Alejandro Campillo: «Aspiro a estar más tiempo feliz y divertido que triste y enfadado; el punk es una actitud»

Alejandro Campillo: «Aspiro a estar más tiempo feliz y divertido que triste y enfadado; el punk es una actitud»

Domingo, 9 de noviembre 2025, 08:08

Corría el final de la década de los 80 y los albores de los 90 cuando una pandilla de buenos bandarras -repetidores de curso en el instituto Infante Don Juan Manuel- se metieron en el enésimo lío de adolescentes. Pero este fue uno de esos líos, sin damnificados de por medio, que acabó dejando huella en la cultura musical y hasta en la sociedad murciana. Quién se lo iba a decir a ellos, que no sabían diferenciar «un bajo de una guitarra» cuando decidieron montar un grupo de música que además llevaría por nombre la traducción al castellano de ‘Poltergeist’, una de las películas de terror más icónicas de todos los tiempos. Terror del bueno.

Y así nació Fenómenos Extraños, que ahora conmemora tres décadas del lanzamiento de su mítico álbum ‘Cansados de bailar bakalao’ (1995, producido por Ricardo Ruipérez) con un concierto que promete hacer mucho ruido, y que se celebrará el próximo 14 de noviembre en la Sala Mamba de Murcia (21 horas). La cita obliga a engrasar la maquinaria con buenas dosis de ensayos. Hace falta rodaje porque todas las actuaciones en estos últimos años han sido «en mi casa y el bar de un amigo», confiesa Campillo, (Murcia, 1972), vocalista y líder de la banda, que siente «cierto vértigo» por el concierto y, después de 30 años, es el «último mohicano de la formación original», según sus propias palabras. Es vacuna y también remedio contra el mal rollo imperante Alejandro Campillo, cuyo humor definió Jam Albarracín «a medio camino entre el costumbrismo huertano y el dadaísmo suizo».

«La huerta es algo muy romántico, pero es difícil que perviva porque es una vida muy dura»

-¿Coincide?

-Sí, puede ser.

-Pero, ¿qué tiene usted de dadaísta suizo?

-Bueno, le diría que yo estoy muy influenciado por la literatura austrohúngara, que leo en versión original. Y de ahí y dadaísmo suizo hay un paso.

En tragos cortos:

  • -Un sitio para tomar algo.
    -La terraza de Quitapesares, después de la romería de la Fuensanta.

  • -Una canción.
    -‘Nada’ de Isabel Pantoja.

  • -Un libro para el verano.
    -‘Las trece rosas’, de Carlos Fonseca.

  • -¿Qué consejo daría?
    -No me gusta dar consejos ni que me los den sin pedirlos. Pero, si me lo pide, cuida lo que quieres tener en tu vida porque sale carísimo perder lo que no tiene precio.

  • -Un aroma.
    -El del incienso un Domingo de Ramos en las calles de Murcia.

  • -¿Con quién no cenaría jamás?
    -Con el Grinch.

  • -¿Quién dejó de caerle mal?
    -Jim Carrey, cuando crecí y descubrí que no era el Grinch, que solo era un actor.

  • -¿Le gustaría ser invisible?
    -Como artista, jamás. Prefiero el teletransporte.

  • -¿Qué le gustaría ser de mayor?
    -Una jubilada en Benidorm.

  • -¿Tiene enemigos?
    -Ni lo sé ni me importa.

  • -¿Lo que más detesta?
    -El fascismo.

  • -¿Un baño ideal?
    -En el Balneario de Archena.

-¿Qué más lee?

-No es que lea mucho, de novela, quiero decir. Sí que leo muchos ensayos y tal, pero son cosas muy sesudas que tampoco es plan de ponerlas aquí. Me gusta mucho Nick Hornby, por ejemplo, que es un autor del que casi me he leído todo. Ha sido un autor fetiche para mí. Tiene el rock and roll y el fútbol, que son dos de mis pasiones mías y eso nos une, y me gusta cómo escribe. Pero ahora mismo no estoy con ningún libro tipo novela, no tengo tiempo.

-¿Y eso?

-Porque ahora estoy estudiando Ciencias Políticas por la UNED y estoy con ensayos de política y tal. Y son tochos, ¿eh? Pero bueno, a mí es que eso me gusta.

-¿Y cómo le ha dado por estudiar ahora Ciencias Políticas?

-Joder, porque la vida del artista ya sabe usted que es una vida superatractiva, bohemia, te dedicas a follar, mucho dinero, todo fácil, ¿no? Pero una vez superado ese umbral, digo: ¿cuál es la otra vida más guay? Pues la de político, copón. Creo que ahí hay un patrón claro.

-Y si fuera un político con responsabilidades, presidente del Gobierno, por ejemplo, ¿cuál sería su primera medida?

-Los zaragüeles, vestimenta oficial. Y el panocho, lengua oficial también.

-¿En toda España?

-No, no, ¡en la Unión Europea! Hay que hacer la competencia a la ropa esta de China. Hay que imponerse.

-Estaría la cosa complicada para hacer la competencia a China, ¿no? Hay muchos chinos.

-Sí, también cantamos sobre esto. En el primer disco tenemos una canción [‘Una de chinos’] que decía: «Son cualificados en el arte marcial, los chinos nos invaden en la Guerra Mundial». Es una cuestión de números, de datos. Son un montón, los tíos, y no paran de follar. Como dice la canción: «No conocen el preservativo y hay muchos chinos en activo».


Formación original del grupo en una actuación en el salón de actos del instituto Infante Don Juan Manuel a principios de los 90. De izquierda a derecha, Daniel Ortiz, José Francisco Campillo, Alejandro Campillo, Antonio Martínez y Pedro de Pedro.


Sergio González

-El tema más conocido de Fenómenos Extraños es ‘Mi güertica murciana’. ¿Cómo ha visto la evolución de su huerta murciana en estos 30 años?

-Realmente yo no he sido nunca huertano. Quiero decir, yo he vivido siempre en la ciudad, pero la huerta es algo que sí he conocido, porque mi mujer y su familia sí que son huertanos auténticos, de Cabezo de Torres. Un mundo que está en desaparición porque era un mundo duro. Hoy queremos la PlayStation 5, el iPhone… Nos molesta que nos pongan un carril bici porque queremos ir en nuestro cochecito. La huerta es algo muy romántico, pero es difícil que perviva porque es una vida muy dura. Pero bueno, eso no quiere decir que la olvidemos. Al final es nuestro origen, y sobre la huerta se cimentó esta ciudad. Es una piedra filosofal sin la que no se entiende nuestra vida en esta ciudad. No somos Silicon Valley. Yo me siento muy orgulloso de la huerta, y creo que es importante saber de dónde venimos para poder entendernos.

-¿En el concierto del próximo día 22 volverá a lucir camiseta del Real Murcia?

-Segurísimo. Yo voy al fútbol desde los cuatro años. Para mí el Real Murcia es algo muy emocional, es una seña identitaria para mí. No se trata de un equipo de fútbol, no es por ver a un equipo de fútbol, es por ver al Real Murcia. Luego me encanta el fútbol, ¿eh? Soy un flipado del fútbol, y soy entrenador, y me saqué mi titulito, ojo conmigo.

-¿Sufre?

-Siempre me han dicho, joder, qué manera de sufrir. Pero yo le doy la vuelta. Yo no soy sadomasoquista. Yo soy un jugón y me gusta ser feliz. A mí el Murcia me da muchas más alegrías, y alguna tristeza de vez en cuando. Siempre vamos a los grandes logros y parece que si no ganas o si no subes a primera todo es un desastre, pero no es así. Es algo parecido a lo que pasa con Fenómenos Extraños. Nunca hemos sido superventas ni nada, pero me hace muy feliz. Hay que saber disfrutar de las cosas que te hacen feliz. Y, las cosas que no, darles una patada y mandarlas lo más lejos posible.

«Hay que saber disfrutar de las cosas que te hacen feliz y, las que no, darles una patada y mandarlas lo más lejos posible»

«Más nostalgia que ilusión»

-Celebrando el paso del tiempo desde sus inicios, tres décadas del mítico ‘Cansados de bailar bakalao’, ¿se impone la nostalgia?

-La nostalgia es algo que ya empieza a tener peso porque claro, tenemos una edad. Y la barra de la ilusión es cada vez más corta y la de la nostalgia es cada vez más larga, ¿sabe? Ya han pasado 30 años de este disco que se nos han pasado en un suspiro, no nos hemos dado cuenta. Lo que sí queremos celebrar es que seguimos fieles a ese espíritu de hace 30 años.

-¿Qué espíritu es ese?

-Hay muchos músicos que evolucionan, maduran, escuchan muchas más cosas, reciben muchas influencias… Y eso hace que crezcan y desarrollen su idea musical. Pero nosotros, seguramente por las pocas neuronas de las que disponemos en el cerebro, nos hemos quedado estancados en esa idea primitiva de hace 30 años, y lo digo con orgullo. Es el espíritu punk. Yo reivindico el punk como algo que desafía lo establecido. Para mí, el punk es una actitud. Cuando la gente que impone las reglas, que dice lo que tienes que hacer, cada vez se molesta más con lo que tú propones, más punk eres. Mi actitud es totalmente punk, sobre todo asociado a la idea de diversión. No me gusta esa historia de los grupos que quieren trascender en lo metafísico, cambiar la vida de la gente. A mí todo eso me me da miedo. Yo aspiro a que la gente pase un buen rato y se divierta. Ese es un poco el ‘leit motiv’ de mi vida. Yo, en lo personal, aspiro a estar más tiempo feliz y divertido que triste y enfadado, pensando en lo mal que puede ir todo. ‘Mi güertica murciana’ trata un poco de eso. No somos el pueblo elegido pero, cojones, qué divertido es estar aquí, qué bien se vive en Murcia, qué buena gente. No me extraña que haya tanta efervescencia artística en Murcia.

-A usted, que viene de Siniestro Total, de Los Nikis… ¿Qué le gusta ahora?

-Realmente escucho de todo, intento estar un poco al día. La otra noche me fui a ver a La Estrella David. También escucho mucho a Carolina Durante.


‘Cansados de bailar bakalao’, el álbum de Fenómenos Extraños que ahora cumple 30 años.

El colmillo y la oportunidad

-¿Y Fenómenos Extraños? ¿Para cuando un nuevo disco?

-Tenemos pendiente grabar otro disco. Tenemos los temas ya montados pero, como no nos estamos dedicando a esto… Pero sí, tenemos incluso la idea de cómo llamarlo. Si nos lo pasamos bien en este concierto, si arrancamos, sin presión, grabaremos el disco y seguiremos tocando por diversión, porque fue lo que hizo surgir al grupo. Siempre fue por diversión. Mucha gente me ha dicho: ‘Oye, faltó poco para triunfar mucho’. Quizás nos faltó ese colmillo para morder una oportunidad. Pero no me arrepiento, porque tenemos mucha autenticidad, y más aún en estos tiempos de postureo. Y creo la gente agradece echarse a la cara algo auténtico. Lo principal, ya le digo, es pasárnoslo bien, que parece una cosa sencilla pero, joder, la vida te lo pone difícil. No queremos estresarnos con la producción del concierto, Al final son cosas que te esclavizan un poco, que te sacan de la diversión, y nosotros intentamos esquivarlas. Lógicamente hay que trabajar, hay que tomárselo en serio. Pero, si por dar un salto no llego a la frase, me da igual. El salto me divierte.

-Huyendo del ‘mainstream’.

-Exacto. Yo creo que el nombre le viene muy bien. Yo creo que eso aburre. Claro, luego la gente joven no se engancha al rock, y no me sorprende. ¿Sabe lo que le digo? El rock ahora es una cosa… superconservadora, de verdad. Yo tengo un chaval con 17 años y claro, le cuesta. Se va a otros rollos. Y me toca los huevos. Nosotros queremos dar una patada en los testículos a lo políticamente correcto. Es que, de verdad, hemos hecho una involución que me quedo acojonado, y la estamos haciendo nosotros, porque es mi generación la que está haciendo esta involución. Yo me quedo perplejo, cuando hemos sido unos bandarras de jóvenes liándola. Y ahora no puedes hablar de esto, no puedes hablar de lo otro…

-Y aquí ya pasamos de la música a lo social, a la ‘polis’.

-Sí, sí. Hay un mal rollo ahí… La política esta es una puta mierda. Están todo el día con un mal rollo que luego en la calle no es verdad. La gente que vota al PP y al PSOE, y viceversa, se llevan de puta madre en la calle.

«Lo principal es pasárnoslo bien, que parece una cosa sencilla pero, joder, la vida te lo pone difícil»

La intolerancia

-¿Qué no soporta?

-Joder, me pone de muy mala hostia es la intolerancia. La gente que te dice que todo tiene que ser como ellos dicen. Eso lo detesto.

-¿Qué le parece muy urgente?

-Para mí, lo más urgente es volver a pasárselo bien como norma general. ¡Más rock and roll! Y más follar, joder. Pero follar sin pagar, no como [José Luis] Ábalos, sino follar bien, de buen rollo. ¿Me entiende?

-Perfectamente.

-O sea, hacer el amor e irnos hacia lo positivo.

-Hacer el amor y no la guerra.

-Correcto. Un gran lema de los años 60 y los 70 y parece que lo hemos olvidado. Que yo no soy un hippie, ¿eh? Ojo, que yo soy un fan de la película ‘El sargento de hierro’. Precisamente, uno de los personajes de la película es el sueco Johansson, que es como se llama el proyecto que ha montado Pedro de Pedro, que estaba conmigo en el grupo desde el principio. Y ahora no toca porque vive en Málaga. Al estar en Málaga no puede tocar. Pero nosotros no somos los Gallagher, ¿eh? No nos tiramos los trastos a la cabeza, ni nada de eso. En su lugar debutará Pepe Cánovas.

Junto a ellos, Emilio Drummer a la batería y Jesús Martínez Baño a la guitarra, que ya han hecho sus pinitos en alguna ocasión con los ‘nuevos’ Fenómenos Extraños. Y diversión. Siempre, siempre, muchísima diversión.

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