
Julio Mayol (Madrid, 1963) es uno de los mayores expertos nacionales en la aplicación de la inteligencia artificial (IA) a la medicina y la sanidad … . Su naturaleza curiosa ha llevado al catedrático de Cirugía de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) a volcarse en la exploración de esta tecnología que ya ha comenzado a revolucionar el sector. El pasado martes pasó por Murcia para compartir sus reflexiones en una conferencia organizada por la UCAM titulada ‘La inteligencia artificial en salud; una revolución paradójica’. De oratoria fluida y gesto sereno, el también director científico de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Clínico San Carlos, charla con LA VERDAD sobre las puertas que abre la IA en el ámbito sanitario y los desafíos que plantea.
–¿Por qué es una revolución paradójica?
–A mí me recuerda mucho esto al comienzo de ‘Historia de dos ciudades’ de Charles Dickens –«Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos….»–, porque es una cosa y es la otra. La inteligencia artificial tiene exactamente los mismos rasgos paradójicos que tenemos los seres humanos. Puede ser tremendamente buena o tremendamente mala, dependiendo de cómo la utilicemos.
–¿Cómo va a cambiar la relación con el paciente? ¿Cree que puede llegar a reemplazar al médico de cabecera, por ejemplo?
–Los médicos le diremos que no, pero la fantasía de nuestra especie es eliminar al profesional sanitario humano, porque la sensación es que las máquinas van a poder hacer lo mismo que nosotros pero mejor, con menos errores. Y esto tiene una parte interesante de analizar, que es cómo hemos convertido la asistencia sanitaria en inhumana, para los pacientes y para los profesionales. Nos dedicamos a hacer cosas que deberían hacer máquinas. Pasamos más tiempo mirando pantallas que mirando personas. La IA, bien utilizada, puede eliminar toda esa sobrecarga de trabajo inútil que ha deteriorado la relación médico-paciente y liberar al médico y a la enfermera para que miren a los ojos al paciente.
FRENTE A LOS EFECTOS ADVERSOS
«Tendremos diagnósticos más rápidos y mucho más precisos. Pero a mí me interesa más que sirva para disminuir el daño»
–En el ámbito del diagnóstico se están viendo grandes avances, como el reciente modelo Delphi-2M, entrenado con miles de historiales clínicos, del que se asegura que puede llegar a estimar la probabilidad de que un paciente sufra una enfermedad, no el año que viene, sino con dos décadas de antelación.
–Saber si lo que predice esa inteligencia artificial sobre las enfermedades que vamos a sufrir dentro de 20 años es correcto, requiere que esperemos 20 años. La historia cambia tanto en sistemas tan complejos como la vida humana, que lo más probable es que lo prediga mal, porque en ese tiempo nos pasarán otras cosas que no habíamos previsto. En cualquier caso, la IA sí que nos va a permitir diagnósticos de baja complejidad más rápidos y mucho más precisos que antes. Pero a mí me interesa mucho más que nos sirva para disminuir el daño. Un gran problema de los sistemas sanitarios actuales son los efectos adversos que genera la propia asistencia. Yo, ahora mismo, enfocaría mucho más la IA a disminuirlos.
–Le he leído decir que la inteligencia artificial es incluso más empática que los humanos.
–Muchísimo más, sí. Lo que hace muy bien la inteligencia artificial es simular nuestros procesos cognitivos y mentales, incluida la empatía. Además, tiene la ventaja de que no se cansa, ni prejuzga, ni se toma como personal las cosas que decimos. Hay un estudio, publicado en el año 2023 en ‘Annals of Internal Medicine’, en el que comparaban respuestas dadas a preguntas de pacientes por humanos y una entidad tipo ChatGPT. Y los pacientes humanos, después de leer las contestaciones, llegaron a la conclusión de que la IA es mucho más empática, porque las contestaciones que da son mucho más amplias y es capaz de simular que se pone en tu lugar de manera continua sin sentirse perjudicada.
–Respecto a lo que señalaba respecto a liberar al profesional de burocracia, el Servicio Murciano de Salud está haciendo pruebas con un sistema de transcripción de consultas que genera automáticamente un informe clínico. Parece un gran avance esa conversación que uno tiene de manera privada con un médico pasa por un software, puede ir a un servidor externo… ¿Cómo hacemos para garantizar la privacidad y que estos datos tan sensibles no acaben en manos equivocadas?
–Es una buena pregunta y una preocupación lógica. Lo que sabemos sobre estas herramientas es que las puedes tener ‘on-premise’, es decir, dentro de tus instalaciones, de forma que tus datos no salgan a ningún servidor fuera. Luego habría que discutir si esos datos, estando en nuestras propias organizaciones están a salvo. Esa sería la siguiente reflexión. Pero si tienes ese miedo, lo puedes paliar. Segundo, la mayoría de estos sistemas no almacenan la información. Transcriben, elaboran la nota y luego borran la información. Creo que hay suficiente regulación en Europa para garantizar la seguridad de esos datos. Incluso podríamos decir que demasiada.
HUMANIDAD SIMULADA
«Estos sistemas son más empáticos que los humanos, y tienen la ventaja de que no se cansan ni prejuzgan»
–Más allá del diagnóstico, la aplicación en la gestión parece un mundo por explotar. ¿Puede ayudar a descongestionar el sistema?
–Sí, de hecho, es ahí donde veo que tiene la más fácil entrada a la inteligencia artificial. Donde aparentemente supone menos riesgo y puede eliminar toda la carga administrativa. Puede ayudar a sacar pliegos más rápidamente que nos ayuden a hacer compras imprescindibles para el sistema, gestionar las listas de espera de manera mucho más inteligente o ayudar a los pacientes, como un tutor personal, para sacar una cita, recordarte que tienes que ir a tal sitio, ese tipo de gestiones. Puede ser muy útil para avanzar hacia un uso adecuado y eficiente de los recursos.
–¿Cómo imagina el futuro de la sanidad?
–Decía Niels Bohr, el famoso físico, que es muy difícil hacer predicciones, especialmente sobre el futuro. Esto cambia tan rápidamente que hace solo cinco años no estábamos hablando de esto. Necesitamos más formación y cambiar nuestros modelos actuales, tanto culturales, como tecnológicos, como de negocio. Yo veo un sistema en el que haya menos profesionales quemados y pacientes y familiares menos frustrados, con una medicina mucho más segura y para todos. Un sistema más humano centrado en las personas pero operado sobre todo por la inteligencia artificial.

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Enlace de origen : Julio Mayol: «La IA permitirá liberar al médico del trabajo inútil para que mire al paciente»