Alcaraz arrolla a Aliassime y jugará la final soñada contra Sinner en Turín

Fue una apisonadora Alcaraz durante el primer episodio de la semifinal. Ya desde el arranque dejó muy claras sus intenciones. Disfrutó de tres opciones de rotura en su primer juego al resto, pero no aprovechó ninguna. A la quinta llegó la vencida y con ella una ventaja lógica para lo exhibido en la pista azul de las ATP Finals. La derecha del murciano iba a mil por hora y siempre caía dentro de los límites de la pista de Auger-Aliassime, que ya ni hacía el ademán de buscar la pelota. No paraban de caer bombas en su área, todas ajustadas a la línea. En trance Alcaraz desde que sus zapatillas blancas entraron a la pista.

No recibió el más afectuoso de los recibimientos de parte de un público, el italiano, que lo respeta, pero desde un tiempo a esta parte lo ve como una gran amenaza para el palmarés de Jannik Sinner, gran ídolo local. Con el de San Cándido esperando en la gran final, la afición italiana calentó el partido a favor de un Auger- Aliassime al que ven como un peligro menor. No se amilanó Alcaraz, cada vez más acostumbrado a lidiar con estos escenarios, como se pudo ver en la final de Roma ante Sinner. Ya se encargó él de calentarse a base de pelotazos. Una derecha tras otra para agrietar el portentoso juego del de Montreal. La resistencia duró poco. El primer set caería del lado del número uno en menos de cuarenta minutos.

Rozó la perfección Alcaraz en esa primera manga, pero no desconectó del partido Auger- Aliassime. Mucho más entero el canadiense durante el segundo acto. Generó más problemas con su servicio, mucho más imprevisible, sobre el resto del palmareño. Le costó encontrar la fórmula a Alcaraz para sorprender como lo había hecho en el primer acto. Aguantaba en pie Auger-Aliassime, pero el tenis soberbio del murciano acabó decantando la balanza a su favor. Sin tiempo para celebrar, acudió Alcaraz a su hermano Álvaro para pedirle que le trajera las zapatillas que está usando tras los partidos. Cuida todos los detalles el número uno del mundo, quien también tuvo un guiño para con los aficionados soltando algunas palabras en italiano durante su discurso como ganador. «Espero que mañana me animen cuatro o cinco personas», admitió con sorna el murciano, buscando la complicidad de un público que este domingo irá en su contra.

Prosiguió Alcaraz tras el triunfo, ya con el billete hacia su primera gran final en superficie ‘indoor’ en el bolsillo: «Estoy muy contento con el nivel de hoy. He jugado muy sólido, muy agresivo. Estoy orgulloso de cómo de concentrado he empezado el partido, sin demasiados fallos. El nivel al que estoy jugando es muy alto, cada vez que nos enfrentamos a Sinner lo elevamos. Intentaré estar muy concentrado en mi tenis y en lo que tengo que hacer».