
Cuando Benjamin Netanyahu llegue el lunes a la Casa Blanca, se encontrará con que su inquilino está dispuesto a ponerle freno. Según la prensa hebrea, … el primer ministro israelí pretende anunciar la semana que viene la anexión de Cisjordania, pero Donadl Trump cree que eso sería ir demasiado lejos y no está dispuesto a permitirlo. «No, eso no va a ocurrir. Ya es suficiente, es hora de parar», resolvió tajante este jueves cuando la prensa le preguntó en el Despacho Oval por esa posibilidad. «No lo permitiré».
Conocido por dejarse influir por la última voz en su oído, la firmeza había que atribuírsela a los países árabes con los que se reunió el miércoles y, en particular, con Arabia Saudí. Según contó uno de los asistentes a la reunión al Financial Times, «la Casa Blanca no parecía comprender del todo la seriedad de las repercusiones regionales de la anexión de Cisjordania hasta esta semana». Los países árabes le advirtieron de que la anexión de Cisjordania sería la línea roja que rompería el diálogo con los líderes regionales e incluso invalidaría los acuerdos de Abraham sobre las relaciones diplomáticas con Israel.
Está en juego su legado. Los acuerdos fueron trabados con la mediación de su yerno Jared Kushner durante su primer mandato. «Son algo muy gordo y nuestro país no ha recibido ningún crédito por ello», protestó el martes en su intervención ante la Asamblea General. «Todo el mundo dice que debería recibir el Premio Nobel de la Paz por cada uno de esos logros».
Los líderes árabes de Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Jordania le transmitieron también su inquietud de que Netanyahu quiera alterar el estatus legal e histórico de los lugares santos como Jerusalén, a lo que Trump pareció responder «positivamente», según dijeron fuentes de Politico. Trump tiene en la manga un plan de paz alternativo al de los dos estados que proponen Francia y Arabia Saudi en la declaración de Nueva York, con el respaldo de 161 países. El mandatario estadounidense se lo habría explicado a los líderes árabes, que habrían hecho una contrapropuesta. «Ahora tengo que reunirme con Israel», dijo ayer en su encuentro con Tayyip Erdogan. «Creo que vamos a cerrar un trato pronto».
Durante su intervención por video ante la 80 Asamblea General de la ONU, a la que no pudo acudir en persona al haberle negado EE UU el visado de entrada, Mahmud Abbas recogió el sueño de Oslo que contiene esa declaración sobre la creación de dos Estados viviendo en paz. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tendió la mano «al señor Donald Trump» para trabajar con él en la elaboración del plan de paz aprobado en la conferencia del pasado 22 de septiembre «de forma que nos encaminemos hacia una paz justa y hacia la cooperación regional».
Con más de 65.000 muertos a sus espaldas, Abbas tenía ayer la misión de representar la resiliencia del pueblo palestino, cuyo mayor acto de desafío es la promesa de «vivir y sobrevivir» al exterminio en marcha. «No importa cuánto sangren nuestras heridas ni cuánto dure el sufrimiento, no va a quebrar nuestra voluntad», prometió.
Abbas aseguró que «Hamás no tendrá ningún papel que desempeñar en el gobierno» de la posguerra gazatí. En su discurso, el presidente de la ANP rechazó «que se equipare la solidaridad con la causa palestina con el antisemitismo» y volvió a condenar los actos terroristas de Hamás del 7 de octubre, recordando que «no representan al pueblo palestino ni tampoco su lucha justa por la libertad y la independencia».
Resurgir «de los escombros»
Su posición es la de reclamar a Hamás que entregue las armas, «al igual que otras facciones»: «Tendrán que deponer las armas, entregándoselas a la Autoridad Palestina como parte de un proceso para establecer las instituciones de un Estado único con un sistema jurídico y unas fuerzas armadas propias».
El plan propuesto por Francia y Arabia Saudí busca salvar al Estado palestino de lo que una comisión independiente de la ONU considera un plan israelí para «tomar control permanente de la franja de Gaza y asegurar una mayoría judía en Cisjordania y dentro de Israel». La ANP planea llevar a cabo elecciones en Palestina antes de final de año para legitimar su autoridad como gobierno de posguerra, pero siempre con una determinación inquebrantable: «No vamos a irnos de nuestra tierra. Nuestros pueblos se quedarán enraizados como los árboles, como las rocas. Resurgiremos desde debajo de los escombros para reconstruir».

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Enlace de origen : Trump dice que no permitirá que Israel se anexione Cisjordania: «Es hora de parar»