El viaje a Pekín que revolucionó el feminismo cumple 30 años

El viaje a Pekín que revolucionó el feminismo cumple 30 años

Lunes, 29 de septiembre 2025, 01:28

Hace ahora 30 años, aterrizaron en Pekín la catedrática de Anatomía Humana de la Universidad de Murcia y directora del Instituto de Investigación en Envejecimiento, María Trinidad Herrero (Calahorra, La Rioja, 1961), la vicepresidenta de la Fundación Mediterráneo e histórica socialista, Rosa Peñalver (San Javier, 1954), y la socióloga Concha Cebrián (Murcia, 1953), tres pioneras en la lucha por los derechos de la mujer en la Región de Murcia, que acababan de recorrer cerca de 10.000 kilómetros para estar en el lugar donde se dirimiría uno de los acuerdos más relevantes para el futuro de la población femenina.

Acudían a la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de las Naciones Unidas, donde 189 países marcaron las líneas maestras para el avance de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, un encuentro considerado uno de los grandes hitos del feminismo.

La cumbre tenía dos vertientes, por un lado se celebraba una Conferencia oficial, donde los gobiernos del mundo buscaban consensuar un plan que permitiera impulsar la igualdad legal y de oportunidades, conocido como la Plataforma de Pekín para la Acción; por otro, a más de 40 kilómetros de distancia, «en el quinto pino», bullía la idea de una revolución en un foro paralelo abierto al activismo donde participaron 30.000 mujeres llegadas de todas las regiones del mundo. En total, fueron 2.000 mujeres de toda España, ocho de ellas de la Región de Murcia.

LA VERDAD ha reunido en el treinta aniversario de esta conferencia a tres de ellas para revisitar unos días que todavía les «ponen los pelos de punta». Y es más que una expresión: ocurre físicamente durante la conversación. Lo hacen saber mostrando el brazo erizado al periodista.

«Fue una unión de todas nosotras. Daba igual la ideología. Estábamos todas. Era un momento feminista muy potente»

María Trinidad Herrero

Catedrática de Anatomía Humana de la Universidad de Murcia

«La asistencia desbordó completamente las previsiones del Gobierno chino, y llegó un momento en que prohibieron los visados –asegura Rosa Peñalver–. Lo que hicimos Concha y yo, que estábamos juntas en Murcia en una asociación feminista que se llamaba Kalima, fue hacer el viaje con una agencia de viajes y despistarnos del grupo». Fueron por libre, «con una fotocopia», sin visado y haciendo frente a los gastos. «Lo debió hacer más gente, porque las colas eran increíbles», recuerda.

El ambiente que encontraron no lo han podido olvidar. María Trinidad Herrero, que cuenta que pudo ir porque sus padres la ayudaron, tuvo la oportunidad de poder asistir tanto al foro como a la Conferencia oficial. La convenció de viajar la propia ministra de Asuntos Sociales de entonces, Cristina Alberdi.

Lo que le llamó la atención fue «la sororidad» que reinaba entre las asistentes de todo el mundo. «Éramos muchas mujeres con un gran compromiso por estar allí, en un momento feminista muy potente. Era una unión de todas. Daba igual la ideología», asegura Herrero, que años después se convirtió en la primera mujer presidenta de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia.

«Esquivamos las trabas del Gobierno chino para que no fueran más mujeres, hablábamos con las mujeres locales. Nos preguntaban que dónde estaban nuestros maridos»

Rosa Peñalver

Vicepresidenta de la Fundación Mediterráneo

Concha Cebrián, una de las impulsoras del feminismo en la Región de Murcia, promotora de la primera asociación feminista de la Comunidad Autónoma en el año 78, destaca la importancia de lo vivido en aquel encuentro que abordaba «todas las esferas» de la vida de las mujeres. «El marco conceptual de muchas cosas surgió allí. El concepto de género, por ejemplo, se difunde allí», destaca.

Una alegría compartida

De pronto, ante sus ojos, entre el colorido de los trajes de seda de las africanas, las manifestaciones de las filipinas o los andadores de un colectivo de mayores noruegas, se materializó la gran unión que llevaba tantos años esperando. «Me impresionó. Entré allí con mi acreditación y no podía cerrar la boca. Quería verlo todo, hablar, me iba encontrando con gente. Me impactó ver a todo el mundo allí junto, esa paz que se respiraba –dice mientras parece buscar otra palabra, con la que da solo dos segundos después–. Esa alegría».

«Alegría, sí», repite Herrero. A ella, la fascinación del momento la obligó a comprar dos maletas. «Iba recogiendo toda la información que podía, todos los periódicos, todos los folletos, los boletines. Me lo traje todo. No teníamos internet», justifica.

En el foro, la actividad en las edificaciones y carpas habilitadas por el Gobierno chino se sucedían las reuniones y talleres sobre la mujer, y alzaban la voz personalidades como Jane Fonda o Hillary Clinton, quien pronunció una de las frases más recordadas: «Los derechos de las mujeres son derechos humanos».

«El marco conceptual de muchas cosas surgió allí. El concepto de género que ahora manejamos, por ejemplo, se difunde allí»

Concha Cebrián

Socióloga e impulsora de la primera asociación feminista regional

Eso sí, «el lugar que nos dejaron estaba en el quinto pino», recuerda Rosa Peñalver, que a su regreso se convencería de la necesidad de dar un paso hacia la política para cambiar las cosas, y acabó erigiéndose en la primera presidenta de la Asamblea Regional de Murcia.

Muchos han sido los logros, pero que siguen quedando tareas pendientes, defienden, lo demuestra que desde ONU-Mujeres se hayan ido elaborando distintos programas para intentar avanzar en lo que allí se acordó. Este año se desarrolla el Programa de Acción Beijing+30, con seis actuaciones más una: reducir la brecha digital de género; situar a las mujeres en el centro del desarrollo económico sostenible; impulsar el liderazgo de las mujeres en la adopción de decisiones; poner fin a la violencia contra las mujeres; agrandar la rendición de cuentas en los ámbitos de la paz, la seguridad y la acción humanitaria, y procurar la justicia climática. El último es involucrar a las nuevas generaciones en el cambio hacia un mundo justo con la mujer.

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