
Transmitir pasión, conocimiento y sensibilidad mediante la gastronomía la convierte en algo más que un oficio: la eleva a un arte lleno de humanidad y … de historias que inspiran. Detrás de cada plato, de cada mesa y de cada brindis hay tradición, cultura y, sobre todo, personas que entregan lo mejor de sí. La verdad que es un maravilloso disfrute el descubrir un nuevo rincón gastronómico donde gozar de la buena mesa. Pues la tertulia y la degustación de sus especialidades se convierten en un placer extraordinario y, si a ello se une la aportación del propietario con sus secretos y los pasos que ha seguido para el crecimiento de su negocio, la verdad es que uno se emociona escuchando su visión tan enriquecedora y cercana.
En los últimos días del mes de octubre tuvimos un encuentro en el municipio hermano de La Unión. Fue en plena calle Mayor de la ciudad flamenca. Concretamente donde se encuentra un inmueble que fue propiedad de don Francisco Bernabé Guzmán, conocido prohombre de La Unión del pasado siglo XX. A principios de los años cincuenta decidió construir el edificio que hace esquina entre la conocida plaza Joaquín Costa -donde se encuentra el monumento al minero- y el antiguo Mercado Municipal construido en el año 1901 por el arquitecto Víctor Beltrí. Está declarado BIC y Patrimonio Histórico de España. La fachada que mira hacia la calle Mayor forma vecindad al inmueble del que fue su inseparable amigo Asensio Sáez, promotor del Festival Internacional del Cante de las Minas, Hijo Predilecto y Cronista Oficial de La Unión. Fue el que bautizó a su pueblo como «ciudad alucinante».
A pocos metros está el típico bar Minero de toda la vida. Allí elaboran sus ricos ‘reglamentos’ tocados por la gracia de los buenos productos auténticos. Los sirven con la alegría que hace mayor la calidad y, con el acompañamiento de una buena caña, son un verdadero espectáculo no solo en la semana flamenca sino durante todo el año.
Don Francisco destinó la planta superior de este edificio a su vivienda. En los bajos ubicó su negocio. Primero fue una tienda de muebles pasando posteriormente a textiles. Tres de sus nietos son hoy conocidas personas de la vida pública de nuestra Región: los hermanos Bernabé. Francisco es senador del Reino de España, Mercedes es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Murcia y Carlos presidente de los Empresarios de La Unión, secretario general de COEC y prestigioso abogado.
Precisamente de la mano de Carlos celebramos el encuentro. ¡Y qué encuentro más singular en aquellos bajos del edificio que un día fueron de su abuelo! Puntualmente a la hora del cierre del negocio de José Juan Rojo ‘El Rojo’. Es una extraordinaria frutería donde, junto a las mejores frutas, legumbres y verduras de temporada, el comprador puede adquirir – entre otros productos – embutidos y chacinas, lácteos y derivados de toda clase, conservas de alta calidad y laterío fino de primeras marcas. Su ilusión por su oficio la mantiene intacta. Sus compañeros del gremio lo valoran porque es el primero en presentarse en la Lonja para obtener las mejores frutas y verduras que en pocas horas expone lozanas, bien frescas y presentadas de lujo en los mostradores de su tienda unionense. Él es conocido como ‘Narciso’, apelativo que recibe del nombre de quien inició la saga de fruteros: su tatarabuelo. Y es que «de casta le viene al galgo».
Un negocio familiar
El Rojo nació en Portmán y es quinta generación de familia de fruteros. Realizó sus estudios en el colegio de Portmán para después pasar al instituto María Cegarra de La Unión. José Juan reconoce que académicamente no destacaba pero sí tenía muy buenas dotes comerciales. En lugar de libros, en su mochila de camino al colegio portaba trozos de cobre que buscaba entre los escombros de las obras para venderlos en la chatarrería y ganarse sus primeras pesetas. Finalmente, y como los estudios no eran lo suyo, sus padres lo incorporaron al negocio familiar, la frutería que regentaban en la calle Mayor de Portmán frente al conocido Bar Nuevo. Este gran comerciante que, de joven, era un gran bailarín, en la ya desaparecida discoteca La Carroza conoció a Lola, una joven unionense del barrio de Los Morenos. José Juan marchó a Vitoria y Pamplona para hacer su servicio militar. Al regresar se hizo cargo del negocio familiar y contrajo matrimonio.
El comercio de Portmán funcionaba de maravilla pero, al cerrar Peñarroya y bajar la actividad minera en el pueblo, el vigor económico fue decayendo progresivamente arrastrando a su negocio. Hombre inquieto e inconformista con esta situación, montó junto, a su mujer, mercadillo y venta ambulante con furgoneta hasta que, en 2017, abrió su local en el número 110 de la calle Mayor. Y en este local, un solo día a la semana y a la hora del cierre, se puede comer en el almacén pero siempre a través de algún amigo de El Rojo, con la singularidad de tomar un único menú de 15 platos y que son estos: aceitunas de la finca partidas, tomate raf con buen aceite, sardinas ahumadas, boquerones en vinagre, lomos de bonito troceado, estornino oreado, bacalao inglés, mojama especial, hueva de maruca, ensalada de salazones, tocino y ajos tiernos, plato de embutidos con blanco, butifarra, lomo, salchichón y longaniza seca, sobrasada, mejillones en escabeche y morcillas hervidas. Todo acompañado de pan de campo de La Puebla.
Regado con vinos de nuestra Región de Bodegas Carchelo, D.O. Jumilla, comenzamos con un tinto Canalizo elaborado con Monastrell, Syrah y Tempranillo de viñedos de más de 30 años, para terminar con un blanco 100% de uva Sauvignon Blanc, un Carchelo Blanco 2024 con aromas a flores blancas, lima e hinojo silvestre. El postre también de la casa: queso curado, para terminar con la tercera botella de Calizo que acompañó a melones Jimbee, oraski, waikiki y lililup, uva del Vinalopó y cordiales de los de siempre. Un verdadero espectáculo de menú todo en frío menos las morcillas, calentitas.
Estuvimos atendidos de maravilla por el matrimonio conformado por El Rojo y su esposa, Lola, y, como nos comentó Lorenzo: «La humildad es saber que nadie es más ni menos que tú. Es reconocer tus errores y aprender de ellos. Es escuchar antes de hablar y comprender antes de juzgar. Es ayudar sin esperar aplausos ni recompensas. Es caminar con grandeza pero con los pies en el suelo».
Y termino con una sabia reflexión: «El mejor momento de tu vida no es cuando estás donde quieres estar, es cuando tienes la fuerza para no estar donde no quieres».

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Enlace de origen : El Rojo de Portmán