Jeffrey Epstein no se llevó sus secretos a la tumba, sino que los dejó en custodia. Antes de suicidarse en una celda de Nueva York, … donde se enfrentaba a un proceso penal por abusar y prostituir a cientos de adolescentes, se estaba comunicando con el periodista Michael Wolff, autor de polémicas biografías sin autorizar sobre Rupert Murdoch y Donald Trump.
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El presidente volvió a negar este miércoles su implicación en la trama: «Los demócratas están tratando de sacar a relucir de nuevo el engaño de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del Gobierno y tantos otros temas», afirmó en su red, Truth Social. «Solo un republicano muy malo, o ingenuo, caería en esa trampa. Los demócratas le costaron a nuestro país 1,5 billones de dólares con sus recientes maniobras para cerrar el país de forma despiadada, poniendo a muchos en riesgo, y deben pagar las consecuencias. No se debe desviar la atención hacia Epstein ni hacia ningún otro asunto», agregó.
Pero el asunto sigue abierto. «Por supuesto que sabía lo de las chicas», le escribió Epstein a Wolff desde su celda. Ese correo electrónico y otros dos más fueron dados a conocer a primera hora de este miércoles por los demócratas del Congreso. En respuesta, sus colegas republicanos del Comité de Supervisión de la Cámara Baja decidieron hacer saltar todo por los aires al liberar la colección completa de 20.000 páginas recibidas de los herederos de Epstein.
«Los demócratas se quejan de que hay que ‘publicar los archivos’, pero cuando los tienen, solo seleccionan lo que les conviene para generar contenido sensacionalista», dijo el comité en su cuenta de X. «Os merecéis toda la verdad».
Demócratas, republicanos, empresarios, monarcas, banqueros y, en general, hombres influyentes de todo tipo, estaban en el ámbito de influencia del poderoso inversor neoyorquino, quien se construyó una esfera de lealtades con fiestas de lujo y viajes privados a su isla caribeña de Little Saint James, a donde les acompañaban las adolescentes que había convertido en prostitutas de lujo. Su socia, Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años de prisión, era quien captaba a las chicas para que le dieran ‘masajes’, hasta que, poco a poco, acababan satisfaciendo sus perversiones sexuales a cambio de ofertas económicas que no podían rehusar.
Una imagen de Trump y Epstein proyectada el pasado septiembre por activistas en una de las torrres del castillo de Windsor.
Reuters
Trump no solo lo sabía, sino que pasó «horas» con una de esas chicas en la vivienda de Epstein y llegó a decirle a Maxwell «que parase», contó Epstein al escritor por email. El nombre de la chica en cuestión ha sido borrado para proteger su identidad. Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, se trataba de Virginia Giuffre. Una víctima muy conveniente, porque presuntamente se suicidó en abril a los 41 años, aunque su padre cree que «alguien llegó a ella».
Además, la joven que denunció al príncipe Andrés de Inglaterra había exonerado a Trump, que «no podía ser más amable», dijo de él en 2016 durante el juicio por daños civiles, cuando Trump ganó por primera vez las elecciones. «He escuchado que estuvo en la casa, pero yo no lo vi nunca, ni creo que participase en nada», declaró entonces, como recordó este miércoles la Casa Blanca.
Aún no era candidato
En el mundo de Epstein, guardar silencio sobre los trapos sucios de alguien influyente era un tesoro. Cuando Wolff le dijo que podían preguntarle a Trump por su amistad con él, Epstein le recomendó silencio. «Deja que se cuelgue él solo. Si dice que no ha estado nunca en la casa o que no ha montado en el avión, eso te dará una valiosa moneda política», le aconsejó.
La Casa Blanca identifica a la joven que menciona el pederasta como Virginia Giuffre, que se suicidó en abril
Epstein también asesoraba desde la cárcel a su leal compañera, que igualmente ha mantenido silencio sobre la posible complicidad de Trump con el financiero y piensa pedirle que conmute su pena, ha dicho su abogado esta semana. «Quiero que te des cuenta de que el único perro que aún no ha ladrado es Trump», le avisó Epstein en 2011, cuando ya había sido imputado en Miami por sus relaciones con menores. Faltaban todavía cuatro años para que Trump anunciase su candidatura presidencial y, a medida que se acercaba al poder, ese secreto se hacía más valioso. «No lo ha mencionado ni una sola vez», dijo el financiero a su socia, en referencia al encuentro de «horas» con la chica que la Casa Blanca identifica como Virginia Giuffre.
En palabras del propio Trump, ambos compartían «el gusto por las mujeres hermosas, muchas de ellas del lado más joven», dijo a la revista ‘New York Magazine’ en 2002, cuando todavía eran amigos. La relación se rompió en 2004, poco antes de que la justicia le diera caza. El presidente dice que después de 15 años de amistad se dio cuenta de que era «raro» y le expulsó de su club de Mar-a-Lago, aunque Epstein lo niega en los emails publicados. «Nunca fui miembro. Nunca», le aseguró a Wolff en 2019.
Los seguidores de Trump, adeptos a las teorías de la conspiración de QAnon, siempre han pensado que el financiero fue asesinado en la cárcel por uno de esos poderosos a los que hubiera implicado durante el juicio, convencidos de que los más afectados serían los demócratas de los gobiernos de Bill Clinton. Uno de ellos, el que fuera su secretario del Tesoro, Larry Summers, se carteaba con Epstein en 2018, cuando era presidente de la Universidad de Harvard. Hablaban de Trump, a quien Epstein calificaba desde la cárcel de ser «un loco», casi «al borde de la demencia». El nerviosismo del presidente se vuelve patente siempre que el caso le roza y estos nuevos correos apuntan a que cada vez le toca más de cerca.
La revelación de estos correos coincidió con la toma de posesión de la congresista demócrata por Arizona Adelita Grijalva, elegida el pasado mes de septiembre en sustitución de su padre fallecido y que hasta ahora no había podido acceder al cargo por la suspensión de actividades de la Cámara Baja. Su primera acción fue firmar la petición para obligar al Departamento de Justicia a publicar todos los archivos del caso Jeffrey Epstein, con lo que ya hay mayoría para forzar la votación. Unas horas después, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, anunciaba que no demorará el trámite, según informó la CNN, y que la votación se llevará a cabo la próxima semana, antes de lo previsto.
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Algunos de los correos electrónicos de Epstein que apuntan a Trump
Abril de 2011
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Jeffrey Epstein a su pareja, Ghislaine Maxwell: «Quiero que te des cuenta de que el perro que no ha ladrado es Trump. (La víctima) pasó horas en mi casa con él, no lo ha mencionado ni una sola vez».
Diciembre de 2015
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El periodista Michael Wolff a Epstein: «Si dice que no estuvo ni en el avión ni en la casa, eso te dará una valiosa ventaja. Puedes perjudicarlo o, si realmente parece que podría ganar, puedes salvarlo generando una deuda».
Enero de 2019

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Enlace de origen : Epstein incriminó a Trump antes de morir al asegurar que pasó «horas» con una víctima