Teresa Freixes: «Es difícil que los jóvenes valoren la Constitución si no se les enseña»

–¿Qué supuso el ejemplo de la Transición para el prestigio internacional de España?

–La Transición fue un proceso modélico, pero también complicado, porque pasar de una dictadura a una democracia no es fácil. En esos mismos años, sucedió algo parecido en Portugal, con la Revolución de los Claveles, y en Grecia, con la caída de la Dictadura de los Coroneles. Pero en estos dos casos, el papel del Ejército fue clave, mientras que en España fue un pacto entre españoles del exterior y del interior, entre derechas e izquierdas, entre monárquicos y republicanos. Un acuerdo que se tomó con dificultades, porque todos tuvieron que ceder en algo, y todo eso llevó años de trabajo. La Transición ha sido muy valorada en el exterior, tomándose como modelo en muchísimos países, tanto por el contenido de la Constitución como por la forma de hacerla. Es algo a veces desconocido, pero que hay que poner en valor.

–Sin embargo, sobre todo en las generaciones más jóvenes, parece que no se valora tanto.

–Somos el único país de la UE que no enseña la Constitución en la escuela. En todos los demás países, la ciudadanía conoce el texto constitucional, sabe cómo se elaboró o qué contenidos tiene. Aquí no hay ningún tipo de enseñanza. Entonces, es muy difícil que se pueda valorar aquello que no se conoce. Sobre todo, cuando hemos dejado aquella época del acuerdo y la hemos sustituido por una época de crispación que no tenía precedentes en nuestra historia reciente. Una división organizada de arriba a abajo, no de abajo a arriba, y eso está suponiendo muchas dificultades. ¿Cómo los jóvenes van a valorar la Constitución si no les se enseña? Es muy difícil.

–La Región de Murcia sí que creó una asignatura específica sobre la Constitución.

–Sí, lo sé por colegas que tengo aquí en la universidad y en la ciudad. Es algo muy valioso. Pero, lamentablemente, son casos aislados. Se enseña en algunas comunidades, en algunos colegios, pero no hay una asignatura común que garantice que toda la ciudadanía pueda conocer la Constitución.

–Usted es vicepresidenta de Societat Civil Catalana, una plataforma muy activa en defensa de la Constitución y contraria al ‘procés’ catalán. ¿Cómo lleva ahora que el líder de aquel ‘procés’, Carles Puigdemont, marque la agenda política en España?

–Sí, este es otro problema del sistema, que menos del 2% de los votos en el país condicionan toda la política española, e incluso pretenden condicionar la europea. ¿Esto dónde se ha visto? Que el secesionismo quiera aplicar su programa, con sus propias coordenadas, es normal. El problema está cuando aquellos que tendrían que hacerle frente le rinden pleitesía. La anomalía ha estado en que el partido político con el que hicimos la Transición, entramos en Europa y firmamos el pacto contra el terrorismo se ha puesto, de la noche a la mañana, en manos del secesionismo.