Los cazas de la OTAN se enfrentaron este miércoles por primera vez a Rusia. Un combinado de aviones militares polacos, holandeses e italianos despegaron de … madrugada desde Polonia a la caza de diecinueve drones procedentes de posiciones rusas que «violaron» el espacio aéreo de ese país. Aunque anteriormente Varsovia ha tenido problemas ocasionales con estos aparatos que Moscú lanza constantemente contra Ucrania, nunca lo había hecho ante un número tan elevado.
En medio de la tensión propia de la persecución y de la confusión sobre la naturaleza de la intrusión, los pilotos derribaron al menos cuatro aviones no tripulados que representaban un riesgo específico para la población. Los restantes terminaron estrellados en campos y parcelas rurales al agotar el combustible o averiarse. No hubo víctimas. Solo un dron se precipitó sobre el tejado de una casa. «Cuando sonó, salí volando. Había una enorme nube de humo y un hedor a azufre», dijo el veterano inquilino del inmueble, quien desde que se hizo mayor duerme con su mujer en la planta baja. Eso les salvó la vida.
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La OTAN y el Gobierno de Varsovia no escatimaron en frases para explicar la auténtica dimensión del incidente. Es el tipo de hecho capaz de desencadenar un conflicto a gran escala que la Alianza teme desde el comienzo de la invasión de Ucrania. Su secretario general, Mark Rutte, destacó que no es la primera acción «imprudente» que sucede, instó a Moscú a que «detenga la escalada bélica» y recordó a Putin que «defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN».
Rutte se confesó «muy impresionado» por la rápida manera de conjurar el peligro por parte del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas (RFA), que detectó en sus rádares los primeros drones sobre las 23.30 horas del martes, evaluó la amenaza y puso en tiempo récord a los aviones en el aire. La operación fue larga. Duró hasta las seis de la mañana. Polonia dedica grandes presupuestos a desarrollar su ejército y es de los pocos socios transatlánticos que se acercan al 5% de inversión militar tan ansiado por Rutte.
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son las incursiones
(drones) que el ejército detectó en la que representa la mayor «violación del espacio aéreo» polaco registrada desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Ninguno causó víctimas.
Las patrullas diarias y los simulacros multinacionales que regularmente se realizan en la frontera con Ucrania -donde han participado pilotos españoles- fueron puestos a prueba por primera vez en un escenario de combate real. El RFA coordinó con la Alianza un contragolpe orquestado con cazas F-16 polacos -la base de su potencia aérea-, los sofisticados F-35 de la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos, al menos un AWACS de reconocimiento y alerta temprana italiano e impresionantes aviones-cisterna Airbus 330. El Comando ordenó además el cierre de cuatro aeropuertos, entre ellos el mayor de la capital, y conminó a miles de ciudadanos a confinarse en sus casas.
A diferencia de los Eurofighter Thypoon británicos que fueron retirados del flanco oriental a finales de julio, la llegada en agosto de los cazas furtivos neerlandeses de quinta generación parecen haber sido providenciales en la operación nocturna. Ahora su misión consistirá durante tres meses en escoltar los envíos de arsenales occidentales a Ucrania, aunque constituyen también el elemento de la fuerza aérea del continente posiblemente con mayor capacidad de respuesta.
De cara a los ejércitos europeos no es poca cosa la batalla de los drones sobre Polonia. Su intromisión refuerza las tesis de Rutte y del presidente de EE UU, Donald Trump -«¿Que Rusia viola el espacio aéreo de Polonia? ¡Allá vamos!», exclamó ante los periodistas- para aumentar la inversión militar y posiblemente se convierta en un recordatorio a los gobiernos europeos de que los tiempos cambian y la paz es un logro frágil. Trump conversó anoche por teléfono con su homólogo polaco, Karol Nawrocki. La semana pasada ambos se reunieron en Washington y el inquilino de la Casa Blanca se ofreció a incrementar la presencia militar en su territorio.
Defensa
La intromisión es un aviso al continente y respalda a Rutte y Trump en su plan de subir el gasto militar
Por otro lado, la primera confrontación militar entre Moscú y la Alianza desde febrero de 2022, cuando se desencadenó la invasión, pone a la denominada Coalición de Voluntarios impulsora de una futura misión de paz en Ucrania delante del espejo de una agresión bélica auténtica. Si quieren la máxima efectividad en su proyecto de garantizar la seguridad ucraniana frente a un eventual nuevo arreón ruso, el británico Keir Starmer, el francés Emmanuel Macron y las 26 naciones que les acompañan deberán trabajar para acuñar un amplio contingente de militares altamente cualificados -la «destreza» que impresionó este miércoles a Rutte- y un equipamiento militar como el desplegado por Varsovia pero a escala gigante, del que algunos gobiernos difícilmente pueden desprenderse. Es decir, mucho dinero. En las últimas veinticuatro horas han vuelto a escucharse las voces de dirigentes continentales más afines a continuar suministrando armas a Ucrania en vez de organizar expediciones propias.
Miembros de las Fuerzas Nacionales de Defensa polacas en la localidad de Wohyn, donde se estrelló un dron ruso.
EFE

Ataque «intencionado»
Sobre la naturaleza del incidente fronterizo, parece haberse producido cierto consenso en no remover demasiado las aguas. Al menos, durante la tarde de este miércoles así se pudo percibir, después de que la OTAN descartara que hubiera sido una ofensiva en sí misma y Varsovía activase el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte. Esta iniciativa ahora conmina a todos los aliados a consultarse, estudiar si Polonia ha estado sometida a una amenaza a su integridad territorial y adoptar posibles respuestas ante Moscú. Los polacos acudieron ya a esta medida en 2014 tras la alarma sembrada por la anexión rusa de Crimea.
La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, suscribió la hipótesis de un ataque «intencionado, no accidental», en línea con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien señaló que «Moscú siempre pone a prueba los límites de lo que es posible» y advirtió que ha sentado un «precedente extremadamente peligroso para Europa». La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, calificó la intrusión de «imprudente sin precedentes» y apostó por aumentar las sanciones a Rusia y crear un «muro de drones» en la frontera oriental.
A la hora en que se produjo la violación del espacio aéreo, Ucrania vivía su propio infierno. El Kremlin desencadenó un nuevo bombardeo nocturno con 415 drones y 44 misiles contra 15 de sus provincias. La artillería enemiga disparó presumiblemente desde una zona ocupada. Bielorrusia, como heraldo de Putin, aseguró que la veintena de drones acabaron en Polonia porque «erraron su trayectoria». Luego, el Ministerio de Defensa ruso se limitó a señalar que «Polonia no estaba entre nuestros objetivos».
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Los detalles
Detección
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Los rádares del Comando Operacional polaco y de la OTAN registran la primera incursión de un dron a las 23.30 horas. Son alertados también por el ejército ucraniano que, en pleno fragor de un bombardeo ruso, se percata de que un grupo de aparatos vuela hacia Polonia.
Elevado número
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La neutralización de los aviones no tripulados dura hasta las seis de la mañana. Son muchos. Diecinueve. Nunca tantos han invadido territorio polaco, es decir, de la OTAN. Algunos expertos apuntan a que el Kremlin quizá quiso poner a prueba las defensas de Europa, más allá de la hipótesis de un accidente.
Fuerza multinacional
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Hubo coordinación entre ejércitos de distintas naciones. Aparte de Varsovia, la fuerza aérea de Países Bajos e Italia, más las baterías Patriot que activó Alemania, rebajaron a cero el riesgo de la intrusión. Los aviones derribaron al menos cuatro aparatos rusos detectados en el camino hacia zonas pobladas y el resto cayó en descampados cuando se averiaron o quedaron sin combustible.
Consecuencias
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Cuatro aeropuertos, incluido el Chopin de Varsovia, el más importante, permanecieron cerrados hasta la mañana de este miércoles. El RFA también dio la orden de que miles de vecinos se quedaran en sus casas y, sobre todo, no tocaran los restos de los artilugios rusos si se encontraban con ellos. Decenas de unidades militares peinaron el territorio entre la frontera y Varsovia para recoger todos los drones.

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Enlace de origen : La OTAN alerta sobre la escalada bélica tras una intrusión de drones rusos en Polonia