
Alberto Núñez Feijóo ha regresado esta mañana a casa. No a su Galicia natal, pero sí al ámbito rural -en una jornada del PP en … la localidad castellanomanchega de Membrilla- que lleva en el ADN, sobre el que ha pedido recuperar «el orgullo» y al que ha puesto de ejemplo de «identidad, memoria, cultura» y sentido de «comunidad». «Hemos nacido en un pueblo y a mucha honra», ha hecho bandera el presidente de los populares tras ironizar con que sus rivales le tilden de «aldeano» y en un mitin en el que se ha echado al campo para marcar posiciones frente al Gobierno y Vox, después de un verano en el que Pedro Sánchez ha respondido a la oleada de incendios tratando de comprometer a su oponente con la propuesta de un pacto de Estado contra la crisis climática; y con los de Santiago Abascal, arraigados en el sector primario, ganando empuje en las encuestas. «No acepto lecciones ni del ecologismo de salón ni del ruralismo de pancarta», ha proclamado, preludiando su compromiso de elaborar un libro blanco del desarrollo rural.
En un intenso domingo de apertura del curso político, con el presidente del Gobierno y Abascal exhibiendo músculo en sendos mítines en Málaga y Madrid, Feijóo se ha desplazado a tierra de agricultores y ganaderos con el objetivo de contrarrestar el discurso del Ejecutivo que presenta al PP como un partido que flirtea con el negacionismo medioambiental por sus pactos con la extrema derecha y al hilo de desastres como la dana en Valencia y los devastadores fuegos de agosto; fuegos que afectaron singularmente a comunidades gobernadas por los populares, incluida la Galicia de Feijóo. «No acepto lecciones sobre el campo de los que lo más verde que han visto en su vida son los jardines de la Universidad Complutense de Madrid», ha rebatido el jefe de la oposición, antes de añadir que tampoco lo hará con quienes «echan la culpa» del cambio climático sin dejar «limpiar el monte» ni adoptar otras medidas de protección y prevención.
Pero el acto de este mediodía también pretendía delimitar el terreno de juego ante Vox, empoderado en los sondeos y que tironea de los populares haciéndose fuerte en su radicalidad en materias como ésta o la inmigración. Feijóo ha reiterado el mantra de su discurso -ese «No aceptamos lecciones»- también para pedir a su auditorio que no lo haga con aquellos, en alusión implícita a Abascal y los suyos, que venden «soluciones para todo» sin «solucionar nada» y que abandonaron los ejecutivos autonómicos porque «es más fácil criticar que gobernar». «Dejémonos de soflamas y busquemos soluciones», ha rematado, con la mirada puesta en sus rivales de uno y otro lado.
Feijóo se ha afanado en reivindicar un vuelco por el que el campo no se convierta en «un museo, un jardín, un campo de atracciones, un recuerdo». «Es un activo», ha defendido, apostando por que se pueda vivir del sector agrícola y ganadero; prometiendo que contará en sus políticas con quienes mejor lo conocen porque su existencia depende de la tierra; y advirtiendo, en una tesis dirigida tanto a los sectores del progresismo en Bruselas como al Gobierno de Sánchez, de que hay que aplicar una Política Agraria Común en la UE que no sea «más medioambiental que agraria».
«La cabeza en los juzgados»
Ha sido la antesala del anuncio de que concurrirá a las elecciones, cuando se convoquen, con un libro blanco del desarrollo rural elaborado con el sector y que incluirá un decálogo de iniciativas. Entre ellas, además de un pacto del agua y de medidas de gestión forestal destinadas a frenar la desertificación, una ley de «simplificación administrativa» para aligerar trámites y normativas, un impulso al trabajo que incorpore la inmigración «legal y regulada» y una nueva fiscalidad que premie tanto a aquellos que ya viven del campo como a quienes se trasladen a él desde núcleos urbanos.
Y en una inauguración de curso marcada, también, por la atribución al PP por el Gobierno de la estrategia del «insulto» y después de recibir una lluvia de críticas por asumir el «Me gusta la fruta» de Isabel Díaz Ayuso contra el presidente al son de ‘Mi limón, mi limonero’, el jefe de filas de los populares se ha revuelto deplorando «el ruido, la corrupción, la mentira y la incompetencia». Ese «ruido» que, según ha dicho, hace que «a la gente no le lleguen» las propuestas como las que hace él. De lo que ha inferido que España necesita «un cambio profundo y sin concesiones» frente a un Gobierno «que tiene la cabeza en los juzgados».

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Enlace de origen : Feijóo tira del campo frente al «ecologismo de salón» del Gobierno y «el ruralismo de pancarta» de Vox