Adiós a los frutos secos blandos y rancios: el secreto para conservarlos como el primer día

Adiós a los frutos secos blandos y rancios: el secreto para conservarlos como el primer día

María Ramírez

Martes, 11 de noviembre 2025, 10:32

Los frutos secos es ese clásico que no puede faltar en cualquier mesa: acompaña a la perfección una cerveza bien fría, un partido o una reunión entre amigos. No solo amenizan los encuentros y matan el hambre, sino que son un alimento con buen aporte nutricional. Son ricos en fibra, proteínas y grasas saludables, a pesar de que suelen preocupar por su alto aporte calórico. La clave está en saber la cantidad exacta de frutos secos que se debe consumir al día.

La lista de sus beneficios es amplia y varía según su tipología. Entre los clásicos se encuentran las nueces, que destacan por ser una potente fuente de hierro, zinc, potasio, selenio, fósforo y magnesio, y las almendras, que contienen calcio y vitamina E. Estos alimentos no deberían faltar en ninguna despensa, ya que son versátiles y fáciles de combinar tanto en platos dulces como salados. Sin embargo, es importante prestar atención a su conservación para que duren más tiempo. Si no se almacenan correctamente, pueden perder su sabor y textura.

La guía para mantenerlos como el primer día

El almacenamiento es clave para alargar su vida útil. Deben mantenerse en un ambiente lo más seco posible y alejados de la humedad, ya que esta favorece que se queden blandos o rancios. También conviene guardarlos dentro de un armario o despensa para que la luz no los alcance. El envase juega un papel crucial: lo ideal es guardarlos en una bolsa con cierre hermético tipo ‘zip’ o en un tarro con tapadera. Un error muy habitual es dejarlos en bolsas cerradas con un simple nudo, ya que el aire puede colarse.

La temperatura también es clave para su conservación. Lo recomendable es mantenerlos a menos de 20 grados, ya que las altas temperaturas pueden acelerar su deterioro, especialmente durante los meses más cálidos. Por ello, hay que buscar una zona fresca y bien ventilada. Un fallo clásico es guardarlos en un armario cercano al horno o la vitrocerámica. Estos sencillos consejos permiten disfrutar de los frutos secos como si estuvieran recién comprados.

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