José María Tortosa, embajador y legatario de las empresas familiares

Lunes, 15 de diciembre 2025, 01:11

| Actualizado 01:16h.

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Se le escapan por las costuras la pasión, la gratitud y la coherencia entre lo que piensa, dice y hace, aunque, en un contrasentido evidente, se define como «nada sofisticado» mientras repite –porque lo cree– que es una persona «normal». Como si la coherencia campara a sus anchas por el escaparate público en este casi segundo cuarto de siglo. La labor de José María Tortosa (Murcia, 1962) al frente de la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) lleva esa impronta de prudencia, perseverancia y compromiso que le viene de fábrica, tallada a semejanza de un modelo, el de su padre, fundador de Zenith, radicada en El Palmar (Murcia). «Estáis de paso y vuestro legado es la empresa», inculcó Diego Tortosa, apoyado siempre en su mujer porque «el uno sin el otro no eran nada». Así lo cuenta emocionado el cuarto de sus cinco hijos, José María.

Consejero en Zenith, miembro de la junta directiva y el comité ejecutivo de Croem, representante de dicha patronal como secretario del consejo de administración de la sociedad de garantía recíproca Aválam, vocal en la Cámara de Comercio de Murcia, patrono de ENAE y consejero en Ibermutuamur, acaba de ser reelegido como presidente de Amefmur, cargo que enarbola desde 2018 y que ya ocupó antes de su paso por la política municipal de la capital del Segura, en la que se desempeñó como concejal de Empleo, Comercio y Empresa. El orgullo de representar a las empresas familiares en la Región, que suponen cerca del 90% del tejido en el territorio y generan el 78% del empleo según revela la propia asociación, no nace en él desde un reconocimiento individual, sino de equipo y de trayectoria legada por sus antecesores. «La empresa familiar es un proyecto de vida», resume Tortosa. Con ese espíritu y acompañado en su junta directiva por Augusto Fuertes (Grupo Fuertes) y Raúl Colucho (Grupo Sureste), como vicepresidentes; por Isabel Mendoza (UCAM), como secretaria, y Estefanía Hidalgo (Hida Alimentación), tesorera, afronta una etapa clave para el organismo, segundo más antiguo de España: su 30 aniversario, que se conmemorará el 4 de junio en el Teatro Romea.

Amante del deporte «sin ser olímpico» y devoto de la lectura sin catalogarse de «intelectual», quienes le conocen destacan su lealtad, esa que engrandece a los amigos certeros a lo largo de la vida, y su habilidad para tender puentes. Preocupado por la polarización «que sacude el mundo», como lector de prensa tiene claros los dos titulares que le gustaría ver durante su próximo desayuno: «Que en España hay pleno empleo y el cáncer tiene cura». Así de claro tiene también el reto nuclear de las empresas familiares y, por extensión, de Amefmur: la continuidad, la sucesión. «Nada es nuestro», asegura. Y otro legado transmite también –codo con codo con su mujer, María José– a su hija, graduada en Derecho: la importancia de ser honesto y tener «mucha preparación». Para él es vital apoyar a las nuevas generaciones y retener el talento.

Hitos y retos

Aunque no obvia los desafíos, desgrana hitos de la asociación y de las propias empresas familiares. «Somos embajadores de la Región, su latido», explica, y asegura que Amefmur tiene una gran visibilidad dentro de las 18 asociaciones territoriales entrelazadas a través del Instituto de la Empresa Familiar. Asimismo, recuerda que la asociación impulsó en 2006 la cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum, de la UMU y la UPCT, y cuyo primer director, Juan Monreal, es otro de los referentes que forman parte de su imaginario profesional y emocional. Del mismo modo recuerda a José Luis Mendoza, quien rubricó en 2021 la creación de una segunda cátedra en la UCAM. Destaca a su vez la celebración en Murcia de la reunión anual de presidentes territoriales, la organización del Congreso Nacional del Fórum de Jóvenes en Cartagena, la propuesta del Libro Blanco de la Empresa Familiar o el Foro Avanza.

Y ya en el horizonte señala Tortosa el desarrollo de la futura Ley de la Empresa Familiar, que «incrementará nuestra capacidad de retener talento». Y en esa lucha por hacer entender que este tipo de empresario está de paso en una cronología en permanente mejora y entrega de testigo, él seguirá sentando aliados a su mesa.

William Abrego

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