
La falta de mano de obra cualificada es el principal desafío que afronta la industria de la Región de Murcia. Así lo advierten la mitad … de los ciudadanos (50,5%), según un estudio de la Cátedra de Políticas Públicas de la Universidad de Murcia presentado este lunes. Y es que se revela que la escasez de perfiles técnicos es «el cuello de botella principal para el desarrollo industrial». De ahí que exista una opinión de rotunda en la calle de la necesidad de reforzar con «urgencia» las políticas de formación profesional y recualificación tecnológica, dentro de un respaldo rotundo el fortalecimiento del tejido.
El informe pone el acento en la percepción de la falta de mano de obra como problema. Así, en función del propio vínculo laboral, hasta el 58,2% de quienes trabajan directamente en el sector industrial alertan de este problema en primer lugar. Aunque esa tasa es menor, el 49,3 % entre quienes no desarrollan su labor en este rama. Por ello, resulta relevante que desde dentro, este reto se hace todavía todavía más patente. Después de las carencias de profesionales cualificados, aparece la insuficiente digitalización (12,4 %) como la segunda preocupación en importancia.
De cara a las opciones preferidas para aumentar las vocaciones industriales, entre las que más destacan los 934 entrevistados en la encuesta, ocupa un puesto de privilegio la apuesta por la formación profesional. En concreto, así lo entiende el 46,2%. En segundo lugar aparece la formación industrial en enseñanza Secundaria, con un 34,5%, a la hora de la vocación temprana. Por su parte, el 13,4% aboga por mejorar los grados universitarios técnicos.
El trabajo, bajo el título ‘Percepción social de la industria en la Región de Murcia’ , elaborado entre septiembre y octubre por el Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (Cemop) y la citada Cátedra de la UMU, por iniciativa del Gobierno regional, ha sido presentado por el catedrático de Ciencia Política y Director de la Cátedra y Observatorio de Políticas Públicas, Ismael Crespo, junto al consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, y el rector de la UMU, José Luján. La investigación revela datos inéditos como es el hecho de que los murcianos entienden —y a veces desconocen— el verdadero peso del sector industrial.
Es sí, la actividad alimentaria es el referente de la identidad regional, dentro de los sectores que tradicionalmente la han caracterizado. Aunque eso supone que el protagonismo de la transformación agroalimentaria dentro del mundo manufacturero reduce la percepción de la industria regional a su faceta más tradicional de procesado y envasado, que vuelve a reincidir en la dependencia respecto al sector primario, desplazando a sectores emergentes con mayor capacidad de generar valor añadido.
Además, se aprecia cómo la actividad de la industria no está instalada en el imaginario colectivo como una actividad que contribuya estratégicamente al desarrollo económico regional, puesto que apenas el 13,2% de los entrevistados considera que sea el principal motor productivo de la Comunidad. De ahí que se insista en su «baja visibilidad social». En cambio, un 43,9% apunta al predominio simbólico del sector primario. Mientras que en segunda posición aparece el sector servicios-turismo, con un 22,5%, dentro de una terciarización limitada.
Existe una baja aceptación ante posibles impactos ambientales por efectos contaminantes deua industria, por lo que seis de cada diez preferirían que se instalase en otro municipio
Claro que sobre el balance social de la actividad manufacturera, la mayoría ve más beneficios que perjuicios. Exactamente, un 46,6% señala beneficios mayores, al que se suma otro 27,8% que ve un equilibrio beneficios-perjuicios. De esa forma, el 75% está muy o bastante de acuerdo con la frase de que «las crisis económicas afectarían menos a la Región si su industria fuese más fuerte». Y son muy pocos quienes creen que es un sector lesivo (16,2%). Aún así, existe una baja aceptación ante una industria con posibles impactos ambientales. De ahí que ante un escenario hipotético de la instalación de una empresa que generaría empleo y crecimiento, pero con riesgo de contaminación, el 58,9% preferiría que se fuese a otro municipio.
No obstante, la industria no es percibida como el gran agente contaminante, puesto que aunque es señalada por el 25,3%, aparece casi empatada con el sector primario (24,7%), aunque sí se asume que sus consecuencias medioambientales son peores que las de los servicios (12,3%), el turismo (10,6%) y la construcción (8,2%).
Vázquez señaló que “la industria es sinónimo de empleo, innovación y futuro, y este estudio deja constancia que hay una demanda social clara del nuevo Plan Industrial, que permita consolidar una industria más fuerte y competitiva”. En este sentido, el consejero subrayó que “será la herramienta estratégica para convertir el consenso social en acción y materializar el potencial industrial en liderazgo, mediante medidas concretas orientadas al impulso del empleo, la sostenibilidad y la innovación, y a través de una colaboración estrecha con el tejido productivo regional.
Innovación y sostenibilidad
Por lo que respecta a los objetivos prioritarios para la industria en los próximos años, las respuestas revelan también que la política industrial debe centrarse en «potenciar el empleo de calidad y la sostenibilidad como un binomio cada vez más inseparable». De igual manera que la innovación aparece como prioridad emergente. En cambio, la digitalización casi no preocupa. Y es que se evidencia que «predomina el tecno-optimismo». De ahí que el 39,3 % cree que la inteligencia artificial (IA) hará que mejore la productividad, frente a quienes señalan sus efectos adversos (despidos masivos), que solo es señalada por un 20,5%.
Entre los entrevistados que trabajan directamente en la industria, no se observa una preocupación más intensa por las consecuencias de la IA. La opinión pública parece favorable a la introducción de este tipo de tecnologías para reforzar al sector (posibilidad limitada de conflictos).
Tampoco se puede obviar que, más allá de que existe una clara percepción de que la industria genera empleo estable (resistente ante coyunturas desfavorables), según lo entiende el 49,4% de las personas, también se apunta su factor precario (50,8%) y con baja recompensa salarial, ya que únicamente el 21,7% cree que se paga bien. Ante esta realidad se constata la importancia de implicarse más en la mejorar de los diferentes aspectos (salario, carrera, seguridad y salud laboral, tecnología) para atraer vocaciones.
Por último, se concluye el apoyo social generalizado que prevalece sobre la industria. El resultado de las respuestas confirma un consenso sobre la importancia de apostar por las políticas de fomento industrial que permitan impulsar un sector más fuerte y competitivo en el territorio murciano. Así lo considera el 93,7% de los participantes en este análisis de investigación consistente en la primera radiografía integral de la opinión pública sobre la industria en la Región. Un trabajo que incluye las tendencias, brechas generacionales y claves para el futuro del modelo productivo.

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