republicanos, este dirigente, de 39 años y que ha estado al frente de las Fuerzas Armadas desde 2022, es considerado como uno de los dirigentes más fieles de Macron. Ha participado en todos sus Gobiernos desde 2017.
Antes de que Bayrou fuera elegido en diciembre, Lecornu ya era considerado como la opción preferida por el presidente, pero finalmente entonces se decantó por el veterano dirigente centrista tras una tensa reunión que mantuvieron. Ahora asume las riendas del Ejecutivo después del fracaso el lunes por la tarde de Bayrou en un voto de confianza en la Asamblea Nacional. Hasta 364 diputados votaron en contra y solo 194 respaldaron esa moción. Fue una votación que reflejó las dificultades actuales de los partidos afines a Macron para conseguir una mínima estabilidad en un muy fragmentado Parlamento. «La dirección de mi Gobierno consistirá (…) en la estabilidad política e institucional», afirmó el nuevo primer ministro en la red social X.
Le Président de la République m’a confié la tâche de construire un Gouvernement avec une direction claire : la défense de notre indépendance et de notre puissance, le service des Français et la stabilité politique et institutionnelle pour l’unité du pays.
Je tiens à le…
— Sébastien Lecornu (@SebLecornu) September 9, 2025
Para intentar sacar adelante los presupuestos de 2026, que propiciaron la caída del líder del MoDem, Lecornu deberá suavizar la oposición de la extrema derecha de Marine Le Pen o del Partido Socialista. Su perfil apunta a que su prioridad consistirá en llegar a un pacto con la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés). El flamante responsable del Ejecutivo, conocido por su buena relación con Nicolas Sarkozy, había generado polémica en la primavera del año pasado cuando se tuvo constancia de unas cenas secretas entre Le Pen, el exprimer ministro Édouard Philippe —otro de sus padrinos— y el mismo Lecornu.
No le espera una tarea nada fácil a este dirigente, responsable en los últimos años del aumento del gasto militar para hacer frente al desafío de la guerra de Ucrania. Está previsto que en 2027 alcance los 64.000 millones de euros, el doble que en 2017 cuando Macron llegó al Elíseo. A pesar de que consideran a Lecornu como un político «cortés», los lepenistas insisten desde hace semanas en pedir la convocatoria de otras elecciones legislativas. Por ese motivo, podrían buscar una dimisión rápida del nuevo primer ministro -Bayrou solo duró nueve meses y su predecesor, Michel Barnier, menos de tres- para empujar a Macron a que tome la decisión de disolver el Parlamento.
Tensa toma de posesión
Su rápida designación, menos de cinco horas después de la dimisión de Bayrou, tiene lugar justo el día antes de las protestas en Francia de un impredecible movimiento ciudadano, bautizado como ‘Bloquearlo todo’. Hay convocadas manifestaciones y acciones de bloqueo de la economía en más de 700 puntos del territorio galo para protestar contra las medidas de austeridad, impulsadas por el Ejecutivo para reducir el elevado déficit público del país (del 5,4% del PIB al cierre de este año). Representará un primer test en la calle para Lecornu, que no era uno de los ministros más mediáticos pese a su presencia en el Gobierno desde hace ocho años.
A la misma hora en que Bayrou se reunía con Macron para dimitir, en unas 30 universidades francesas se celebraban asambleas para preparar las movilizaciones de este 10 de septiembre. Esta fecha había sido propuesta en mayo por el colectivo euroescéptico y anti-élites Los Esenciales. Pero se hizo viral desde el anuncio del plan de Bayrou a mediados de julio, que comportaba recortes y subidas de impuestos por un total de 44.000 millones de euros. Y sobre todo sectores de la izquierda se han interesado por este movimiento, autoorganizado a través de asambleas y las redes sociales, siguiendo un modelo parecido al de la revuelta de los ‘chalecos amarillos’ en 2018.
Lecornu, de camino a su reunión con Macron.
EFE
«No debemos olvidar que Bayrou es un fusible y que detrás de todo esto está Macron. Queremos que el presidente se vaya», defendía Quentin, de 22 años, un estudiante de grado de Historia y Geografía y miembro del sindicato Union Étudiante, presente en una asamblea en la facultad de Jussieu de la Sorbona, en el parisino Barrio Latino. «Nunca había visto a tantos estudiantes en una reunión de este tipo», presumía en declaraciones a este medio. «Nuestro objetivo es impedir que la gente vaya al trabajo y bloquear la economía», añadía Mariama, de 19 y estudiante en Matemáticas, quien decía que desde este miércoles por la madrugada «iré a bloquear el Periférico», la principal carretera que rodea la capital.
A diferencia de lo ocurrido en 2023, cuando los sindicatos organizaron manifestaciones multitudinarias en contra de una impopular reforma de las pensiones (aumentó de 62 a 64 años la edad mínima para jubilarse) que fueron ignoradas por Macron, esta vez las protestas no se concentrarán en marchas clásicas, sino en acciones como cortes de carreteras, grandes piquetes en estaciones de tren, degradaciones de radares en autopistas, así como intentos de bloquear el funcionamiento en refinerías, plantas de basura o almacenes de Amazon.
Ante la incertidumbre política y la creciente presión social, el presidente ha reaccionado con una maniobra exprés. Está previsto el traspaso de poder entre Lecornu y Bayrou el miércoles al mediodía. La ceremonia podría eclipsar mediáticamente las protestas. Y dar un poco de oxígeno a Macron en medio de la crisis política, económica y social de su país.
Un despliegue de 80.000 policías ante una incierta jornada
El ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, anunció un despliegue de 80.000 gendarmes y policías en toda Francia para hacer frente este miércoles a la jornada de protestas del movimiento ciudadano ‘Bloquearlo todo’. «No toleraremos ningún bloqueo, ninguna violencia ni acción de boicot», dijo este dirigente conservador, actualmente en funciones, pero que podría ser reelegido de nuevo al frente de las fuerzas de seguridad.
Las manifestaciones y huelgas del miércoles representarán un examen para el actual líder de la derecha tradicional de Los Republicanos. Pese su fama de ministro duro, no se enfrentó durante el año en que lleva en el cargo a grandes manifestaciones ni su reputación se ha visto afectada por las habituales imágenes en Francia de vitrinas rotas, coches ardiendo y enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes.
Retailleau se mostró especialmente crítico con la implicación de la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos) en el movimiento ‘Bloquearlo todo’. Ha sido «radicalizado» por «la extrema izquierda», criticó. «Los métodos de acción deben ser no violentos y pacíficos. La revolución a la que aspiro debe producirse a través de las urnas», le respondió el líder de los insumisos Jean-Luc Mélenchon.

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Enlace de origen : Macron elige a Sébastien Lecornu como primer ministro tras la salida de Bayrou