Todo empezó -al menos lo políticamente más relevante- en la carrera hacia las primarias del PSOE de 2014 que Pedro Sánchez ganó a Eduardo Madina … aupado sobre la crucial federación andaluza que comandaba entonces Susana Díaz con mano de hierro y holgadas ambiciones. En aquellos días que escribirían la entrada en la hemeroteca del país del hoy presidente, apenas un diputado raso en el Congreso cuando echa a andar esta crónica, alguien llamó poderosamente la atención de las bases socialistas en Navarra que seguían el proceso de elección del futuro secretario general. Ese alguien era «el portero del puticlub de toda la vida» de Pamplona, un ecosistema lo suficientemente recogido como para que determinadas cosas no pasen desapercibidas. Ese alguien estaba haciendo de ocasional «chófer de Pedro» en su campaña interna en la comunidad foral y el País Vasco. Ese alguien era Koldo García Izaguirre. El ‘hombre sombra’ -conductor, escolta, acompañante, asesor, consejero en entidades públicas como Renfe o Puertos- del exministro José Luis Ábalos convertido en nube tóxica para el Gobierno y el PSOE desde su detención el 21 de febrero de 2024.
En Ferraz negaban ya entonces que García, transmutado en un apestado que no era militante del partido cuando reventó el pus de sus presuntas mordidas mercadeando con la compra de mascarillas por distintas instituciones en lo peor de la pandemia, tuviera, «ni de lejos», semejante cercanía con quien acabaría llegando a la Monclo contra casi todos los pronósticos; en aquellos días voces socialistas rebatían que Santos Cerdán era quien desplazaba en coche a Sánchez por territorio navarro, una objeción que se ha demostrado peor, investigaciones de la UCO mediante. Pero también había testimonios desde el arresto de Koldo que apuntaban a que fueron el exsecretario de Organización del PSOE, hoy imputado, y el exlíder del PSN Roberto Jiménez quienes abrieron la puerta del partido a quien había protegido la de los clubes nocturnos de Pamplona. Ferraz rebajaba el nexo entre García y Cerdán -«No tienen ninguna relación»- y lo circunscribían a que ambos fueron concejales «en lo más duro del terrorismo de ETA», uno en Huarte y el otro en Milagro. Y a que el exnúmero tres del PSOE ayudó laboralmente a su excompañero de sigla. El trabajo inicial de chófer que asumió para Ábalos. Todo lo que se ha ido destapando después bajo este relato forma parte de la historia viva de la corrupción en España.
Antes de todo, de la vida junto a su exmujer, la socialista navarra Patricia Úriz, en la comunidad foral desde la que saltaría a Madrid, García, nacido en la localidad vizcaína de Barakaldo hace 55 años, se había fojado como guardia privado de seguridad protegiendo, entre otros, al histórico Nicolás Redondo. Un tipo corpulento y tosco en los tiempos duros en la Margen Izquierda del Nervión y bajo la amenaza etarra. Alguien premiado por la Policía navarra por contener cívicamente una reyerta, pero con una condena en 1995 por lesiones -fue indultado, qué paradoja, por el Gobierno de Aznar- y otra años después por agredir a un adolescente.
«Torrente uno y Torrente dos»
Pero eso fue en la otra vida, en la anterior a aquellas primarias de 2014 y luego a las concluyentes de 2017 en las que hizo algo tan llamativo como para que un agradecido Sánchez le citara por su nombre de pila en el ya celebérrimo ‘Manual de resistencia’: Koldo tuvo tanto celo como para custodiar dos noches seguidas, sin moverse de la oficina, los avales del candidato a la secretaría general entonces enfrentado ya a Díaz. «El último aizkolari (cortador de troncos con hacha) socialista», un «titán» ejemplo para la militancia, le regalaría los oídos Sánchez en la campaña interna de hace una década elogiándolo en Facebook. Ya cuando fue detenido, había quien relataba en el partido que todo fue tan cristalino; que García era, también, quien recogía en mano donaciones para la carrera del aspirante. La sospecha a la que el ahora encarcelado, él mismo, está dando pábulo.
Sánchez fue defenestrado tras 2014 pero resucitó en 2017, hizo secretario de Organización a Ábalos con Cerdán de escudero, le nombró ministro de Fomento cuando alcanzó la Moncloa y García se erigió en el comodín para todo; incluido llevar a su jefe a Barajas para su clandestino encuentro con la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez. «Torrente uno y Torrente dos», maliciaban quienes reprobaban los lazos del titular de Transportes con su sombra. Con quien era, a la luz de las pesquisas de los investigadores de Antonio Balas, bastante más que una sombra silente.

Soy William Abrego, me uní como ejecutivo de SEO y me abrí camino hasta el puesto de Gerente Asociado de Marketing Digital en 5 años en Prudour Pvt. Ltd. Tengo un conocimiento profundo de SEO en la página y fuera de la página, así como herramientas de marketing de contenido y diferentes estrategias de SEO para promover informes de investigación de mercado y monitorear el tráfico del sitio web, los resultados de búsqueda y el desarrollo de estrategias. Creo que soy el candidato adecuado para este perfil ya que tengo las habilidades y experiencia requeridas.
Enlace de origen : Koldo García, con él empezó la pesadilla del Gobierno y el PSOE