Es así. El arte navega por la sangre de Ricardo Darín (Buenos Aires, Argentina, 1957). Sangre antigua, además. Porque sus padres eran actores: Roxana Darín (antes Renée Roxana) y Ricardo Andrés Darín («un tipo con una cabeza increíble; para mí era como un oráculo»); su hijo, Chino Darín; también su hermana Alejandra [fallecida en enero de este 2025] y sus sobrinos, Antonia y Fausto Bengoechea). «Mi hermana [cuenta al teléfono Ricardo Darín (‘Nueve reinas’, ‘El hijo de la novia’, ‘Relatos salvajes’, ‘Truman’, ‘El Eternauta’), poco antes de llegar por vez primera a Murcia para representar durante cinco días, del 22 al 26 de octubre, en el Teatro Romea ‘Escenas de la vida conyugal’ dentro de la Semana Grande de la Fundación Cajamurcia] era una gran actriz, muy dedicada al teatro; una persona comprometida con el aspecto gremial, fue presidenta de la Asociación Argentina de Actores y Actrices una década o más». Una auténtica saga de intérpretes. «Digamos que somos como una familia de circo, y de muchas generaciones atrás porque mi abuelo era empresario del Teatro Marconi de Buenos Aires».
Todo es una línea punteada de acontecimientos, «y de aparición de seres humanos que siguen la tradición, si se puede llamar de esa forma». Y todo apunta que va a continuar. Chino [pareja de la actriz y cantante Úrsula Corberó] le hará abuelo en poco tiempo. Para sus sobrinos Fausto y Antonia solo encuentra elogios y ánimos para continuar en el mitificado camino de la interpretación.
Ricardo acaba de rodar una película, pendiente de estreno, con su sobrina, Antonia Bengoechea; ella hace de su hija en la ficción: «¡Fausto y Antonia son actores formidables!», insiste. Antonia actuó también en ‘Argentina, 1985’ (Santiago Mitre, 2022), filme que estuvo nominado al Óscar y ganó el Globo de Oro, el Bafta y el Goya a la Mejor Película Iberoamericana, y en la que Darín encarnó el personaje de Julio César Strassera. Aquel filme nos lleva a la década de 1980: un grupo de abogados investiga y lleva a juicio a los responsables de la dictadura cívico-militar argentina. Integrantes de tres de las cuatro Juntas Militares que gobernaron Argentina durante la dictadura militar fueron condenados. Un tiempo de oscuridades que vuelve a cada poco a arrebatar al olvido los nombres de tantos desaparecidos.
«Siempre encontré colegas que se la jugaron por mí»
«He sido muy afortunado»
En cualquier vida encontramos luces y sombras, y momentos amargos, pero Ricardo Darín, «el mejor actor latinoamericano y uno de los mejores del mundo» para Leila Guerriero, reconoce a LA VERDAD que ha tenido «muy pocas infelicidades en escena»: «He sido muy afortunado. Muy afortunado. No sé si hay alguien más afortunado que yo. Porque yo siempre encontré seres, colegas que se la jugaron por mí, que creyeron en mí, aún en situaciones donde podían haber elegido otros caminos. Sin embargo, me eligieron a mí, me dieron esa oportunidad, y yo creo haberles respondido a todos y cada uno en su momento. Por supuesto que alguno se habrá sentido decepcionado, porque es muy difícil no fallar».
A veces, insiste, fallamos. «Sí, fallamos porque eso forma parte de la condición humana. Las cosas nos salen bien, a veces nos salen mal. Lo importante es la actitud con la que nos enfrentamos a ellas, yo trato de hacer las cosas bien siempre, pero algunas veces no han salido».
Arriba: Ricardo Darín y Andrea Pietra, bajo la dirección de Norma Aleandro, vuelven a España con esta obra maestra de Ingmar Bergman basada en la película del genial director sueco. Abajo: Darín en San Sebastián y en ‘El Eternauta’ (serie de televisión para Netflix creada y dirigida por Bruno Stagnaro, 2025).
Estudio2



Miniserie de Ingmar Bergman
Bajo la dirección de la carismática Norma Aleandro encontramos juntos en esta comedia dramática a Ricardo Darín y Andrea Pietra. Ingmar Bergman concibió esta historia [también traducida como ‘Secretos de un matrimonio’; su título original es ‘Scener ur ett äktenskap’] en 1973 como una miniserie para la televisión sueca. Liv Ullman y Erland Josephson fueron los protagonistas.
La propia Norma Aleandro, primera dama de la escena argentina, hizo de Mariana con Alfredo Alcón en el papel de Juan en 1992. Esta producción de DG Entertainment SA, en colaboración con Teatriming SRL, es una versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino, y tiene una duración de 105 minutos.
Un duelo actoral de primera magnitud. «Es un placer trabajar cada noche con Andrea Pietra, una mujer extraordinaria, con una energía, una inteligencia y un positivismo admirables. Además, como actriz le otorga a sus personajes tanta humanidad…».
«Soy el ‘partenaire’ de Andrea Pietra, una mujer extraordinaria, con una admirable inteligencia, energía y positivismo»
La verdad de Andrea Pietra
Recuerda cuando empezaron a trabajar juntos «en esta pieza teatral de dos personajes», hace ya varios años: «La aparición de ella sobre el escenario modificó todo. Hasta el punto que uno necesariamente tiene que reubicarse, acomodarse, en este nuevo choque de energías. Ella le otorgó tanta humanidad que creo que modificó la representación para bien. La matizó con unos detalles tan sutiles y tan reales, tan verosímiles, que esto no solo lo noto yo sino todos los que conocemos la pieza de hace tanto tiempo. Y eso lo valoramos mucho».
Según Ricardo Darín, Andrea Pietra es «una actriz muy, entre comillas, real. Es decir, muy poco ficticia, porque otorga, como digo, una humanidad que es admirable». Ella logra momentos dramáticos y también los humorísticos, con muchísima profundidad, valora el actor bonaerense: «Estoy muy feliz de ser su partenaire y poder compartir con ella este viaje maravilloso que es poder hacer giras, y conocer distintos lugares, y enfrentarnos a nuevas audiencias».
Llegar a Murcia dentro de la gira de ‘Escenas de la vida conyugal’ le permite «aprender todo el tiempo, es un viaje muy intenso y enriquecedor, y es una suerte poder vivir todo esto al lado de Andrea».
Darín tuvo la oportunidad de hacer esta misma pieza con otras dos actrices, «que quedaron en el camino, y luego ya, desde hace mucho tiempo, apareció Andrea Pietra y resignificó toda la obra».
Para su gusto, la tarea más delicada es «intentar lograr que lo que ocurre sobre el escenario parezca inédito, que no haya ocurrido nunca antes, y que parezca que los personajes están viviendo, y pensando y diciendo eso por primera vez»
Todo lo que arrastramos
Noche a noche, los actores se enfrentan a la misma dificultad en escena. ¿Aciertan los espectadores a identificar el punto exacto de ese atolladero? ¿Qué hace que una obra no sea para nada fácil de interpretar el tiempo que dura? «El teatro -cavila Darín- es complejo. Es una actividad muy delicada. Contrariamente a lo que muchos puedan suponer no hay repetición. Porque todas las funciones son distintas entre sí, porque las audiencias son distintas entre sí, y porque cada función es un nuevo desafío». No olvidemos que detrás de la máscara hay corazones que sienten, almas heridas y/o contentas. «Los actores subimos a escena con lo que somos. Con lo que nos pasa, con lo que traemos de arrastre en nuestras vidas… Es muy difícil escindirse de eso, pero esa es la tarea».
Para su gusto, lo más delicado es «intentar lograr que eso que ocurre sobre el escenario parezca inédito, esto es, que no haya ocurrido nunca antes y que parezca que los personajes están viviendo, y pensando y diciendo eso por primera vez». Ese desafío de otorgarle a la representación la frescura que necesita para hacernos creer que este encuentro entre esas personas convertidas en personajes se produce por primera vez es para Darín «la parte más difícil»: «Pero con el correr de las funciones y la dinámica del trabajo uno encuentra caminos para apoyarse en diferentes zonas, que pueden parecer repetitivas, pero que, en realidad, no son más que mojones sobre los que uno pasa, los atraviesa para poder llegar a esas zonas donde hay una ligera libertad de otorgarle verosimilitud, frescura y esa sensación de que sea inédito».
‘Escenas de la vida conyugal’ es una obra que, en realidad, se compone de siete escenas a lo largo de 25 años. Los espectadores atraviesan la relación de Juan y Mariana, casi desde el principio, pues comienza cuando esta relación lleva así como diez años y llega hasta el final, después de 25 años. Este es el ejercicio teatral que tienen entre manos Ricardo Darín y Andrea Pietra, pero para todos los que hayan tenido suerte de adquirir la entrada -pues están agotadas para todas las representaciones en Murcia-, anticipa Darín, será un gran gozo.
Arriba: Retrato de Ricardo Darín. Abajo: El actor junto a su hijo Chino Darín y caracterizado como Strassera en ‘Argentina’.
Rober Solsona / Ep



Encontrarán a dos actores curtidos intentando que todo lo que ha sucedido en años de representaciones sea «inédito», insiste Darín, fresco y natural. «En un set de rodaje la metodología es totalmente distinta, pues se repite tantas veces como sea necesario, se busca de la mano de la dirección y de la producción lo más funcional, lo que más conviene y hace a la historia. En el cine todo está rodeado de técnica, intervienen muchos aspectos, y no es solo un trabajo individual, sino de equipo». Sobre el escenario, considera el intérprete, «toda la responsabilidad es nuestra: cuando se abre el telón no hay nadie más que nosotros, y eso marca una gran diferencia entre las formas audiovisuales y la escena».
Sobre Darín, protagonista de ‘El secreto de sus ojos’ (Juan José Campanella, 2009), segunda película de Argentina que ganó el Oscar a Mejor Película Internacional, se ha escrito mucho. Recuerda especialmente el perfil que publicó en ‘El País Semanal’ uno de los referentes del periodismo narrativo, su compatriota Leila Guerriero, titulado ‘La metamorfosis de Ricardo Darín’: «Ha sido muy generosa conmigo. Es una mujer a la que admiro, no solo como mujer sino como escritora a lo largo del tiempo. He tenido la oportunidad de tener una relación con ella a través del tiempo, y además de sentido del humor tiene profundidad».
Es para él importante estar informado, y es consciente de lo difícil que resulta en el marasmo de las redes sociales e internet, donde circula tanta ‘fake news’, y de las corporaciones informativas supeditadas a cosas «que tienen más que ver con el poder». En este contexto reconoce que «a uno le cuesta mucho tener un criterio libre de pensamiento para tratar de detectar lo que es cierto de lo que no». «Los ciudadanos de a pie estamos un poco estupefactos ante la comprobación de que muchas veces nos cuentan cosas que no son ciertas. Lo difícil es ser ecuánimes y tratar de descubrir dónde está la verdad», afina.
De María Guerrero a Lorca
En el Teatro Romea de Murcia sucedieron cosas extraordinarias. Aquí estrenaron obras dos premios Nobel: José Echegaray y Jacinto Benavente. María Guerrero y el murciano Fernando Díaz de Mendoza, que fundaron el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires, regalaron a Murcia un telón de boca que aún hoy admira el público. Y aquí aplaudieron Miguel Hernández y Ramón Sijé a Federico García Lorca y La Barraca a primeros de enero de 1933. Darín llega a Murcia sabiendo todo esto. Es un descreído: «Yo no creo mucho en las casualidades, pero por algo será. Seguramente sea un ámbito muy propicio para que podamos hacer nuestras funciones».
No esperen ver a Darín como un turista más. «Lo bueno de hacer una gira es descubrir cada ciudad a donde vamos, sus edificios, sus teatros, sus paisajes, y lo más interesante para mi gusto es la gente, encontrarme con públicos nuevos, con su idiosincrasia y su forma de recibir nuestra historia. Esta es la parte más inquietante para nosotros, y es lo que nos da ese vértigo que siempre tiene el teatro».
Pero se reconoce como «bastante poco turista, pues tengo mis conflictos con lo que es el turismo en general. Cuando trabajamos no hacemos turismo, estamos supeditados a lo que exige la profesión. Tenemos que estar preparados para tener nuestra mayor descarga de energía a una hora en que normalmente los seres humanos empiezan a declinar esa energía, que es a la noche. Eso trastoca nuestros planes: no nos levantamos tan temprano, porque nos acostamos tarde. Cenamos en los lugares que tienen la amabilidad y la generosidad de esperarnos, porque la función acaba un poco tarde y no siempre uno encuentra cocinas abiertas… ¡Hay que adaptarse a las circunstancias!».
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Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : Ricardo Darín: «No sé si hay alguien más afortunado que yo»