25N, en alerta por los más jóvenes

25N, en alerta por los más jóvenes

Con las agrias polémicas sobre los fallos en las pulseras de los maltratadores y el imperdonable fiasco de la ley del ‘solo sí es sí’ como telón de fondo, nos acercamos un año más al 25N -Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres- invadidos por la angustia de ver que el problema se agrava pese a las numerosas campañas de concienciación, los programas de igualdad y las distintas iniciativas públicas y privadas para alertar de esta lacra. Cabe preguntarse qué está ocuriendo para que no seamos capaces, como sociedad supuestamente civilizada y desarrollada, de poner fin a las agresiones machistas -o al menos reducirlas a su mínima expresión- cuando estamos a punto de superar ya el primer cuarto del siglo XXI y el empoderamiento de la mujer se consolida, afortunadamente. Profundizar en las causas de esta involución continua, identificarlas y arbitrar medidas correctoras valientes constituyen los pasos esenciales a dar si de verdad se quiere atajar una barbarie que solo este año deja ya dos víctimas mortales en la Región, una de ellas de tan solo 19 años a manos de su novio de 26, quien presuntamente la asfixió en Librilla.

Los casos de violencia de género merecen la repulsa y el rechazo sea cual sea la edad de las damnificadas, pero la crueldad de un acto tan abominable alcanza mayores cotas de indignación cuando los protagonistas son jóvenes o ni siquiera alcanzan la mayoría de edad, fenómeno del que vienen alertando distintos estudios e investigaciones llevados a cabo por entidades e instituciones comprometidas en la lucha contra el maltrato.

Precisamente en el creciente impacto de las conductas machistas entre la población más joven y adolescente hemos querido centrarnos hoy en LA VERDAD con el objetivo de reflexionar, de la mano de expertos y de representantes de la Justicia, acerca de tales comportamientos retrógrados en las relaciones sentimentales de las nuevas generaciones. «Hay algo fuera que se nos está escapando», observa con pesadumbre la fiscal de Murcia Concha López en declaraciones a nuestro periódico. Y sitúa en el centro de la diana las redes sociales: «Están haciendo un flaco favor». Efectivamente es en estas plataformas de intercambio de fotos, vídeos y comentarios donde las garras del machismo dan sus primeros arañazos protegidas por el velo de impunidad que caracteriza a estos ecosistemas digitales, invadidos por miles y miles de chicos y chicas que normalizan peligrosamente actuaciones que denigran a la mujer y la terminan sometiendo a un marcaje que atenta contra su libertad. La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Murcia, Fátima Saura, describe un escenario que pone los pelos de punta: «Normalizan que su novio les controle cómo van vestidas, que le tengan que mandar la ubicación o darle la contraseña de sus redes sociales para que pueda ver quién es su amigo…».

Las afirmaciones de la fiscal y la jueza se ven reflejadas también en diferentes encuestas publicadas este 2025. Según el último informe ‘Juventud en España’ del Ministerio de Juventud e Infancia, el 23% de los varones de 18 a 34 años y una de cada ocho féminas niegan la violencia de género, y lo que es peor, creen que se trata de «un invento ideológico». La relevancia de esta percepción encaja como un guante con las proclamas ultraconservadoras y de extrema derecha que se vierten a las redes sociales en virtud de estrategias perfectamente orquestadas por grupos y partidos radicales que manejan con auténtica maestría todos los resortes de estas ágoras digitales, en las que prolifera el negacionismo de la violencia de género, a la que se le cambia el ‘apellido’ por intrafamiliar o doméstica, o simplemente se la denomina violencia a secas. Así como si matar a una chiquilla de 17 años asestándole nada menos que 76 puñaladas por todo el cuerpo en el trastero de un garaje -fue lo que le hizo a Claudia su exnovio en Totana en febrero de 2022- se pudiera considerar un crimen más despojándolo de las evidentes connotaciones sexistas que lo desencadenaron.

Quien quiera taparse los ojos y no ver que la radicalización ideológica de muchos de nuestros jóvenes se alimenta de las campañas organizadas por los ultras en las redes sociales, allá él. Quienes se desmarcan y critican las concentraciones y protestas contra las agresiones machistas, allá ellos. Pero la responsabilidad de que estos postulados tóxicos no calen en las nuevas generaciones depende del conjunto de la sociedad y, en primera instancia, de aquellas fuerzas políticas que, aun posicionándose con claridad frente al machismo, insuflan indirectamente oxígeno a los apóstoles del negacionismo, bien porque los pueden llegar a necesitar como aliados en la gestión de gobierno, o bien porque interese mantenerlos vivos para utilizarlos como arma arrojadiza contra el enemigo en la contienda política para aferrarse al poder.

Lo cierto es que la Región de Murcia desembarca este próximo martes en otro 25N golpeada por la violencia de género temprana, ya que la Comunidad soporta una elevada tasa de agresiones machistas entre los jóvenes, las cuales han provocado que, en los últimos cinco años, hasta 73 menores y más de 1.000 chicos de 18 a 24 años hayan sido condenados en los tribunales por maltratar a sus novias o exparejas. Las cifras asustan.

Esta semana hemos conocido que la Comunidad ultima el nuevo Pacto contra la Violencia hacia las Mujeres, que relevará al expirado en 2022, y prevé el borrador definitivo durante el primer semestre de 2026. Se trata de una noticia positiva que debe materializarse en resultados tangibles, por el bien de las víctimas.

Enlace de origen : 25N, en alerta por los más jóvenes