Alba Flores (Madrid, 1986) ha tardado treinta años en atreverse a hablar con su familia de la vida y la muerte de su padre, Antonio … Flores, que falleció cuando ella era apenas una niña. ‘Flores para Antonio’ es el título del documental dirigido por Elena Molina e Isaki Lacuesta que ha visto la luz en el Festival de San Sebastián.
–Es curioso. Esa familia Flores, tan popular, acaba siendo muy parecida a la nuestra viendo el documental.
–Así lo siento también. Si hay algo especial en nuestra familia tiene que ver con nuestra relación con el arte. Se lo digo a mi tía Rosario en la película: el arte es lo más importante en nuestra familia. El público lo reconoce y nos otorga un lugar especial por ello, pero no dejamos de ser una familia tan humana como la de cualquiera.
–Bueno, son una familia con muchísimas grabaciones caseras…
–Sí, es muy especial para la época, no sabes lo que lo hemos valorado a la hora de hacer la película. Hemos tenido mucha suerte de que mi tío Guillermo (Furiase) fuera tan pesado con la cámara de vídeo y lo grabara todo.
Tráiler de ‘Flores para Antonio’.
–¿Está usted condenada a cantar?
–Es algo que me nace de manera espontánea de niña. No es una condena, sino una naturaleza que se rebela. Lo complicado tiene que ver con perder a mi padre y con las expectativas que se tienen conmigo desde fuera. Las dos cosas han hecho más difícil relacionarme con algo que me salía solo. Ahora estoy teniendo la suerte de recuperarlo poco a poco, con el concierto homenaje y el documental. Me encuentro reconciliada, he dado pasos importantes para mi realización personal, pero no sé si tanto como para sacar un disco mañana.
–’Flores para Antonio’ ha supuesto una catarsis, de no hacerla tendría una relación distinta con la memoria de su padre.
–Totalmente. Esta película me ha cambiado la vida, hay un antes y un después. Y en la de mi familia. Antes de estrenarla ya me ha transformado muchísimo.
–Su tía Lolita le dice que preguntaba muy poco por su padre.
–Fue un acontecimiento muy traumático para la familia y había un respeto por parte de todos de no querer remover esas heridas. Miedo a sacar el tema. Hemos necesitado que pasara el tiempo y que yo tuviera la madurez que tengo ahora para poder sentarnos a hablar desde otro lugar. Mi prima Elena (Furiase) me lo dice en la película: mi familia estaba preparada antes que yo. Esperaban a que yo me acercara a abrir el tema.
–¿Ha visto ‘Romería’, de Carla Simón? También sobrevuela el estigma de la droga, que han utilizado contra usted.
–No la he visto, pero ya me han dicho que hay puntos en común. El estigma de la droga lo he vivido con mucho disgusto, porque había tanta diferencia entre lo que yo había vivido y lo que devolvía la gente y sus prejuicios… Era muy doloroso, sentía una incomprensión e injusticia muy grande. Lo que más me dolía era reducir la vida de las personas a un acontecimiento puntual, como si toda su identidad se cristalizara en eso. De manera muy peyorativa y con muy poca información. Para mí era importante ayudar a arrojar luz sobre un tema tabú, que ha sido estigmatizado y romantizado. Como Carla, hay ganas de abordarlo en toda su complejidad.
–Ahora sabemos más del tema que en los 80.
–No solo no se sabía, sino que había un juicio muy rígido. Ahora lo entendemos de otra manera, sabemos que a la gente no hay que estigmatizarla por consumir drogas. No se puede reducir a la gente a un diagnóstico, si hablamos de salud mental. Porque es una manera de marginar y de no admitir lo que ocurre en la sociedad.
–«Me hubiera gustado preguntarle tantas cosas a mi padre», afirma en el filme. ¿Por ejemplo?
–Me hubiera gustado compartir con él mogollón de cosas. Me he perdido discutir con él fuerte, de adulta a adulto. Mantener un debate sobre algún tema. Preguntarle sobre su visión de la vida tan libre.
Alba Flores entre sus tías Rosario y Lolita Flores en San Sebastián.
EP

–¿Es usted una Flores diferente?
–Lo dicen más de mí que yo de mí misma. Soy particular, pero mi padre lo era y mis tías también lo son. No somos todos iguales en esta familia, esa es la riqueza que tenemos.
–Hoy su padre tendría 64 años. ¿Seguiría en la carretera?
–Lo pregunté mucho mientras hacía la película. Casi todo el mundo me decía que evidentemente seguiría haciendo música, nadie imagina otra vida para él. Seguiría viviendo de manera particular, igual la cabaña en vez de en el jardín estaría en la montaña. Seguiría buscando la libertad, lo que choca con cosas que están pasando. Seguiría siendo un espíritu libre. A veces, nos instalamos en la tragedia o en la pérdida cuando hablamos de él, como si no hubiesen sido suficientes las canciones maravillosas que hizo en poquísimos años y que siguen sonando. Preguntarnos qué haría es quitarle valor a lo que hizo y a la vida que vivió.

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Enlace de origen : Alba Flores recupera la figura de su padre: «Hoy sabemos que a la gente no hay que estigmatizarla por consumir drogas»