Mbappé sofoca otro incendio en la Champions

Mbappé sofoca otro incendio en la Champions

Martes, 16 de septiembre 2025, 23:18

En un partido que estuvo marcado de nuevo por la polémica, con otra roja que volvió a dejar en inferioridad numérica al Real Madrid y dos penaltis favorables a los blancos, uno incuestionable y otro interpretable, Kylian Mbappé volvió a salir este martes al rescate del conjunto dirigido por Xabi Alonso consumando una remontada desde los once metros.

El gol de Weah en el ecuador de la primera parte puso por delante al Olympique de Marsella, que salió al Santiago Bernabéu desprovisto de complejos y estuvo a punto de meter en un lío a los locales. Pero un derribo de Kondogbia a Rodrygo en el primer tiempo y una mano de Murillo en la segunda mitad ofrecieron un salvoconducto que Mbappé aprovechó para darle un triunfo trabajadísimo al Real Madrid.

Los blancos tuvieron que reponerse a una pérdida de papeles de Carvajal, se aferraron a otra parada marca de la casa de Courtois y aún debieron agradecer que Greenwood marrase una ocasión pintiparada en el descuento para no dar un paso en falso en el inicio de una Champions a la que debían haber llegado mucho más aleccionados tras la experiencia vivida en la campaña anterior, pero salieron vivos, que es lo que cuenta al fin y al cabo.

Real Madrid

Courtois, Trent (Carvajal, min. 5), Militao, Huijsen, Carreras, Valverde, Tchouaméni, Arda Güler (Asencio, min. 73), Mastantuono (Brahim, min. 63), Mbappé y Rodrygo (Vinicius, min. 63).

2

1

Olympique de Marsella

Rulli, Pavard (Egan-Riley, min. 88), Medina, Balerdi, Emerson (Murillo, min. 77), Kondogbia (Vermeeren, min. 66), Hojbjerg, Greenwood, O’Riley (Paixao, min. 66), Weah (Gouiri, min. 77) y Aubameyang.

  • Goles:
    0-1: min. 22, Weah. 1-1: min. 29, Mbappé, de penalti. 2-1: min. 81, Mbappé, de penalti.

  • Árbitro:
    Irfan Peljto (Bosnia). Amonestó a Tchouaméni, Pavard, Militao y Carreras. Expulsó por roja directa a Carvajal (min. 72).

  • Incidencias:
    Partido correspondiente a la primera jornada de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu.

El primer once de Xabi Alonso con el Real Madrid en la Champions dejó como principales apuntes la suplencia de Vinicius y la titularidad de Rodrygo. Se han convertido en elementos antitéticos: cabe uno u otro por la sencilla razón de que la mejor terapia para el paulista pasa por colocarle en el sector izquierdo, hasta ahora dominio del fluminense. Dicha competencia beneficia, al menos hasta que Bellingham esté a pleno rendimiento, a Mastantuono, que recuperó plaza en el costado derecho, convirtiéndose en el segundo argentino más joven en estrenarse como titular en la máxima competición continental, tras un tal Messi, y en el madridista más precoz en hacerlo, superando a Endrick.

De Zerbi, por su parte, fue fiel a su espíritu intrépido. Guardiola decía que su Brighton era el equipo que mejor armaba el juego en Europa. Exageración o no, algo de eso había. Al Bernabéu saltó su Marsella con dos agitadores por bandas, Greenwood y Weah, un viejo rockero como estilete, Aubameyang, y el propósito de no amilanarse por nada.

Ocurre, sin embargo, que el Bernabéu es capaz de amedrentar a cualquiera. Más aún cuando enfrente aparece una fuerza de la naturaleza como Mbappé. El francés probó con una chilena al primer pestañeo. El susto fue tan morrocotudo para Rulli que el ex de la Real Sociedad estuvo a punto de emular en varias ocasiones a Karius. También el Real Madrid tuvo su consiguiente ración de miedo cuando Trent sufrió un pinchazo en el isquio izquierdo. El inglés se marchó llorando. No habían pasado ni cinco minutos y el partido iba de sobresalto en sobresalto. Añadió otro Mastantuono, que se estrelló contra el palo en su primera acometida. Mordía el Real Madrid y resistía el Marsella, que esperaba su ocasión para enseñar las uñas.

Lo hizo por mediación de Weah, cuya rosca buscando la escuadra cogió más vuelo de la cuenta. Hijo de George, Balón de Oro en 1995 y presidente de Liberia entre 2018 y 2024, Timothy se desquitó pronto con la colaboración de Arda Güler. Se durmió el turco, Greenwood le robó la cartera y cedió al ex de la Juventus, que fusiló a Courtois.

Cifras redondas para un partido sufrido

Le tocaba remontar a los blancos, destensados tras un inicio chispeante. Tanto que Courtois tuvo que aplicarse para evitar otro coscorrón de Weah. Pero Rodrygo aplicó un revitalizante a los locales. Retó a Kondogbia y el ex del Atlético cayó en la trampa. Penalti de manual. No perdonó Mbappé, fiel por cuarto año consecutivo a su cita con el gol en el descorche europeo.

Rulli, que le había adivinado las intenciones, daba una cal y otra de arena. Tan pronto coqueteaba con el desastre como se descubría con una intervención prodigiosa tras zambombazo de Tchouaméni o servía un pase monumental a Aubameyang, al que le faltó puntería. Más clara la tuvo Mastantuono tras robo de Arda Güler y entrega de Mbappé, pero remató centrado para desesperación del ’10’, que debió pensar aquello de ‘si lo sé no te la doy’.

Tras 18 disparos del Real Madrid en la primera parte para un solo gol, y de penalti, al Marsella le bastaba con mucho menos para amenazar y Aubameyang volvió a poner a prueba a Courtois. Suficiente para que el Bernabéu mostrase su recelo, con Arda Güler como diana tras otra pérdida del turco.

Así, en vista de que la llama bajaba, Xabi Alonso sacó otra cerilla. Fuera Rodrygo y dentro Vinicius, lo que vino a confirmar que ahora son como el agua y el aceite. El incendio, sin embargo, lo desataron Carvajal y Rulli. El lateral, por torpe al soltar un cabezazo que le costó la roja. Y el cancerbero, por teatrero. Su actuación, digna de Oscar, dejó al Real Madrid con uno menos y al Bernabéu encolerizado con el argentino y con el árbitro.

Para el primero no hubo perdón. Sí tuvo indulto el segundo, que castigó con penalti una de esas manos grises, cometida esta vez por Murillo. Tampoco tembló en esta ocasión Mbappé, que selló su sexta diana del curso, y la cincuenta desde que viste la camiseta del Real Madrid, para consumar una sufrida remontada, darle a los blancos su tanto número 700 y la victoria que hace el doble centenar en la máxima competición continental. Cifras redondas para un partido que no lo fue.

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