Lo que política exterior es una minucia, puede convertirse en una sima gigantesca cunado se trata de la política nacional. Y más en un clima … de tensión como el que se vive desde hace meses en el Parlamento español. Apenas un día después de que Pedro Sánchez y todos sus ministros dedicaran la sesión de control al Gobierno en el Congreso a afear al primer partido de la oposición su actitud «equidistante» e incluso su «cobardía» por resistirse a utilizar la palabra «genocidio» para referirse la matanza de civiles en Gaza por parte del Ejército israelí, el jefe del Ejecutivo se mostró este jueves comprensivo con las reticencias del canciller alemán, Friedrich Merz, a seguir su ejemplo y utilizar el término sin miramientos.
Sánchez recibió en el Palacio de la Moncloa al político conservador en el Palacio de la Moncloa en el marco de su primera visita oficial a España desde que accedió al cargo el pasado mayo para hablar de la relación bilateral y de los retos conjuntos de la UE. Pero, como cabía esperar, la grave crisis humanitaria que se vive en el enclave palestino –en el que se contabilizan ya 65.000 muertos civiles tras casi dos años de brutal ofensiva- , estuvo muy presente en las conversaciones.
La posición de Merz, líder de la conservadora CDU, en el asunto no dista mucho de la que mantiene en España Alberto Núñez Fejóo, de su misma familia política. No solo porque no crea conveniente hablar de «genocidio», ni siquiera después de que una comisión independiente de la ONU concluyera esta semana que Israel lo está cometiendo. El alemán no se plantea, por ejemplo, reconocer ya el Estado palestino, como hizo nuestro país hace más de un año y como están a punto de hacer ahora el Reino Unido, Francia o Canadá, a pesar de estar a favor de la solución de dos Estados. «Para nosotros –explicó al término del encuentro– debería ser el último de los pasos».
Lejos de criticarlo, Sánchez, quitó hierro a las diferencias. «Lo importante, lo decisivo, es que el Gobierno de España y el Gobierno de Alemania estamos unidos en los objetivos. Tendremos discrepancias en cuáles son los caminos para llegar a ese objetivo, pero perseguimos que haya una coexistencia pacífica entre el pueblo palestino y el pueblo israelí, que cese la violencia y que haya un horizonte político que pueda dar esa estabilidad necesaria a Oriente Medio, que el sufrimiento acabe y que la ayuda humanitaria pueda entrar», dijo.
Embargo de armas
El canciller alemán se mueve en este asunto en terreno pantanoso. Alemania aún siente el peso de la responsabilidad histórica por el Holocausto. En febrero, poco después de ganar las elecciones, Merz llegó a invitar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a visitarlo, pese a la orden de detención dictada en su contra por la Corte Penal Internacional. Y este jueves insistió en que la seguridad de Israel es un fundamento normativo innegociable para su país y que Berlín no dará la espalda a Tel Aviv. Sin embargo, en mayo, ya advirtió de que las acciones del Gobierno israelí en Gaza «ya no tienen justificación» y en agosto decidió un embargo parcial de armas al Estado hebreo que le valió reproches en sus propias filas, pero que este jueves, en Madrid, volvió a reivindicar.
Queda por ver qué hace Alemania respecto a la suspensión de parte del acuerdo comercial entre la Unión Europea e Israel, que España e Irlanda propusieron por primera vez hace año y medio y ahora ha hecho suya la Comisión Europea. Para aprobarlo es necesario el apoyo de una mayoría cualificada (un 55% de los Estados miembros que representen al menos el 65% de la población total de la UE) y su posición es clave. Pero Merz no quiso avanzar aún nada.
A lo que dio claras largas fue, en cambio, a otro asunto en el que es igualmente determinante: la petición de que el catalán, el euskera y el gallego sean oficiales en la UE, como reclama desde hace año y medio el Gobierno de España para cumplir con uno de los compromisos adquiridos con Junts a cambio de la investidura. Merz apeló a su época como eurodiputado para argumentar que el servicio de traducción es algo «complicado» y vino a restar trascendencia a la reivindicación asegurando que, en no mucho, todos los miembros de la Eurocámara podrán hablar en el idioma que quieran y escuchar en el suyo propio gracias a la inteligencia emocional. Pero, entre tanto, no se mostró muy animado a hacer nada. «Entiendo el interés de España -dijo- pero tenemos que ver cómo resolverlo».
También salió a la palestra la cuestión de las inversiones en materia de defensa y la aportación de cada Estado miembro de la OTAN. «Todos estamos muy lejos del 5% -del PIB anual comprometido por los países de la Alianza en su última cumbre-, habíamos quedado en el 3,5% para el gasto militar propiamente dicho y todos nos tenemos que acercar a eso», señaló Merz ante los medios; eso sí, haciendo hincapié en que valoran el esfuerzo y compromiso del Gobierno de España. No obstante, en presencia de Sánchez añadió que en el futuro «hará falta todavía más» y todos los países tendrán que hacer «esfuerzos más grandes».
El expresidente del Gobierno Felipe González, este jueves en un debate público en Palma de Mallorca.
Felipe González propone que «ni todo (el territorio) sea Israel, ni todo sea Palestina»
El expresidente del Gobierno Felipe González ha apuntado este jueves durante un debate público en Mallorca que lo que estaría cometiendo el Estado de Israel en la Franja de Gaza sería una «limpieza étnica» y ha abogado por una solución para que «ni todo (el territorio) sea Israel, ni todo sea Palestina». Asimismo, se ha preguntado retóricamente por qué la Conferencia de Paz de Madrid y la firma de los Acuerdos de Oslo no tuvieron continuidad, ya que, en su opinión, entonces se «abrió una esperanza» de resolver el conflicto.
González ha apuntado que a él se le «caía la cara de vergüenza» al escuchar que ya se habla de «repartirse la Franja» y verlo como una «oportunidad inmobiliaria», como a su juicio hizo el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, sugiriendo un posible plan para ello entre Tel Aviv y Washington.
En todo caso, para el exmandatario Hamás tiene una oportunidad para «quitarle la razón» al primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, que pasaría por entregar a los rehenes israelíes, pero ha considerado que no lo harán porque los usan como «escudos humanos». Precisamente de Netanyahu ha dicho que hoy día, por sus acciones, el propio Netanyahu es «el mayor propagandista del antisemitismo».
En cuanto a la solución de que haya dos países, ha recalcado que el Estado palestino debe ser «viable» porque, desde su punto de vista, «un archipiélago terrestre es ingobernable». Sin embargo, el expresidente también ha aprovechado para marcar distancias con las posturas propalestinas, al criticar la consigna ‘desde el río hasta el mar, Palestina libertad’ porque implica la «desaparición de Israel», y ha indicado que «no se debe dejar solo al Estado de Israel».

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Enlace de origen : Sánchez quita hierro a que el canciller Merz no hable de «genocidio» en Gaza en pleno choque con Feijóo
