«No es algo machista. Simplemente lo he hecho porque no sé. Siempre he tenido ganas de matar a alguien». Han pasado más de tres años desde aquella tarde del martes 8 de febrero de 2022 cuando, encaramado en la azotea de su casa, en Totana, Johan S. se grababa con su teléfono móvil mientras confesaba haber matado a cuchilladas, poco antes, a su exnovia, Claudia, de solo 17 años. «Esto», llegó a asumir en las imágenes, «lo tenía en mente desde hace tiempo».
En los nueve vídeos que Johan grabó en la terraza de su edificio aquella fatídica tarde trataba de razonar una atrocidad irrazonable: las hasta 79 puñaladas con las que acabó con la vida de la adolescente de sonrisa eterna, con la que compartía patio en el totanero instituto Juan de la Cierva. Este crimen machista, que sacudió a la Región por su brutalidad y la corta edad de sus protagonistas, llegará el próximo jueves a la Audiencia Provincial en una vista por jurado popular que, por el momento, arranca sin visos de acuerdo.
Heridas plasmadas
en el informe de autopsia
Zona frontal
Región facial izquierda
Región facial derecha
Región
cervical anterior
Pecho
izquierdo
Brazo derecho
Muñeca izquierda
Mano derecha
Mano izquierda
Zona posterior
Región lumbar
y glúteos
Heridas plasmadas en el informe de autopsia
Zona frontal
Región facial izquierda
Región facial derecha
Región
cervical anterior
Pecho
izquierdo
Brazo derecho
Mano derecha
Muñeca izquierda
Mano izquierda
Zona posterior
Región lumbar
y glúteos
Heridas plasmadas en el informe de autopsia
Zona frontal
Zona posterior
Región facial izquierda
Región facial derecha
Región cervical anterior
Brazo derecho
Pecho izquierdo
Región lumbar
y glúteos
Muñeca izquierda
Mano derecha
Mano izquierda
La Fiscalía reclama hasta 25 años de cárcel para este joven anodino –que contaba en ese momento con 19 años– al considerarlo autor de un asesinato consumado, perpetrado con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de parentesco y por razón de género. El Ministerio Público coincide en su petición de pena con el abogado Raúl Pardo-Geijo, que representa a los padres y hermanos de la víctima como acusación particular. En su escrito esta parte remarca «la voluntad de dominación machista que presidió el ánimo del crimen» y el «carácter celoso, vindicativo y controlador» del acusado. La defensa, que ejerce el letrado José María Caballero desde hace unas semanas, niega las acusaciones.
«Siempre he tenido ganas de matar a alguien», llegó a confesar el joven en unos vídeos grabados con su móvil tras el asesinato
La vista arrancará el próximo jueves con la selección de los nueve hombres y mujeres -y dos suplentes- que decidirán sobre el futuro del joven. El viernes previsiblemente llegará el momento de escuchar a Johan S., salvo que este decida, como viene siendo habitual últimamente, acogerse a su derecho a declarar al final del juicio. Durante las tres sesiones posteriores, los miembros del jurado popular escucharán a más de una treintena de testigos y peritos, entre los que figuran familiares y amigos de la víctima, agentes de la Policía Local de Totana, investigadores de la Guardia Civil y especialistas del servicio de Criminalística, entre otros. El tribunal, que estará presidido por el conocido magistrado Juan del Olmo -instructor del sumario del 11M-, tiene previsto que el 24 de noviembre el jurado pueda ya retirarse a deliberar en busca de un veredicto que podría conllevar el encierro durante años del joven.
«Un plan preconcebido»
El fiscal explica que aquel 8 de febrero de 2022 Johan S. comenzó a hablar con su exnovia Claudia por Whatsapp «en ejecución de un plan preconcebido». Su intención, remarca, era convencerla para que acudiese a su casa «con el pretexto de devolverse mutuamente las cosas que ambos tenían del otro, una vez que habían finalizado su relación.
En este punto el Ministerio Público explica que ambos habían sido novios desde noviembre de 2020 hasta diciembre de 2021. En ese periodo las rupturas eran continuas debido a la «constante actitud de control» sobre ella que mantenía el acusado que, «siéndole infiel repetidamente, le imponía cómo vestirse, con qué amigos podía verse, llegando a avasallar a estos para que intercedieran por él en su relación cuando rompían y publicando en redes sociales imágenes de ellos juntos o de sitios especiales con el propósito de originar un sentimiento de culpa en la menor que la coaccionara para volver a estar juntos».
Aproximadamente dos semanas antes del crimen los dos adolescentes habían vuelto a estar juntos, pero el domingo 6 de febrero de 2022 por la tarde la menor decidió romper definitivamente con él. Claudia le confesó que había conocido a otro chico y que ya no quería seguir con él. A partir de ese momento, sostiene el fiscal, Johan tomó conciencia de que la menor ya no iba a volver nunca más con él e ideó un plan para acabar con su vida.
Encerrona en el trastero
Esta parte remarca que «el acusado eligió el lugar donde iba a cometer el ataque (trastero), seleccionó la hora (sobre las 16 horas) y preparó el cuchillo con el que perpetrar la agresión, escogiendo uno al que tenía especial aprecio por tratarse de un regalo procedente de una relación anterior que presentaba forma de pluma estilográfica». Tras atraerla hasta su casa la convenció para bajar al trastero del garaje para buscar sus cosas. El fiscal hace hincapié en que el joven buscaba así «llevarla a un sitio apartado, pequeño y sin afluencia de personas respecto a las que pudiera solicitar ayuda, asegurándose con ello la imposibilidad de defensa de la víctima».
Vista del trastero donde apareció el cadáver de la víctima. A la derecha Claudia
Marcial Guillén/EFE
Una vez allí, le propinó presuntamente hasta 79 puñaladas en diversas zonas de la espalda, del cuello, los brazos, el abdomen, los glúteos y la cara. El Ministerio Público subraya que incrementó «el sufrimiento de la menor causándole padecimientos innecesarios para conseguir su objetivo». Incide en que la víctima «viéndose atrapada en un cuarto pequeño, a solas con el acusado que le clavaba el cuchillo repetidamente y sin interrupción, se esforzaba por apartarle para escapar del lugar, llegando, incluso, a forcejear con el cuchillo en un intento desesperado por huir». Claudia falleció poco después.

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Enlace de origen : El crimen de Claudia en Totana, a juicio: la brutalidad de la violencia machista en la adolescencia