Federico Trillo (Cartagena, 73 años) está en forma. Tanto como para haber escrito ‘Memorias de anteayer’, un relato desde las entrañas, políticas y sentimentales, de … cómo Manuel Fraga refundó el centroderecha español tras la Transición y cómo José María Aznar, con el que él presidió el Congreso y fue ministro de Defensa, lo aglutinó bajo el paraguas del PP de las mayorías amplias. Añorante del bipartidismo y tan libre como para fiscalizar a los suyos, en la biografía de Trillo aún resuena con humor aquel «Manda huevos» que aireó un micro abierto en una enrevesada votación presupuestaria.
-¿Qué manda huevos ahora en España?
-Manda huevos que tengamos un Gobierno que lleva dos años fuera de la Constitución. De origen, porque lejos de respetar la lista más votada, hace una lista de contrarios que depende de un prófugo de la justicia. Después impulsa la amnistía e incumple la anualidad presupuestaria; Sánchez vive con los Presupuestos de la legislatura anterior. En fin, una serie de tropelías que hacen que pueda decir con toda rotundidad que manda huevos la situación de España.
-Justifica estas memorias en que ve un país en crisis. Pero también para evidenciar lo que no le gusta del PP.
-Desde mi dimisión como embajador en Londres, quedé muy dolido con un Gobierno [el de Mariano Rajoy] que decidió asumir un dictamen [el del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles] que no había leído y creerse que me condenaba políticamente, lo cual es falso. A mí ni se me citaba. Después aposté con ilusión por Pablo Casado, pero fracasó en la gestión de la conciliación del partido. Así perdimos dos años. Y en estos días no solo yo, sino también algún antiguo compañero, estamos seriamente preocupados por la deriva que va tomando el asunto.
-¿Por la deriva del PP?
-Del PP y del centroderecha, porque es necesaria una alternativa unida para desalojar a ese autócrata de la Moncloa. Es imperioso, es una necesidad vital para España que desalojemos a Sánchez. Y veo que la refundación que hicimos, con un esfuerzo de todos por estar juntos, se ha echado a perder. Lo hizo en 2015 con tres partidos en ese sector de voto. Ahora ya no está Rivera y Vox se dedica a petardear al PP más que a atacar al PSOE. Yo clamo por un entendimiento entre el PP y Vox, previo a las elecciones, para que la gente sepa a qué atenerse.
-Usted traza un retrato amable de Alberto Núñez Feijóo, pero no tanto de su partido. ¿En qué cree que puede estar fallando para no ser el que fue?
-La falta de apertura a la sociedad y la falta de generosidad de sus cuadros burocráticos. El PP está ocupado literalmente por las nuevas generaciones que se encastillaron en posiciones de poder desde los 20 años. Así están confeccionadas las listas. Y el político tiene que tener un sitio de de dónde venir y adónde volver. Obviamente, el partido está lleno de excepciones valiosísimas. Pero yo me pregunto cuál es el interlocutor en Defensa y no lo sé. En la refundación no solo abrimos las puertas a todo el mundo, incorporamos nuevas caras; teníamos un equipazo dirigido por Aznar. Quienes están ahora tienen que abrirse, ser generosos y ceder, captar nueva gente. Como Iván Espinosa de los Monteros y alguno más que ha salido de Vox, que está en una deriva muy peligrosa.
-¿Feijóo se está enterando de esto leyéndole o ya se lo ha dicho?
-Yo con Alberto tengo muy buena relación, mucha confianza y comunicación directa. Ya leerá entre líneas. Es un gallego muy listo.
-¿Qué significa abrirse a la sociedad?
-Solo hay una manera de hacer las cosas: sumando, no restando ni dividiendo, que es lo que pasa ahora. Y si vamos a sumar con Junts, seríamos indignos.
-¿Es una línea infranqueable?
-El día que el prófugo rebelde deje la presidencia y el control de su partido, pues entonces se podrá hablar con todo el mundo. Pero nada que hablar en Waterloo. Ni en el maletero. Nada.
Falta de Presupuestos
«Hay una figura, la prevaricación por omisión italiana.¡Si lo que hace Sánchez es ilegal!»
-El 23-J, Feijóo intentó cubrir con su sábana el colchón que iba del voto útil de Vox a los descontentos del PSOE. No le alcanzó.
-Esa es la línea, no hay otra. Pero, insisto, lo que le rodea dentro y fuera no está por la labor de abrirse. Y Vox ha emprendido una campaña de descrédito del Partido Popular, por lo que todo es improductivo.
-¿Corre el riesgo el líder del PP de que se le pase el arroz?
-No, no, no me pongo en esa hipótesis porque no es que sea catastrófica para Alberto, lo es para España y para el PP. Si no gobierna en las próximas elecciones y se perpetúa Sánchez, el PP tiene muy mal futuro. No puede fallar ahora. Sánchez ha conculcado cualquier principio básico de la democracia parlamentaria. Todos. Hay una figura italiana, que los tribunales han avalado: la prevaricación por omisión. Él ha omitido las leyes de Presupuestos una legislatura entera. ¡Cómo se puede permitir eso si es algo ilegal!
-¿Dice que aprobar los Presupuesto podría ser delictivo?
-De él y del Consejo de Ministros. Y el cambio de partidas, en los funcionarios llamados a aplicarlas, puede producir malversación.
La peluquería con Abascal
-Feijóo se comprometió en el congreso nacional de julio a que solo gobernará si puede hacerlo en solitario. ¿Lo ve factible?
-(Sonríe) Bueno, no quiero ni planteármelo. Insisto, es ya una cuestión de vida o muerte. O se está con la Constitución, la democracia y la reconciliación o se está con los garrotazos de Goya.
-Una curiosidad. ¿Cuánto charla con Abascal de todo esto en la peluquería que comparten?
-(Ríe) Eso son conversaciones privadas. Pero tengo la impresión fundada de que la relación personal de Abascal y de Feijóo es mejor que la de sus segundos.
-¿Ha perdido pie socialmente el PP con sus equilibrios entre Israel y la masacre en Gaza?
-No. En el siglo 20 el pecado colectivo más grave de la humanidad fue el antisemitismo. El Holocausto es algo que no se puede volver a repetir. Ante el ataque de un grupo terrorista, es natural la reacción en legítima defensa de Israel. Otra cosa es que se denuncien los abusos cometidos por los israelíes, probablemente delitos de guerra. Aunque yo no soy partidario de la calificación de genocidio.
-Cuando se queda a solas consigo mismo, ¿el fantasma que le asalta es el del Yak-42?
-No, porque ni yo ni mi equipo tuvimos nada que ver con la contratación del avión, la hizo la OTAN. Lo que yo viví está respaldado por tres autos del Supremo y cinco de la Audiencia Nacional, y uno de los jueces era Grande-Marlaska. Siempre llevaré conmigo esa amargura, pero que fui responsable político del accidente no lo admito.

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Enlace de origen : «Ahora lo que manda huevos es el país. Si se perpetúa Sánchez, será catastrófico»