El UCAM pica piedra en Girona hasta romperla y hacerse más líder

El UCAM lleva una de cada. La de hoy, a decir verdad, vale doble, pues, pese a entrar muy frío al partido y no lograr irse nunca de un Girona que le veía de cerca, especialmente en un trabado tercer cuarto convertido en un concierto de pito con tanto parón arbitral, terminó por imponer físico y talento en los últimos minutos hasta lograr abultadas ventajas que nada tenían que ver con lo que había sido el encuentro hasta entonces, tocando una máxima de 26 puntos de diferencia (64-90, minuto 38).

Hasta entonces, un UCAM que, salvo en el primer cuarto, fue la mayor parte de un incómodo partido por delante, estaba aprendiendo a ganar a la vez que sufría. Sus triunfos hasta la fecha, incluida pretemporada, previa de Champions League y primera jornada, habían sido ejecutados con la placidez de quien impone su ley. Hoy no siempre fue así, pues más de una vez tuvo que tirarse de los pelos Sito Alonso de ver al rival logrando tiros a los pocos segundos de posesión, algo de lo que advirtió en el prepartido, así como de lamentar en la primera parte los numerosos fallos en el triple, uno detrás de otro hasta que, a la decimosexta, llegó la vencida.

Y como si de una carrera de relevos se tratara, el testigo fue pasando de unas manos a otras en una exhibición de profundidad. Ese ‘5’ camuflado que es Cacok fue el primero en cambiar la cara al UCAM en el partido. Ennis, el primero en poner tierra de por medio. Forrest, el que con sus triples volvió a despegar al UCAM. Nakic y Raieste, los que olían la sangre quisieron abrir brecha. DeJulius, quien aprovechó el momento para sumarse a la fiesta en un bonito duelo con Vildoza. Y el capitán Radebaugh, a quien el acierto premió al final su partido de sacrificio. Todos los jugadores del UCAM en saltar a pista anotaron canasta, incluido un Hicks de estreno, y en los más de 100 créditos de valoración ninguno llegó a 20.

Paciente y hambriento

Un triunfo que da la fuerza del bloque, que no cayó en la ansiedad del mal comienzo. Hasta 6:23 tardó el UCAM en meter su primera canasta en juego, cuando el marcador ya señalaba un 10-2, y después de un tiempo muerto en que Sito cambió a todo su quinteto salvo Cacok, que acababa de entrar. El típico mensaje de un entrenador a sus jugadores, que lo pillaban. Con la garra de Radebaugh en un quinteto más obrero, el artista Forrest encontraba mejores tiros después de su equipo ya generar algo más. Tanto, que el parcial era de 4-18 sin canastas en juego ahora del Girona (14-20, minuto 14).

Los gerundenses volverían a hacer daño donde más cómodos se sentían, en los primeros segundos de ataque con la defensa aún por colocar, incluso después de canasta, pero el despertar anotador de Ennis, con siete puntos seguidos, calmaría una primera parte que iba a terminar con mejores sensaciones locales hasta que Sant-Roos, después de una gran defensa de Radebaugh, anotaba un triple desde la media pista sobre la bocina del descanso (30-36).

Muchas interrupciones

Un UCAM ya más cómodo tocaría su máxima ventaja hasta el momento con cuatro puntos seguidos de Ennis desde el tiro libre, por una técnica y una falta sobre un triple (38-46, minuto 25). Pero correr costaba cada vez más. Con los dos equipos cargados de faltas, el tercer cuarto registró hasta 21 tiros libres, de donde venían cinco de los siete puntos de un parcial local de 7-0, con Needham ganándole el duelo a Forrest, que volvía algo frío (47-48, minuto 27). Dos zarpazos desde el triple en el último minuto, uno de un Hicks que se estrenaba y otro de Forrest, liberaban al UCAM de sus cadenas (52-59, final del tercer cuarto).

Recuperando color el partido, el UCAM volvió a sentirse más cómodo en un juego de velocidad que tanto abría el campo para disfrute de Forrest, mejor director cuando le acompaña el acierto, y Moncho Fernández lo paraba a la primera diferencia de dos dígitos (58-68, minuto 33). Pero a quien mejor le sentó el tiempo muerto fue al UCAM. Nakic firmó una jugada al contraataque de puro talento, pasándose el balón por la espalda antes de una bandeja, y un triple de Raieste en el siguiente ataque empezaban a teñir la victoria del vainilla de la equipación de hoy (58-73, minuto 34).

Volvería a embarrarse el partido en esa última acción, pues Busquets quiso superar el bloqueo indirecto de Cacok que liberaba a Raieste con un codo al mentón que era reprochado al estadounidense y, en una refriega con varios involucrados, el saldo de técnicas y antideportivas daba un tiro libre al UCAM. Con el Girona frustrado, DeJulius entraría en juego, y un triple y una bandeja hacían que un partido más o menos igualado se rompiera (60-79, minuto 35). Con la confianza por las nubes, los de Sito Alonso incrementaron su ventaja hasta dos últimos minutos de relajación generalizada que no empañan un triunfo de quilates para el líder de la Liga Endesa.