
La estampa se repite en los centros comerciales y restaurantes de todo el país: mientras los padres disfrutan de una jornada de compras o una … comida entre amigos, sus retoños se entretienen viendo series infantiles (en el mejor de los casos) desde un teléfono móvil. Aún pasarán unos años hasta que esos mismos niños comprendan las posibilidades del dispositivo que tienen entre manos: las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales se han convertido en piedras angulares para la socialización durante la adolescencia, cuando las interacciones de la vida digital cobran tanta importancia como aquellas producidas en el plano físico.
Según las últimas encuestas, los menores españoles reciben su primer ‘smartphone’ en propiedad alrededor de los 12 años, alcanzándose un 96% de penetración a partir de los 15. Se trata de un momento crucial por los numerosos riesgos que apareja el acceso ilimitado a internet en cualquier parte, lo que obliga a mantener una conversación exhaustiva (y preventiva) con los hijos. Estos son los principales consejos que deberíamos darles antes de regalarles (quizá este ‘Black Friday’ o en Navidad) ese iPhone o Android que tanto desean, según la firma de ciberseguridad ESET:
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«Cuidado con lo que compartes en Internet»
Es fundamental enseñarles que internet es como un altavoz gigante. Publicar datos sensibles como su nombre completo, dirección o cualquier imagen que evidencie sus rutinas, puede ponerles en riesgo: no hay forma de saber a quienes llegará dicha información ni cómo la utilizarán. En este sentido, no está de más mostrarles las opciones de privacidad incluidas en la mayoría de redes sociales, por las que podrán limitar el alcance de sus publicaciones a su círculo íntimo.
También deben comprender que sus contraseñas son sagradas: no deben compartirlas bajo ningún pretexto y, por descontado, han de seleccionar meticulosamente a sus amigos virtuales (aceptar solicitudes a lo loco es lo mismo que abrir las puertas de su vida digital a perfectos desconocidos).
En última instancia, conviene hablarles sobre las consecuencias de publicar comentarios malintencionados o compartir fotos o vídeos sobre terceras personas sin su consentimiento, lo que en el contexto actual suele vincularse a episodios de ciberacoso.
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«No creas todo lo que ves»
La desinformación y las estafas son otros grandes problemas relacionados con el uso de teléfonos inteligentes. Especialmente para unos adolescentes a menudo incapaces de discernir entre los contenidos reales y los malintencionados. En este sentido, darles a conocer el concepto de las ‘fake news’ (que muchos de los titulares que leerán no responden a la verdad, sino a intereses ocultos) se antoja crucial.
También harán bien en desconfiar de enlaces sospechosos recibidos por SMS o correo electrónico, así como de aquellos usuarios anónimos que les contacten mediante mensajería privada o sesiones de juego en línea con promesas demasiado buenas para ser verdad: los depredadores sexuales prometen regalos (a menudo ítems digitales para sus videojuegos favoritos) a cambio de fotos o videollamadas, algo que debemos abordar abiertamente con el menor, ilustrándolo con informaciones constatadas si fuese necesario.
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«Algunas aplicaciones y páginas web no son adecuadas para tu edad»
El acceso temprano a contenido pornográfico es quizás la cuestión que más preocupa a muchos padres cuando entregan ese primer móvil a sus hijos. Ya se sabe que las prohibiciones taxativas no sirven de mucho: los menores sentirán aún más deseos de ver aquello que se les ha vetado, pero por esto mismo conviene abordar el tema abiertamente; hacerles comprender que determinadas ‘apps’ y sitios web no son apropiados para su edad, lo que pueden comprobar mediante los mensajes de advertencia presentes tanto en las tiendas de aplicaciones como en las páginas de inicio de numerosos portales.
A este respecto, ESET recomienda «establecer algunas reglas para un uso seguro, como avisar cada vez que se vaya a instalar una aplicación», lo cual deberá ser aprobado por el tutor.
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«Procura no vivir pendiente de la pantalla»
Las cifras hablan por sí solas: pasamos cada vez más horas enfrascados en las pantallas de nuestros móviles, algo que terminan replicando nuestros hijos por considerarlo normal. ¿Realmente queremos que pasen sus mejores años obsesionados con el número de ‘me gusta’ que reciben sus fotos o inmersos en un ‘scroll’ constante aún en plenas vacaciones?
Como decimos, dar ejemplo es la mejor solución, pudiendo acordarse franjas horarias en las que ningún miembro de la familia sostenga el móvil para dedicarse a otros menesteres: deberes, actividades al aire libre o simplemente charlar sobre cómo fue el día mientras se cena.
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«En caso de duda, pregúntame»
«Es primordial que los menores sepan (y sientan) que pueden acudir a los mayores ante cualquier situación que sucede en el mundo virtual y les genere duda, incomodidad, confusión o desconocimiento», sentencian desde ESET. Y es que al final todo se reduce a una cuestión de confianza: si el niño siente que puede contarnos cualquier cosa, difícilmente se verá envuelto en situaciones rocambolescas de las que no pueda salir.
Amén de lo dicho, no podemos subestimar las herramientas de control parental presentes en el apartado de ajustes de los terminales (bloqueo de ciertas páginas web, limitadores temporales de uso…): dedique tiempo suficiente para comprenderlas y configurarlas acorde a sus necesidades antes de que su hijo desenvuelva el ‘gadget’ de marras.

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Enlace de origen : Cinco frases que debes decirle a tu hijo antes de que estrene su primer móvil