¿Quién fue realmente Miguel de Cervantes? ¿Cómo vivió su vida y lo que la vida conlleva -amor, engaños, sexualidad, depresión, desilusión- en la época … en la que le tocó vivir? ¿Mantuvo de verdad el autor del Quijote una relación homoerótica con Hazán Bajá cuando estuvo preso durante cinco años en Argel entre 1575 y 1580, después de haber luchado en la famosa batalla de Lepanto contra los turcos?
Estas son solo algunas de las preguntas que se plantea con un alto sentido del ritmo narrativo y un estilo no exento de humor cervantino uno de los más ilustres cervantistas actuales, José Manuel Lucía Megías, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y ya autor de una biografía sobre Cervantes en tres volúmenes (‘La juventud de Cervantes. Una vida en construcción’, de 2016; ‘La madurez de Cervantes. Una vida en la corte’, de 2017; ‘La plenitud de Cervantes. Una vida de papel’, de 2019, todas publicadas por la editorial Edaf).
Lucía Megías vuelve a uno de sus sujetos favoritos de investigación en ‘Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro’ (Plaza y Janés, 2025) para intentar acercarse a la parte más íntima del escritor, la más inaprensible y escurridiza, a pesar de que el mismo Cervantes nos haya dejado múltiples huellas de su persona en sus propias obras literarias. El problema es: ¿cómo distinguir y separar netamente al Cervantes-mito, ese que los lectores han ido construyendo a lo largo de los siglos, del Cervantes-personaje, ese que aparece en la misma obra del alcalaíno, ese cuyo nombre y apellidos aparece en el mismo escrutinio de la biblioteca de Alonso Quijano el Bueno en el capítulo 6 de la Primera Parte del ‘Quijote’? Y una nueva pregunta acuciante: ¿dónde encontrar al Cervantes-hombre, el que está hecho de carne y huesos? Son preguntas a las que todo biógrafo ha tenido que enfrentarse (con mejor o peor fortuna). Y son preguntas que cualquiera de nosotros podría plantearse frente a otros genios de la literatura universal (Homero, Shakespeare, Balzac… cada uno tendrá su canon).
Género. Ensayo literario.
Editorial. Plaza & Janés.
Partimos de un hecho incontrovertible: de Cervantes no disponemos de un retrato fidedigno, y el que podría acercarse a la verdad es justa y paradójicamente el que el mismo escritor nos lega en el famoso prólogo de las ‘Novelas ejemplares’. Cuántas preguntas ulteriores nos provoca la relectura de este autorretrato farsante, autoirónico, lleno de recovecos y de alusiones extrañas: ¿qué significa «el cuerpo entre dos estremos, ni grande ni pequeño»? ¿Qué significa que en el cautiverio argelino «aprendió a tener paciencia en las adversidades»?
Lucía Megías intenta desembrollar el enigma Cervantes a partir de una de las citas más famosas del ‘Quijote’: «Una es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede contar y cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna» (‘Don Quijote’, II, cap. 3). Lucía Megías tiene muy en cuenta esta distinción (que Cervantes evoca a partir de su lectura de la ‘Poética’ aristotélica) y con una escritura amena, rítmica, casi cinematográfica (así lo atestigua Alejandro Amenábar en el prólogo titulado ‘De viaje’) nos permite emprender un viaje por textos históricos y literarios, documentos y testimonios, para poder reconstruir de la mejor manera posible el contexto mismo en el que se desarrolló la vida de Cervantes, en particular, en el transcurso de los cinco años que duró su cautiverio en Argel.
Es así como repasamos la importancia de las principales biografías sobre Cervantes; la manera en la que su figura se convirtió en «mito nacional»; la manera en la que, sobre todo a partir de los años 80, algunos cervantistas empezaron a psicoanalizar sus obras en busca de una supuesta homosexualidad latente (pensemos en los ensayos del francés Louis Combet o en los de la italiana Rosa Rossi).
Lucía Megías pone encima de la mesa los límites y las obcecaciones de determinadas lecturas sesgadas de la obra y de la vida de Cervantes; del mismo modo, no olvida analizar con rigor filológico la versión hiperbólicamente negativa que nos ofrece de la ciudad de Argel la famosa ‘Topografía e Historia general de Argel’ (1612) de Antonio de Sosa, uno de los compañeros de desventura más famosos del cautiverio de Cervantes. Si en este tratado Argel se nos presenta como una nueva versión de Sodoma y Gomorra, en el también fundamental documento histórico ‘La información de Argel’ (1580) entramos en contacto con las manipulaciones elogiosas que los testigos llevan a cabo para construir un «retrato-robot» de Cervantes en cuanto héroe ideal, perfecto cristiano y siervo humilde del Rey español.
La filología sirve para desentrañar las técnicas y los mecanismos verbales que tanto Cervantes como Antonio de Sosa y los demás testigos adoptan para enfatizar ciertas virtudes y minimizar ciertas manchas, como las que parecen expandirse alrededor del trato de favor que el Rey Hazán Bajá le destina a don Miguel. Se pregunta Lucía Megías (el libro son todas preguntas, entre la poesía y la historia, entre el plano literario y el plano factual): «¿Por qué no pensar que pudo haber un enamoramiento entre Hazán Bajá y Miguel de Cervantes? Más allá del sexo. […] Un enamoramiento que viene de un territorio común: el amor por la literatura. El ingenio de Miguel de Cervantes para crearla. La pasión de Hazán Bajá para consumirla» (p. 240).
Efectivamente, entre la poesía y la historia, los hechos verosímiles y la verdad demostrada, nada nos impide pensar en una relación homoerótica basada en la misma pasión por el poder creador e imaginario de quien sabe contar historias y las cuenta tan bien que atrapa la atención del máximo representante de un Estado diametralmente opuesto a la Monarquía española. Y si de homosexualidad se trata, tampoco podemos olvidar que los documentos y los textos literarios de los Siglos de Oro de los que disponemos nos abren un abanico de informaciones que sorprenderían a más de un lector. El siglo XVII rebosa de textos donde el sexo es eje o pivote central de la trama narrativa, de los versos que inspiran al poeta o de los que le permiten al dramaturgo inventar enredos donde el travestismo o el constante intercambio de roles entre hombres y mujeres está a la orden del día.
Son, de hecho, los capítulos finales los más apasionantes, tanto para el lector ducho en la literatura hispánica del XVII como para el lector contemporáneo y no experto. Es aquí donde conocemos a Paramón, el «único personaje sodomita en toda la literatura caballeresca» (p. 264), que aparece en el ‘Libro de Floriseo’ (1516) de Fernando Bernal (libro que bien pudo haber leído en sus noches de insomnio el hidalgo enloquecido); es aquí donde se nos relata el milagroso hallazgo (en el agosto de 1992) de una biblioteca emparedada del siglo XVI en la que se encontraron un ejemplar del ‘Lazarillo de Tormes’ de 1544 y el desternillante ‘Dialogo intitolato la Cazzaria del Arsiccio Intronato’, un diálogo en italiano donde se exalta en octavas reales la sodomía con lujo de detalles y una «claridad y procacidad» muy poco frecuentes en la literatura de nuestro siglo XXI.
Si es cierto que es «imposible ser historiador de un mismo» (p. 154), Lucía Megías nos demuestra con creces que es «imposible ser historiador de Cervantes» sin tener en cuenta todas las variantes y todos los factores que influyen a la hora de interpretar textos, biografías y documentos históricos: entre el Cervantes-mito y el Cervantes-personaje, el Cervantes-hombre sigue siendo un enigma de imposible solución. Y quizás siga siendo esta imposibilidad de hallar solución unívoca y definitiva lo que nos empuja a seguir leyendo su obra y las obras que siguen publicándose alrededor de su vida.

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : El enigma Cervantes y el embrollo del amor y del sexo