La nueva fiscal general del Estado, Teresa Peramato, salió airosa este jueves del examen sobre su idoneidad para el cargo en la Comisión de Justicia … del Congreso. Solo Vox planteó dudas por su trayectoria. El pasado 28 de noviembre, el Consejo General del Poder Judicial ya la declaró idónea por unanimidad, pero aún le quedaba por pasar el filtro parlamentario. Un trámite obligatorio, pero no vinculante. Pese a ello, la comparecencia estaba rodeada de un gran interés debido al motivo inédito del relevo al frente de la institución, después de que su antecesor, Álvaro García Ortiz, fuera condenado e inhabilitado a dos años por el Tribunal Supremo por un delito de revelación de secretos contra Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
La nueva fiscal general, que se espera que tome posesión la próxima semana tras prometer el cargo ante el Rey, reconoció que el fallo del Alto Tribunal, cuya sentencia aún no se ha publicado, supone «una profunda herida que atraviesa a la Fiscalía española». «Y que ha de sanar bajo mi dirección y con el trabajo y esfuerzo de todas y todos los fiscales de este país. Cuento con todos ellos», manifestó, antes de reconocer positivamente, sin crítica alguna, el trabajo realizado por su predecesor «para mejorar y modernizar la Fiscalía».
A sus 63 años, 35 de ellos dedicada profesionalmente oficio de fiscal, Peramato desgranó su currículum durante su primer turno de palabra. En su relato, destacó especialmente su paso como fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer. «Mi trayectoria ha estado marcada por la lucha contra la violencia de género y a la atención a las víctimas y a sus familiares», señaló.
También declinó, pese las peticiones de varios grupos parlamentarios como Vox o PP, valorar las acusaciones de la Unión Progresista de Fiscales, asociación a la que pertenece, al Supremo de «violencia institucional», así como la de distintos miembros del Gobierno por la condena a García Ortiz. Lo hizo amparándose en su respeto «más absoluto a la libertad de expresión» y alegando que no iba a hacer «ninguna valoración política ni en relación a procedimientos judiciales en curso». «Déjenme aparcar, dejénme aterrizar», se vió obligada a afirmar en más de una ocasión durante su turno de réplica a los grupos.
Tanto el PSOE, como SumarPNV, EH Bildu, Junts o ERC, dieron el visto bueno al nombramiento de Peramato, a veces entre elogios. Aunque algunas formaciones, especialmente las catalanas, criticaron el «uso político» de las Fiscalía General del Estado durante el ‘procés’ y pidieron a su nueva responsable «romper con ese estigma».
«Credibilidad dañada»
La comparecencia tuvo un tono muy constructivo, alejado del de otras comisiones. Para el PP, muy críticos con García Ortiz, la nueva fiscal está «acreditada» para el cargo, pero le exigieron independencia y «recuperar la credibilidad» de la institución que, entienden, «dañada» por la condena a su antecesor. «Sus méritos profesionales han quedado acreditados. Usted cumple formalmente con los requisitos exigidos, pero al que ocupe el cargo de fiscal general se le exige mucho más, especialmente en este momento. Llega con una doble sombra por el presidente que la propone y por las actuaciones de su antecesor, del que usted no está desvinculada», señlaó la portavoz del grupo parlamentario popular en la Comisión de Justicia, María Jesús Moro.
Más duro fue Vox, sudiputado Javier Ortega Smith, definió a Peramato como una «activista de la ideología de genero, vinculada a la izquierda». «No parece la candidata idónea para salvar a la Fiscalía General del Estado de las injerencias políticas», zanjó.
Peramato finalizó su interevención haciendo una defensa para que los fiscales asuman la instrucción penal, como propone el Gobierno en su reforma de la Ley Orgánica de Enjuiciamiento Criminal, porque el actual modelo procesal, señaló, «se ha revelado como una norma obsoleta y agotada».
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Enlace de origen : Peramato se compromete a «sanar» las «heridas» por la condena a García Ortiz
