La estrategia del más fuerte con la que saca músculo Donald Trump en las negociaciones funcionó: se trataba de mantener el pulso firme, mientras se … apretaban las tuercas de la clase trabajadora, hasta que unos cuantos demócratas flaqueasen. Con 53 escaños en el Senado, a su partido solo le hacían falta siete demócratas para lograr la mayoría absoluta con que aprobar una ley de continuidad para financiar al gobierno federal hasta los próximos presupuestos. Como el senador republicano Rand Paul se salió del rebaño, el voto del senador independiente Angus King, que habitualmente vota con los demócratas, permitió alcanzar el número mágico.
Con ese resultado al filo de la medianoche del domingo, comenzó este lunes el proceso que permitirá a dos millones de funcionarios federales recuperar la normalidad de sus puestos de trabajo no antes del miércoles, ya que el proceso legislativo aún tenía este lunes varias votaciones pendientes. El giro permitirá desbloquear el cierre de gobierno más largo de la historia -41 días-, pero también amenaza con llevarse por delante al líder del partido demócrata en el Senado, Chuck Schumer, por no haber sido capaz de mantener la unidad de su grupo parlamentario.
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La capitulación del ala que ha hundido los esfuerzos de resistencia ocurre, paradójicamente, cuando los demócratas celebraban el triunfo en una serie de elecciones locales y estatales celebradas el martes. Según el propio Trump, el resultado demostraba que el cierre de gobierno estaba dañando más a los republicanos que a los demócratas. Parecía que eso daría fuerzas a la oposición para resistir, pero ocho de ellos comprendieron que el presidente no claudicaría. «Una semana más o un mes más, no cambiarán las cosas», lamentó la senadora Jeanne Shaheen.
Por el contrario, el mandatario estaba dispuesto a subir la presión, provocando por el camino el colapso de los aeropuertos de cara a las fiestas de Acción de Gracias, que mueven el mayor número de viajeros del año, e impidiendo que los más pobres pudieran permitirse el pavo en la mesa.
Capitulación
La «traición» del Partido Demócrata enturbia sus últimos logros en las elecciones
Impacto
El regreso de los funcionarios al trabajo resolverá el caos aéreo que amenazaba las fiestas
«Este era el único camino», justificó el senador King. El líder de la Cámara Baja defendió a su homólogo en el Senado, porque ahora «la lucha cambia a la Cámara de Representantes», que tiene que refrendar el acuerdo. Nadie cree que, una vez aprobada en el Senado, al Partido Republicano se le escape la victoria en la Cámara Baja, donde el portavoz Mike Johnson tiene buen control de su bloque, pero dado el escaso margen la posibilidad existe.
Johnson siguió la directriz del presidente y dio vacaciones pagadas a todos los diputados el 1 de octubre, como señal de que el partido no cedería ni negociaría con la oposición la extensión de los subsidios médicos que buscaba. Sin ellos, entre 4 y 5 millones de estadounidenses se quedarán sin seguro médico cuando venzan. Junto a la reducción de Medicaid, 15 millones de estadounidenses podrían quedarse sin seguro, según el Center on Budget and Policy Priorities, y el resto verían duplicarse el precio de sus pólizas.
«Esto ha sido una lucha patriótica», defendió el líder de la Cámara Baja. «Los valientes del Senado han votado en contra 14 veces, porque saben lo que ocurrirá». Su promesa es que la Cámara de Representantes no flaqueará. «Vamos a quedarnos en el coliseo y luchar en la arena por el pueblo americano», aseguró.
Una oportunidad
Mientras los demócratas calificaban la claudicación de sus siete correligionarios de «traición», el senador independiente de Maine prefería verlo como «una oportunidad» para seguir negociando con el partido en el poder. Eso es lo único que le ha arrancado, la oportunidad de votar la extensión de los subsidios, sin compromiso alguno de aprobarlos.
Al paso expedito que se llevaban este lunes a cabo en el Senado los protocolos legislativos, el casi un millón y medio de funcionarios que se han quedado en casa en las últimas siete semanas podría volver al trabajo este miércoles. Eso acabaría con el colapso de los aeropuertos por falta de controladores aéreos o la guerra para financiar la asistencia alimenticia de los más desfavorecidos.
Trump no ha tenido nada que objetar a las vacaciones pagadas de los congresistas, pero estalló este lunes en cólera contra los controladores aéreos que tras un mes sin cobrar y sin final a la vista se dieron de de baja para hacer otros trabajos temporales. «NO ESTOY CONTENTO CON VOSOTROS», gritó en Truth Social con abuso de mayúsculas. «Tendréis una marca negativa, al menos en mi mente», dijo al invitarlos a que se vayan «sin paga ni finiquito». Por el contrario, a los leales que han seguido en el puesto les ha ofrecido un bono de 10.000 dólares por persona, «por su distinguido servicio al país».
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Enlace de origen : EE UU se asoma al fin de un cierre del Gobierno federal histórico
