El Sabadell baja de la nube al Real Murcia

Ese fue el pecado ayer del equipo de Colunga, que no fue el Real Murcia de las últimas semanas hasta que recibió el primer golpe y fue zarandeado por su rival. Al contrario que hace unos días en Cartagena, ante el Sabadell no saltó al césped más enchufado que su rival y luego le tocó ir a remolque, remar a contracorriente. Cuando un equipo como el Real Murcia pierde así, se le puede decir poco. Quizás solo se le pueda echar en cara los primeros minutos de partido en los que dejó hacerse grande a su rival. Ahora le toca gestionar el primer revés de la ‘era Colunga’ antes de la fiesta de la Copa ante el Betis y de recibir en casa al Europa, otro rival de la liga del Real Murcia.

Un once con sobresalto

La principal novedad en el once inicial del entrenador grana fue la ausencia de Flakus, la primera desde la jornada dos en la que el esloveno estuvo por primera vez disponible, y también la vuelta de Palmberg. También fue reseñable ver a Jorge Mier consolidado en el lateral izquierdo de la defensa grana en detrimento de Cristo Romero, a la vez que David Vicente ocupaba la derecha una semana más. Eso fue lo más novedoso ya que la presencia del canterano Héctor Pérez en el centro de la zaga ya no llama la atención debido a su alto rendimiento no solo en defensa, también en ataque. Enfrente estaba un Sabadell que no está acostumbrado a perder este año, que solo ha hincado la rodilla una vez esta temporada en partido oficial. Un conjunto que sabía que refrendar su candidatura al ascenso en un estadio como el Enrique Roca sería como dar un puñetazo en la mesa.

El equipo catalán demostró por qué solo ha perdido un partido oficial en toda la temporada tardando solo seis minutos en bajar al Real Murcia de la nube de las últimas semanas. Tras los primeros compases de dominio absoluto del equipo arlequinado, una posesión eterna del Sabadell acabó con un control de Joel Priego dentro del área grana que el delantero catalán amortizó con una volea que tras tocar en Alberto González se coló en la meta de Gazzaniga. El 0-1 fue un golpe de realidad en toda regla para los murcianos. Un tirón de orejas para un Real Murcia que saltó demasiado confiado al césped del Enrique Roca, todavía aturdido por el éxtasis reciente de la Copa y el derbi.

Lo mejor para el equipo de Colunga es que tenía todo el tiempo del mundo por delante para remontar el partido. No había excusa, el golpe había llegado lo suficientemente pronto como para cambiar el rumbo del partido. De hecho, no tardó demasiado en carburar y Pedro Benito y Jorge Mier fueron los primeros en intentar el remate. El Real Murcia comenzó a hacer poco a poco lo que le llevó a ganar muchos partidos en las últimas semanas. Comenzó a pensar con claridad. La mejor ocasión fue una inventada por un genial Isi Gómez, redimido de sus pecados anteriores tras su buen partido en Cartagena, que encontró a Real con un gran pase, el preámbulo de una gran asistencia del gallego para un Ekain que estrelló el balón en el poste. El equipo grana latía otra vez.

Los minutos fueron pasando pero el equipo local no conseguía asustar demasiado a un rival que no renunciaba al segundo tanto. Por eso Colunga decidió tomar una decisión drástica sentando a Palmberg a los 33 minutos de juego para dar entrada a Flakus. El cabreo del brasileño fue monumental, aunque el centrocampista, que estaba a un buen nivel, aceptó irse al banquillo sin hacer ningún gesto hacia su entrenador. El preparador ovetense no podía permitirse el lujo de ir perdiendo 0-1 en casa y tener a su mejor goleador sentado en un sillón, pero reconocía así su error inicial. Justo después Alberto González cayó en el área por un empujón de un rival, pero Pablo Monterrubio, un colegiado cada vez más protagonista en el partido por sus decisiones, decidió no pitar penalti tras revisar la acción en la banda. Mientras, Priego se convertía en una pesadilla para la defensa grana cada vez que le llegaban balones con espacios. Y también el ex grana Ton Ripoll, que puso a prueba a Gazzaniga con un gran disparo a la escuadra que sacó el meta grana. De cara a la segunda parte, el Real Murcia tenía que resetear y volver a plantear un choque en el que no le estaban saliendo las cosas como las había planeado.

Más cambios de Colunga

Para empezar, Colunga sentó a Juan Carlos Real para dar entrada a Bustos al comienzo del segundo acto. Necesitaba más energía por la banda. Pero los minutos pasaban y no había grandes cambios. Fuoli, el portero del Sabadell, tenía una segunda parte plácida. El equipo de Ferrán Costa, además, presionaba de forma intensa la salida de balón de su rival y lo jugaba con criterio cuando lo recuperaba, demostrando el motivo por el que está en lo alto de la tabla. Para generar más zozobra en la grada del Enrique Roca, Ton Ripoll estrelló un balón en el larguero de la meta de Gazzaniga tras sacar de forma brillante una falta en la frontal. Colunga respondió con otro cambio llamativo dando entrada a Alejandro Meca, otro canterano que debutaba con el primer equipo, que reemplazó a Ekain.

El Real Murcia intentó volcarse en la última media hora de juego con Flakus y Benito arriba con Bustos y Meca por los extremos. Fue más peligroso, pero no incisivo. No tenía el día ante un Sabadell mucho más asentado sobre el césped del Enrique Roca. Necesitaba una chispa que lo hiciera saltar todo por los aires. Como la galopada de Pedro Benito en el 72 que sirvió en bandeja el gol a Flakus, que estrelló el balón contra Fuoli. Colunga gastó su segunda revisión en un agarrón sufrido por Héctor Pérez dentro del área del Sabadell, pero el colegiado Monterrubio no estaba por la labor y dijo que no hubo nada.

Al menos la grada estaba con su equipo y quería que sus jugadores, al menos, lo intentaran hasta el final, sin dejarse nada. Al menos sumar un punto que permitiera a los granas seguir su buena racha y de paso no dejar que un rival directo se llevara los tres en juego. El tiempo se le acababa al Real Murcia y Pedro Benito cabeceó centrado y en carrera un buen centro de Bustos. Pero la mejor ocasión llegó después cuando tras varios centros al área y una fase de acoso del equipo grana llegó un cabezazo de Meca que paró Fuoli de forma brillante y sobre la línea. El árbitro añadió nueve minutos y el equipo grana se terminó de volcar sobre la meta rival, pero no consiguió un empate que hubiera sido justo.