
La historia se repite. El Gobierno dejó pasar una vez más el 30 de septiembre, la fecha límite establecida en la Constitución, sin presentar el … proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año próximo. Dos días después, Pedro Sánchez, reiteró que esta vez sí cumplirá con su «obligación», pero, más allá de la orden de Hacienda a los ministerios, el pasado 3 de septiembre, para que establezcan sus prioridades, no ha habido ningún otro movimiento. En el Ejecutivo reconocen que ni hoy por hoy cuentan con los apoyos para sacarlos adelante ni hay nada que indique que puedan tenerlos en un futuro. Y, pese a su afirmación de que la legislatura llegará a término en 2027, entre los grupos parlamentarios empieza a cundir la sensación de que el presidente del Gobierno está midiendo los tiempos con la vista puesta en el calendario electoral del próximo año.
En 2026 se abre ya un nuevo ciclo con la celebración de comicios en Castilla y León (en principio, el 15 de marzo) y Andalucía, (a finales de la primavera). Pero el PP ya ha empezado a amagar con un ‘superdomingo’ que aglutine otras convocatorias autonómicas si los Ejecutivos de Aragón y Extremadura no logran aprobar sus propias Cuentas. El ‘runrún’ busca aumentar la presión sobre Vox para que, esta vez sí, las respalden pero, si esa estrategia no funciona, los mismos populares reconocen que resultaría contradictorio empeñarse en continuar gobernando mientras se le exige a Sánchez ir a elecciones por falta de apoyo parlamentario.
En Moncloa, por lo pronto, ya reconocen que lo más probable es que los Presupuestos de 2023 – aprobados por un Parlamento distinto al actual– vuelvan a prorrogarse por tercer año. Resulta casi obvio porque los plazos están muy tasados. La tramitación presupuestaria dura en torno a dos meses en el Congreso y, teniendo en cuenta que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha dado aún siquiera el paso previo de presentar el techo de gasto con la senda de estabilidad presupuestaria –algo que, en legislaturas convencionales, solía producirse a mediados de julio– no parece factible que el 31 de diciembre el escenario esté despejado.
objetivos de déficit
El Ejecutivo asume que no tiene votos siquiera para la senda de estabilidad, previa a las Cuentas
A la vuelta del verano, Montero aseguró que su intención era aprobar la senda en septiembre. No lo hizo. La semana pasada repitió aun así que lo haría «en los próximos días», pero a continuación aclaró que no veía la cosa tan urgente como para hacerlo en el Consejo de Minisros de este martes. El Ejecutivo ya sabe que tampoco en esa eventual votación tendrá mayoría suficiente porque Junts, que tumbó junto al PP los objetivos de deuda y déficit del pasado año, sigue sin estar por la labor de respaldarlos ahora.
Nuevo varapalo
En tanto pospone los Presupuestos, el Gobierno gana tiempo y evita un golpe fatal. Los socialistas se han acostumbrado ya a recibir varapalos en el Parlamento y a minimizarlos. Salvo sorpresa, este miércoles encajará uno más. Podemos ya ha dicho que no apoyará la ley de movilidad sostenible, de la que depende la llegada de 100.000 millones de euros de los fondos europeos y también está en el aire el real decreto ley que aprobó el embargo de armas a Israel, aunque, tras anunciar los de Carles Puigdemont su apoyo, los socialistas confían en salvarlo con una abstención crítica de el partido de Ione Belarra, que lo considera muy insuficiente. Pero el rechazo de las Cuentas públicas por parte de las Cortes Generales tiene mucha más entidad que el de cualquier otra norma. Y, salvo el PSOE, casi todos los actores políticos creen que su rechazo tendría que llevar a Sánchez disolver las Cámaras.
Tercera prórroga
En Moncloa ya admiten que se llegará a diciembre sin un nuevo marco presupuestario
Fuentes de Junts – que ha marcado el 21 de diciembre como tope para decidir sobre su relación con el Gobierno– admiten que son muy escépticos con la palabra del jefe del Ejecutivo. «Va a convocar elecciones más pronto que tarde», dice convencido un relevante miembro de la cúpula del partido. El PNV lleva semanas dejando caer que está preparado para ir a las urnas en cualquier momento. Y en Podemos, que ha condicionado su apoyo a los Presupuestos a exigencias imposibles de cumplir para el PSOE («¡Qué más quisiéramos que poder reducir un 40% el precio del alquiler!», se queja una ministra) están persuadidos de que Sánchez solo espera el momento adecuado.
De momento – y a expensas del impacto de las causas judiciales que les afectan– los socialistas creen que septiembre, con buena parte de la atención mediática centrada en Gaza, ha servido para recuperar el aliento y dejar atrás la crisis del ‘caso Cerdán’. Y Sánchez sigue confiando en el miedo a la ultraderecha como su mejor baza El miércoles una encuesta realizada de ex jefe de gabinete de Sánchez en la Moncloa, Iván Redondo, para Antena 3 desató la indignación del PP, al que situaba por detrás del PSOE con 111 escaños frente a 130, y en manos de Vox, en 74 escaños. Fuentes socialistas admiten dudas sobre la estimación pero insisten en que sí siguen en torno al 30% de voto y sostienen que es difícil que la derecha rebase el 50%. Es la debilidad de Sumar lo que hoy haría imposible revalidar el Gobierno, pero en Ferraz apuntan: «Queda tiempo para que ese espacio se reconfigure».

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : El Gobierno da otra patada al balón de los Presupuestos y alienta el recelo de sus socios